GASTRONOMÍA Y LA HOTELERÍA
Agustín Rosado: "Los últimos cuatro meses han sido realmente históricos para el sector"

El presidente de la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos de Gualeguaychú se refirió a la actualidad del sector que representa y al efecto positivo del clima post pandemia que vive la ciudad y el país todo. Hizo autocríticas y apuntó al "sueño" de contar con una playa pública con acceso al río Uruguay.
Luciano Peralta “Gualeguaychú y las ciudades turísticas en general tienen la particularidad de que una buena temporada te puede salvar de la debacle. Si nosotros no hubiésemos tenido una temporada como la última en la que, más o menos, laburamos todos, hoy habría muchos más hoteles cerrados y gastronómicos con las persianas bajas”, asegura el presidente de la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos de Gualeguaychú, Agustín Rosado. “Después de la temporada, los meses de abril, mayo y junio fueron complejos. Pero a partir de la segunda semana de julio, cuando se liberaron las actividades, el país entero hizo un quiebre”, agrega, sentado en la vereda de uno de los dos locales gastronómicos que tiene en la costanera. “La gente empezó a salir después de más de un año de encierro y hoy se está trabajando muy bien en todos los puntos turísticos”. - ¿Cómo han sido estos últimos meses para el sector? - Estamos trabajando muy bien. Los hoteleros están muy contentos, imagínate lo que es pasar de estar totalmente vacíos a estar, los sábados a la noche, la mayoría completos. Los últimos cuatro meses han sido históricos para el sector y esto lo generó el encierro previo de la pandemia. Hay dos patas importantes en este sentido. La primera es que hace algunos años las cosas se vienen haciendo bien en Gualeguaychú y en algún momento se iba a notar el cambio de perfil turístico. La gente que viene está contenta con la ciudad, con los espacios públicos. En invierno se notó mucho el recomendado, el turista que llega porque un pariente o un amigo le dijo que la ciudad está linda. La segunda pata grande es la cercanía con Buenos Aires. Hay gente que viene de sábado a domingo o el propio domingo a la mañana para pasar el día. Después, en lo que hace al alojamiento la gente busca mucho la cabaña, el aire libre, la parrilla, busca no encerrarse. Se disfruta mucho más del río, de los paseos por senderos, del avistaje de aves, todas propuestas en las que Gualeguaychú hace la diferencia y que, me da la impresión, no eran tan importantes en la agenda turística de años anteriores. - ¿Cómo es hoy el consumo de una familia que sale a comer? - La gente viene, consume y paga, no le importa cuánto. Una familia de un 3°B de Caballito, que se pasó dieciséis meses encerrada, no está pensando en cuánto sale la cerveza. Eso es lo que noto como prestador, eso es lo que cambió este año, y eso que comer afuera, hoy por hoy, es un lujo. - ¿Y por qué hay más gente que sale entonces? - El laburante medio no sale a comer porque la plata no le alcanza. El que sale es el de clase media que tiene cierto margen. La vara se corrió para arriba en ese sentido, pero los que pueden darse el gusto se lo están dando, por eso ves todas las mesas llenas cuando das una vuelta por costanera. Otra cosa que cambió es que muchos pagan con tarjeta de crédito, y para mí esto responde a que ahora que se puede, que la pandemia lo permite, muchos se dan el gusto y bueno, después, el mes que viene, ven como pagan la tarjeta. Hoy prevalece el disfrute sobre el ahorro. Siempre entendiendo que la gran mayoría sigue sin poder salir a comer, obviamente.
- Sos autocrítico del sector que representás, ¿qué cosas hay que revertir? - Creo que tenemos que sincerarnos, porque acá vimos de todo los fines de semana de carnaval. Vimos vender la cerveza con hielo, poner cantinas a la calle, vender el hielo carísimo, ¿eso es hacer las cosas bien? No, y de eso tenemos que aprender todos. No nos olvidemos que en Gualeguaychú somos cien mil habitantes, vos no podés, en beneficio de cincuenta prestadores, tomar la ciudad entera. No es así. La prueba es la realidad que estamos viviendo ahora, con una ciudad linda, ordenada y con un perfil turístico mucho mejor. - ¿Cuáles son los grandes nortes para quienes piensan en una ciudad turística? - Primero la decisión política de que eso ocurra. Después, la apuesta fuerte a la inversión pública. Porque en el lugar en donde el Estado pone plata, el privado lo hace explotar. Por ejemplo, estas obras que se están haciendo en la vieja terminal, el Mercado del Munilla, el nuevo mercado y el paseo del ex Frigorífico, pueden gustarte o no, pero lo más probable es que queden lindas y que anden bien, y que el privado vaya detrás de esas inversiones, lo que hace poner en valor todas esas zonas. Lo mismo va a pasar en Avenida Parque, con la inversión que se está haciendo. Eso va a levantar mucho la zona norte de la ciudad y la instalación de locales gastronómicos ahí es sólo una cuestión de tiempo. Por otro lado, habría que establecer por ordenanza que haya cierto porcentaje del presupuesto municipal anual que sea destinado a vender la ciudad, que hace rato no se hace, que se invierta en marketing y que eso se mantenga en el tiempo, sin importar el color político. Otra cosa que es impostergable es generar una playa pública, con buenos accesos y servicios, sobre el río Uruguay. Eso sería un sueño para la ciudad y un valor agregado de muchísima importancia para la actividad turística. - Eso, de parte del Estado, ¿y el privado? - Para pensar en una ciudad turística a largo plazo se necesitan empresarios serios, prestadores responsables que no vuelvan a cometer los errores que cometimos antes en cuanto a los precios, por ejemplo; empezar a regular la cama, que hoy no está regulada y eso está mal, el visitante no puede alojarse en cualquier lado y a cualquier precio. Yo creo, igualmente, que estos últimos tres años la actitud del privado ha sido otra, que ya se dio cuenta para donde va la cosa, que la idea no es el descontrol y sí el entretenimiento cuidado, pero hay que mantenerlo en el tiempo. El trabajo entre el público y el privado es fundamental, son fundamentales las mesas de diálogo, los proyectos conjuntos, no se pude pensar en grandes cosas si no es por ese camino. - Localmente es un lugar común criticar los precios de la ciudad, ¿es caro Gualeguaychú? - Creo que eso quedó, justamente, del abuso que se produjo durante los fines de semanas largos, cuando el prestador quería salvar en cuatro días toda una mala temporada. Esos son los errores que no se puede volver a cometer, de eso nos tenemos que hacer cargo todos. Pero hoy Gualeguaychú tiene los mismos precios que cualquier ciudad de la costa del Uruguay. Hoy la realidad es diferente y debería ser un punto de partida para pensar en grande, en 20 o 30 años. Las condiciones están dadas.ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios