SALUD PÚBLICA
Alarma sanitaria: crece la tuberculosis en el país y hay casos activos en Gualeguaychú
En solo cinco años, los casos aumentaron más de un 65%. Los adolescentes figuran entre los más vulnerables y transmisores. “Al paciente hay que hacerle un seguimiento estrecho”, aseguró Elina Villarruel, referente de Epidemiología del Hospital Centenario sobre los cuadros presentes en la ciudad.
Por día, en Argentina, cinco personas mueren por tuberculosis. Aunque muchos la consideran una enfermedad del pasado, los datos actuales indican todo lo contrario: en 2024 se registraron más de 16.600 casos y las proyecciones para este año son aún más preocupantes. El grupo adolescente, en particular, se ha convertido en uno de los más afectados y peligrosamente invisibilizados.
Según el último Boletín Epidemiológico Nacional, entre 2020 y 2025 los contagios crecieron un 65,9%, y solamente en el último año aumentaron más del 11%. Los adolescentes entre 15 y 19 años presentan una tasa de notificación de 43,5 casos por cada 100.000 habitantes, superando incluso a los adultos mayores. La tuberculosis es una enfermedad que ataca con más fuerza en quienes tienen menos recursos: el hacinamiento, la desnutrición y la falta de acceso al sistema de salud son sus principales aliados. Las provincias más afectadas son Buenos Aires, CABA, Salta y Jujuy (donde la tasa es casi el doble que la media nacional). Además, la falta de seguimiento y la interrupción de tratamientos empeoran la situación: el 4,7% de los casos de este año fueron reingresos por pérdida de seguimiento o fracaso terapéutico.
“Es una de las enfermedades de notificación obligatoria que nosotros vigilamos activamente. Cada día leemos los diagnósticos del día anterior, datos de la guardia, del consultorio, del laboratorio y demás. Si hay un paciente internado que tiene sospecha de tuberculosis, los médicos se comunican con nosotros automáticamente”, introdujo Elina Villarruel, referente de Epidemiología del Hospital Centenario Gualeguaychú, sobre la importancia de la atención de estos casos.
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Actualmente, en nuestra ciudad existen casos activos: “Tenemos algunos en estudio, otros en distintas instancias del tratamiento, también hay quienes lo abandonan. Por otro lado, en los últimos años, estamos trabajando mejor, en forma más organizada y más coordinada”. Entre los síntomas del padecimiento, enumerados por la profesional, se encuentran la tos (a lo largo de más de quince días), dolores de tórax, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudoración nocturnas, e incluso a veces expectoración con sangre. “Se transmite de persona a persona al toser o estornudar, sobre todo en espacios cerrados y a aquellas personas que son contactos estrechos”.
En cuanto al tratamiento, Villarruel destacó que se basa en antibióticos pero, que muchas veces, cuesta completarlo. “Al paciente hay que hacerle un seguimiento estrecho. En muchos casos, hay que supervisar la medicación, ya que muchas veces no se tolera y se abandona. Inclusive hay que brindar apoyo nutricional, e informar si algún paciente no concurre a la consulta”, resaltó Villarruel, explicitando lo esencial de completar las indicaciones médicas: “El problema de los abandonos de tratamiento es que, cuando la persona vuelve a consultar, muy probablemente haya generado una resistencia a los antibióticos”.
Otro aspecto preocupante que brindó el Boletín es la coinfección con VIH. El 35% de los pacientes con tuberculosis fueron testeados para VIH, y uno de cada cinco resultó positivo. “Es esencial explicitar si el paciente tiene esta enfermedad”, aseguró la referente, ya que la combinación de ambas enfermedades debilita severamente el sistema inmunológico.
“Es vital la vacunación de los bebés recién nacidos con vacuna BCG. Deben salir de la maternidad vacunados, según las normas nacionales” añadió Villarruel. La misma protege contra las formas graves de tuberculosis en la infancia. Pero, de todas maneras, la prevención requiere un enfoque integral: desde el diagnóstico temprano, al seguimiento de contactos estrechos y tratamiento completo.
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Ante la sospecha de los síntomas, se debe visitar a un profesional. “No tiene que ser necesariamente a un neumonólogo, puede ser con un médico clínico, un centro de salud, o en el Hospital. Además, quien ha tenido contacto con una persona que ha sido diagnosticada con tuberculosis, puede concurrir a la consulta y comunicárselo al médico, para que le haga los estudios correspondientes”, concluyó Elina Villarruel.