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Acné tardío en la mujer adulta: su repercusión psíquica

El acné es un trastorno muy común, que afecta aproximadamente al 85% de los jóvenes. Sin embargo, en las últimas décadas se ha observado un aumento progresivo del acné tardío en la mujer adulta. La Dra. Maricel Pérez, dermatóloga de Centro Médico San Lucas, nos advierte sobre este problema dermatológico en la madurez, que repercute fuertemente en la salud emocional de las personas que lo padecen.
Lejos de ser una patología sólo superficial, el acné puede originar serios trastornos psicológicos, que incluso pueden interferir en el día a día de las personas que lo padecen, en sus vínculos, relaciones sociales y laborales. En este punto vale mencionar que hablamos de acné cuando se produce inflamación en la unidad pilosebácea (pelo y glándula sebácea), engloba tanto los poros tapados (puntos negros o espinillas y puntos blancos), como los granitos, y protuberancias más profundas (pústulas, quistes y nódulos). que se producen, en el acné tardío específicamente, en las zonas del mentón, zona inferior de cara (submandibular), cuello y puede también presentarse en dorso. Existen dos formas clínicas de acné, según explica la Dra. Pérez: “una refiere al acné persistente, aquel acné que continúa desde la adolescencia a la edad adulta y la otra es el acné de comienzo tardío, que inicia luego de los 25 años, dónde las manifestaciones clínicas son similares o iguales al acné adolescente”. El acné tardío puede deberse a diversos factores, la Dra. Pérez señala como detonantes: “la genética; los cambios hormonales (ovario poliquístico, hormonas elevadas); el tabaco; la mala alimentación (síndrome metabólico: obesidad, resistencia a insulina, hirsutismo (más vellos); el stress emocional; y en la actualidad el uso prolongado de barbijo.” El acné conlleva consecuencias físicas tales como: manchas, cicatrices puntiformes, deprimidas o hipertróficas por la gran inflamación, que repercuten en el plano psíquico: “el acné tiene una repercusión emocional, puede generar en los pacientes rabia, vergüenza, angustia, ansiedad e incluso depresión”. Por ello la Dra. insiste en la consulta temprana en dermatología para que se pueda indicar el tratamiento específico para cada paciente. El tratamiento oportuno puede anticiparse a los trastornos psicológicos que se pueden generar y puede evitar la aparición de cicatrices serias y permanentes. En relación al tratamiento la Dra. Pérez sostiene que existen varios enfoques para esta patología: “tópico, sistémico, hormonal o quirúrgico; siendo el tratamiento tópico uno de los más frecuentes ya que disminuye la hiperqueratinización del folículo y de la secreción seborreica”, en todos los casos agrega: “lo más importante es acudir al especialista para que pueda indicar el tratamiento correcto que variará, en función de múltiples factores, de un individuo a otro”. Centro Médico San Lucas
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