Adueñarse de un mundo hecho para diestros

Qué deben -y que no- hacer padres y maestros de niños zurdos para facilitar la escolarización; cómo ayudarlos a integrarse a una realidad que no contempla al 10% de la población mundial. Por Florencia Carbone (*) ¿Intentó alguna vez manejar la palanca de cambios del auto con su mano izquierda? ¿Y recortar alguna figura, abrir una lata o sacar una foto utilizando "la zurda"? Para el 90% de quienes estén leyendo esto, cumplir con cualquiera de esas rutinas cotidianas de modo exitoso será casi una misión imposible.Aunque para la ciencia sigue siendo un misterio el por qué -factores hereditarios, genéticos, hormonales, ambientales y hasta culturales integran la lista de supuestos-, se sabe que alrededor del 10% de la población mundial (de ellos una mayoría de género masculino) es zurda.¿Qué significa eso? Claudio Geremía, neurólogo del Hospital Arturo Illia de Alta Gracia, Córdoba, lo explica de modo sencillo."El cerebro está formado por dos hemisferios: el derecho y el izquierdo, y cada uno desarrolla diferentes funciones. Distintas áreas producen y controlan la motricidad, los sentidos, la sensibilidad, el lenguaje, la visión. El hemisferio dominante es el responsable de la mayoría de las funciones, como también la memoria de lo adquirido a lo largo de nuestro aprendizaje interactuando con el hemisferio no dominante. En general, el hemisferio izquierdo permite las funciones de nuestro lado derecho y viceversa. Eso es lo que se denomina lateralidad. El hemisferio izquierdo ha sido el dominante determinado genéticamente por el desarrollo del ser humano durante miles de años", dice.Simplificando: Geremía detalla que lateralidad es la dominancia de uno de los hemisferios cerebrales y que así se determina si una persona será diestra o zurda.Eso se expresa en el hecho de que uno de los lados de nuestro cuerpo predomina sobre el otro a la hora de hacer la mayoría de las actividades, en especial aquellas que requieren fuerza o habilidad. "El cerebro busca que el ser humano tenga el ojo, el oído, la mano y el pie del mismo lado del cuerpo como dominante, es decir, una lateralidad homogénea, que pasa por distintas etapas hasta completarse", agrega el experto.En un niño zurdo, el hemisferio predominante es el derecho.Si se tiene en cuenta que el hemisferio izquierdo, llamado también "simbólico" o "lógico", es el controlador del lenguaje y del procesamiento secuencial de la información -también llamado visual, postural-, que se encarga de procesar la información del cuerpo en el espacio, las imágenes visuales y el lenguaje oral y escrito, son entendibles las eventuales dudas y preocupaciones de los padres de niños zurdos."Ser zurdo no es una incapacidad -responde tajante Geremía-, pero como vivimos en un mundo diseñado para diestros sí puede ser una desventaja" si no se acompaña al pequeño de una manera adecuada.El neurólogo aconseja que ni los padres ni los maestros deben dejar que el niño "se las arregle solo". Enfatiza que su papel es ayudarlo para que realice la tarea en forma sencilla y cómoda. "Aun hoy se observa que los docentes tienen poca capacitación para afrontar las dificultades que conllevan los niños zurdos, ya sea por la falta de información o de conocimientos de estrategias de intervención para lo que existe el apoyo de terapeutas."Geremía insiste en que es muy importante que el psicopedagogo escolar trabaje junto con los docentes para confirmar la lateralidad del niño y establecer un plan de trabajo que abarca desde lo emocional, el control de la postura de tronco y cabeza al estar sentado en el escritorio y los materiales a utilizar (cuadernos sin espirales, tijeras con filo del lado contrario, etiquetas sobre los números de las reglas, colocar una marca roja en el margen izquierdo para que tome como referencia desde donde tiene que empezar a escribir, etc.), por ejemplo.María Eugenia Alfieri ("Kenia" para alumnos y padres), tiene 38 años y hace 13 que es docente. Actualmente tiene a su cargo el área de Lengua de 4° grado de la escuela Villa Malvina, en Gualeguaychú.Además de maestra, Kenia es zurda. Cuenta que no hay antecedentes en su familia y que ninguna de sus tres hijas (de 10, 4 y 2 años) lo son."No fue un tema traumático en mi infancia. En mi casa y en la escuela siempre me dieron total libertad. El único recuerdo negativo que tengo es la maestra que tuve en cuarto grado -cuenta entre risas-. ¡Era mortal! Se enojaba porque usábamos pluma y yo manchaba todo. Tenía que andar con el papel secante a cuestas. El tema es que en ese momento no existían útiles especiales para zurdos como hay ahora y como la lapicera estaba pensada para diestros, con la presión y la forma en la que la usaba yo, siempre terminaba abriéndole la punta", relata.De los 90 chicos a su cargo, sólo dos son zurdos. "Pero hoy es muy distinto. Ellos te muestran muy orgullosos la tijera para zurdos, tienen útiles de geometría y ahora hasta cuadernos con espirales arriba", comenta Kenia.Respecto de los requerimientos especiales, cuenta que habitualmente atiende los pedidos que le hacen para tener ciertas ubicaciones, torcer o sacar la hoja de la carpeta para poder trabajar más cómodos, por caso, y que no les exige de modo exagerado que sean "más prolijos" porque, como zurda, sabe que eso significa un gran esfuerzo.Hay una idea consensuada respecto de que los chicos zurdos necesitan mayor tolerancia y paciencia tanto de parte de sus padres como de los docentes. Es que no se trata sólo de escribir, dibujar o recortar con la mano izquierda, sino de enfrentar, cada día, un mundo diseñado por y para diestros que incluye desde aprender a atarse los cordones, manejar el mouse de la computadora y sacar fotos, a sortear con éxito un molinete.Por eso, Geremía advierte que cuando se detecten algunas de las dificultades asociadas a la zurdera -como las que ocasiona la lateralidad cruzada (ver Tipos de zurdera) que producen fallas o retraso en la adquisición de otras habilidades que comprometen el progreso escolar-, es necesario la intervención de un equipo interdisciplinario de terapeutas y en algunos casos, hasta instruir a los docentes con adaptaciones curriculares (como adecuar el método de enseñanza a la forma en que el niño puede captar y adquirir la información).Es habitual que en algunos casos, al inicio de su escolarización, haya chicos zurdos que tartamudeen, se muestren irritables o tímidos por no cubrir las expectativas que el mundo diestro les exige."Es común que los movimientos que hacen con cualquiera de las dos manos sean temerosos, la escritura ondulada o temblorosa, y cuando lean sigan la lectura con el dedo índice izquierdo. También son frecuentes las inversiones numéricas, ortográficas y la escritura en espejo, y que realicen las actividades con lentitud, cosa que en muchas oportunidades hace que se los tome por perezosos cuando lo que realmente sucede es que les lleva más tiempo procesar la información", amplía Geremía.No quedan dudas: el niño zurdo es un individuo con capacidad intelectual igual o superior a la de un diestro.Es fundamental entender y detectar si se producen dificultades en la adquisición de sus habilidades escolares o aprendizaje (lecto-escritura, cálculos, geometría, etc) a fin de requerir un enfoque multidisciplinario para adaptar la forma y elementos de enseñanza a las necesidades de ese niño para que pueda recibir la información y aprender. "Cuando no se respeta la lateralidad del niño (reeducamos a los zurdos) comienzan las dificultades convirtiéndolo en un zurdo contrariado. Al respetar su lateralidad, el niño diestro puro o zurdo definido no deberían tener dificultad alguna. En cambio, el zurdo contrariado podría sufrir dificultades como dislexias, disgrafías, discalculia, disortografía, trastorno del lenguaje, etc", concluye Geremía. Tipos de zurdosZurdo Verdadero o legítimo. Significa que el hemisferio derecho se conecta con la mano izquierda, es decir que el individuo utiliza su lado izquierdo espontáneamente, por dominancia cerebral. La inteligencia es normal y no presenta ninguna otra clase de trastorno.Zurdo Falso. Utiliza su lado izquierdo a consecuencia de algún accidente, enfermedad o un trauma cerebral en el momento del nacimiento. En este caso sólo se ejercita la mano izquierda a nivel motriz sin ninguna relación neurológica.Ambidiestro o lateralidad cruzada. Es cuando el predominio de una mano, ojo, oído, pie, etc., no se ubican en el mismo lado del cuerpo. Un niño con lateralidad cruzada, cuando está leyendo, se suele saltear las líneas, lee sin entonación, necesita utilizar el apoyo del dedo para seguir el texto. También es aquella persona que escribe con ambas manos o que utiliza ambos lados del cuerpo con la misma habilidad.Zurdo contrariado o no definido. Cuando por la acción de otras personas, entre los 4 y 7 años, es reeducado para ser diestro. Es aquel que genética y fisiológicamente por tener mayor desarrollo del hemisferio cerebral derecho debería manejar la mano izquierda, pero se le ha obligado por razones sociales o escolares a usar el miembro homólogo diestro. Qué hacer*Debe permitirse al niño seleccionar sin imposiciones con qué mano quiere comer, saludar a o escribir, pero es importante que los padres o maestros observen con cuidado qué mano elige o prefiere utilizar el niño, ya que para la adquisición de la lectoescritura la lateralidad es una condición importante.*Es importante tener en cuenta que aunque la zurdera es normal, el niño zurdo necesita atención especial, ya que al ingresar a la escuela se enfrenta a la direccionalidad de la escritura (que es de izquierda a derecha), lo cual se opone a la dirección natural del movimiento que hace el niño zurdo al girar, escribir o prestar atención al espacio que lo rodea.*El niño zurdo necesita a mantener limpia su escritura ya que su mano tapa lo que va escribiendo y hace que manche el cuaderno. La adaptación de la mano y la posición del papel deben hacerse en forma tal que el niño pueda escribir con comodidad y en forma legible. (*) Publicada en revista Convivimos
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