LIGA FEDERAL
A puro oficio, Central derrotó a Neptunia y pudo festejar un triunfo enorme para seguir adelante
El Rojinegro pudo sacar adelante un partido bravísimo 84-81 ante un rival que siempre lo puso en problemas e inclusive tuvo la pelota para poder al menos forzar un suplementario. La experiencia de Gandoy, Madera y Ravina resultó clave para que Central sume un triunfo de enorme valor.
Por Daniel Serorena
El primer cuarto tuvo mucha similitud con el partido que jugaron por la primera rueda, donde Neptunia pudo imponer condiciones desde su defensa y le generó enormes problemas a Central para atacar.
El Tricolor resguardó su canasto, dejó tirar a distancia a Central que no convirtió en los primeros intentos u también estuvo errático en las primeras incursiones a la línea de libres. Ofensivamente, Neptunia tuvo paciencia, Fabricius y Ramírez Acevedo aportaron goleo, Leuze se hizo ancho en el juego interno y de a poco los de Risso fueron tomando la primera diferencia importante (16-8).
Central entendió que tenía que cambiar de chip y encontró algunas buenas respuestas cortando al canasto con Gandoy y Di Meo, Dato desde la banca aportó goles y frescura en las ofensivas, permitiendo a los de Panizza achicar diferencia. Sin embargo, Neptunia respondió, con un buen ingreso de Dorregaray, que ocupó la ficha de Iñiguez y el oficio de Pérez y Fabricius en el perímetro para cerrar 20-15 al frente el cuarto inicial.
En el segundo parcial Central fue con otra determinación, mejoró su defensa y ofensivamente profundizó el juego para la potencia de Di Meo y los rompimientos de Fagalde y Dato, achicando la diferencia ante un Neptunia que evidenció algunos problemas para atacar.
Con un buen pasaje el Rojinegro pudo pasar el frente, pero la respuesta de Neptunia fue oportuna, con Fabricius asumiendo protagonismo y clavando dos bombazos que devolvieron al frente a los de Risso, sumado a otra buena aparición de Dorregaray y un par de dobles de Ramírez Acevedo que dejaron las cosas 41-35 para los visitantes cuando se fueron al descanso largo.
El segundo tiempo fue realmente un partidazo. Central de entrada reaccionó con una formación sin pivot definido, con Madera y Ravina alternando el juego interior y mucha dinámica en ofensiva, que le permitió convertir cerca del aro y ponerse definitivamente en juego. Neptunia no se achicó, si bien le costaron algunas ofensivas, de la mano de Pérez y Ramírez Acevedo sostuvo su ilusión de poder dar pelea hasta el final. Con un sensacional pasaje de Gandoy y Ravina, Central dio la sensación de sentirse más cómodo en el juego, pero cuando Neptunia respondió, apareció Leuze en la zona interior y Fabricius yendo a jugar cerca del aro para sostener a los visitantes en partido.
Al último cuarto entraron con Central 64-61 arriba y de entrada el Rojinegro se despegó, aprovechando un triple de Pividori y un par de buenas acciones ofensivas de Gandoy, que fue lo mejor del partido. Tras tomar máxima de 8 puntos (72-64), parecía que el Rojinegro tenía todo controlado, pero Neptunia reaccionó a puro coraje, los correntinos Pérez y Ramírez Acevedo fueron importantes, lo mismo que Leuze que metió una bomba que le dio vida a los de Risso. Cambiando ataque por ataque fueron llegando al cierre donde Central tuvo 5 de luz, pero un triple de Leuze y una sensacional defensa le dieron la chance de la última bola para ganarlo. Sin embargo, primero una defensa de Gandoy y después otra de Madera sobre Fabricius le permitieron recuperar la pelota y cerrar el juego desde la línea, aunque el último intento de Fabricius desde mitad de cancha paralizó todos los corazones antes de que la bola de en el aro y salga.
FICHA
Central Entrerriano 87
L. Pividori 5, M. Gandoy 26, A. Madera 11, S. Ravina 17, S. Bernasconi 2 (FI) J. Dreiling 0, M. Fagalde 8, F. Di Meo 6, M. Dato 12. Entrenador: Mariano Panizza
Neptunia 84
C. Pérez 19, S. Luca 0, T: Fabricius 17, J. Ramírez Acevedo 19, T. Leuze 17 (FI) B. Bentancourt 2, J. Delacroix 1, F. Dorregaray 8. Entrenador: Aldo Risso
Estadio: José María Bértora
Parciales: 15-20; 36-41; 64-61
Árbitros: R. Barón y N. Sartori