A 60 años de la despedida más triste
"Cada uno debe empezar a dar de sí todo lo que pueda dar, y aún más. Solo así construiremos la Argentina que deseamos, no para nosotros, sino para los que vendrán después, para nuestros hijos, para los argentinos de mañana". Eva Perón Por Juan José Bahillo *opiniónPocas figuras significan tanto en la historia política de los argentinos como Eva Perón, símbolo de la lucha por los derechos más elementales de los humildes, los olvidados, los marginados de una patria que crecía dejando fuera a millones.Eva es símbolo de una construcción política basada en la inclusión y la justicia social, concepto y práctica que inspiró para reemplazar la caridad y la beneficencia del que da lo que le sobra: a partir de Eva Perón, los humildes de la patria, las mujeres, los niños y los ancianos, empezaron a tener un protagonismo que siempre se les había negado, fueron visibles, y adquirieron derechos reparadores.Su figura y su accionar despertaron amores y odios, la gratitud eterna de los humildes y el desprecio de las clases acomodadas que vivían como una intrusión la aparición de nuevos actores políticos y sociales con nuevos derechos. Sin pedir permiso, Eva pateó el tablero de un juego en el que siempre habían ganado los mismos, y cambió las reglas para bien del conjunto. Con una historia personal de desdichas e injusticias a cuesta, tenía todo para ser discriminada en la Argentina de aquellos años.Pero se sobrepuso y -de la mano de Juan Domingo Perón- dejó una impronta profunda no sólo en la historia de los argentinos, sino en la historia del mundo. Fue un punto de inflexión, un antes y un después. Y es una referencia insoslayable para todas las luchas que buscan remediar las injusticias y cambiar la conformación del poder.Su despedida, hace 60 años, fue uno de los momentos más tristes que vivió el pueblo argentino, que sintió desprenderse una parte de sí, una parte del calor y la esperanza que los había cobijado en los últimos años. Hoy, su recuerdo y la memoria de su vida y de su obra nos deben que servir -a quienes tenemos responsabilidades de gobierno- como bandera y mandato para hacer todo lo que esté a nuestro alcance por la justicia y la dignidad en la vida de nuestros compatriotas. Y para el pueblo argentino, como ejemplo de una lucha en la que nunca hay que claudicar: la de la conquista y defensa del derecho a una vida digna en todo sentido.Hoy, de la mano de la Presidenta Cristina Fernández, y con el legado de la obra y la lucha de nuestro querido Néstor Kirchner, los gobiernos justicialistas de todo el país estamos profundizando ese mandato, extendiendo la mano del Estado a todos los que la necesitan, fortaleciendo el proyecto de una patria soberana, creando nuevas herramientas de inclusión social, legislando nuevos derechos, alentando el trabajo y la producción nacional y fortaleciendo una cultura de la solidaridad, el compromiso y la responsabilidad social.Los invito, especialmente a los más jóvenes, a recorrer la vida de esta mujer argentina que cambió la historia, a reflexionar sobre sus ideales y motivaciones, a valorar sus logros, y -en definitiva- a empaparse de los valores que animaron a una luchadora sin igual para inspirarse y animarse a ser parte de la construcción de un país más justo y digno para todos.* Pte. Consejo Dptal. PJ
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