VIOLENCIA CONTRA NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
Abuso sexual hacia las infancias: La familia, el valor de la palabra y las consecuencias psicológicas del horror

Las psicólogas Ana María Barber y Mónica Romani y la abogada Estela Esnaola hablaron sobre uno de los delitos más aberrantes y destructivos sufridos por niños, niñas y adolescentes. El perfil del abusador y las marcas que dejan en sus víctimas. “Cuando una víctima de abuso sexual puede hablar es muy liberador”, coincidieron.
Luciano Peralta
“A esta altura, quedan pocas dudas de que el abuso sexual infantil constituye uno de los traumas psíquicos más intensos y de que sus consecuencias son sumamente destructivas para la estructuración de la personalidad. Es posible comparar sus efectos al de un balazo en el aparato psíquico: produce heridas de tal magnitud en el tejido emocional que hacen muy difícil predecir cómo cicatrizará el psiquismo y cuáles serán las secuelas”. La cita es del libro “En las mejores familias”, de la psicóloga y psiquiatra infanto juvenil Irene Intebi, quien se ocupa del tema hace más de 35 años.
El libro está lleno de marcas y referencias, y ocupa un lugar en la biblioteca de la abogada Estela Esnaola, quien remite a su autora en varias partes de la charla con ElDía. “Cuando me empecé a ocupar de temas de abusos tuve que tirar muchos libros que sostienen una mirada vieja, desfasada, sobre el tema e incorporar otros tantos”, contó.
“Los jueces deben dictar su sentencia, no ateniéndose sólo al código y a la doctrina de ciertos autores, debe dársele mucha importancia a las pericias psicológicas y psiquiátricas. Este tipo de delito, que ocurre entre cuatro paredes, no tiene testigos, entonces en el juicio se tiene la palabra de la víctima y la negación del abusador. Por lo que son fundamentales las pericias psicológicas y psiquiátricas, que, en definitiva, son la radiografía del cerebro y de las conductas de las personas”, expresó la abogada de víctimas de abusos.
“Anorexia, bulimia, drogas, alcohol, insomnio, problemas para relacionarse sexualmente, para sociabilizar, atentar contra la propia vida, repetir esa conducta abusiva”, enumera Esnaola cuando habla de las consecuencias sufridas por varias de las víctimas que ha representado y representa.

ESTELA ESNAOLA, ABOGADA
“El abuso es un arrasamiento de la subjetividad, esto quiere decir que todo aquello que constituye la subjetividad de la persona -creencias, lugares de afecto, puntos de apoyo, etc.- queda arrasado. En los casos que existe la posibilidad de abordaje, hay tres pasos fundamentales: La familia, el trabajo sobre esa vida arrasada y la justicia. Cuando la familia cree en la palabra de la criatura todo se ordena, es una instancia fundante y fundamental. Un segundo momento es poder trabajar sobre esa cantidad de elementos de la vida que han quedado desperdigados por este arrasamiento. Y la justicia, cuando puede realizar el acto justo -que no siempre es así- y le otorga a la palabra de la víctima un valor de verdad”, explicó, para esta nota, la licenciada en psicología Ana María Barber.
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