Alberdi, el hombre del exilio
Por Mario Gercek
En el primer artículo publicado en este diario se mencionan tres constantes históricas con relación a la Argentina: a) la necrofilia, con su variante la necrofilia itinerante o ambulatoria; b) una marcada tendencia al exilio voluntario o forzoso; c) la vigencia de relaciones antinómicas. Alberdi ofrece -con San Martín- uno de los ejemplos más extremos de la segunda constante. Con el Padre de la Patria acumulan, quizás, el mayor número de años fuera del terruño, aunque por causas distintas. Don Juan Bautista falleció dos meses antes de cumplir 74 años. Vivió en Montevideo, Chile, y diversos países de Europa -sobre todo en Francia- 43 años. San Martín residió en América sólo 17 años.Alberdi nació en Tucumán el 29/08/1810, año de la Revolución de Mayo. Sarmiento, quien hubiera deseado nacer también en ese año tan auspicioso, vio la luz 5 meses y medio después, en San Juan, el 15/02/ 1811. Fueron coetáneos y sus vidas se cruzaron en varias ocasiones. Uno y otro son figuras sobresalientes del pensamiento de avanzada que caracterizó a los hombres de la Generación de 1837 liderada por Esteban Echeverría. El tucumano y el sanjuanino fueron protagonistas de una larga etapa de la vida política, literaria, científica y cultural de la Argentina, que tiene su punto de inflexión en la Constitución de 1853 y culmina en el llamado Proyecto del 80.En la ciudad de Buenos Aires, donde realizó los estudios equivalentes al nivel medio y la mayor parte de la carrera de abogacía, incursionó en la música. Fue buen flautista y competente pianista. Allí escribió El espíritu de la música a la capacidad de todo el mundo. Luego publicó una obra de carácter didáctico, Ensayo sobre un nuevo método para aprender a tocar el piano con la mayor facilidad. Compuso valses, minuetos y canciones. Algunas de estas composiciones se conservan y ejecutan en la actualidad. Cofundador de la revista La Moda, gacetín de música, literatura, costumbres y poesía, colaboró bajo el seudónimo de Figarillo. En La Moda "Se recurre a temas frívolos para hablar de cosas serias"1. Participó, en la fundación del Salón Literario. Con Esteban Echeverría y otros amigos crearon la Joven Generación Argentina que después se transformó en la Asociación de Mayo. En estas dos instituciones se echaron las bases del pensamiento fundamental de la denominada Generación de 1837. El guía del grupo, Echeverría, escribió con posterioridad El dogma socialista, obra que refleja ese pensamiento sintetizado en las palabras: Mayo, Progreso, Democarcia. Debido a la desconfianza del gobernador Rosas por la equidistancia de los jóvenes intelectuales con relación a federales y unitarios, la Asociación de Mayo se disolvió y sus miembros tomaron el camino del destierro. Alberdi se trasladó a Montevideo. En esta ciudad escribió la única obra de teatro completa que se conoce: El Gigante Amapolas, desilusionado por los desencuentros, la desorganización y los fracasos de los exiliados unitarios en su intento de derrocar al gobernante porteño. Según Popolizio se trata de una "(...) sátira picante donde pone en ridículo a los visionarios tímidos que imaginan colosal y omnipotente el poder de Rosas"2. Desde Montevideo viajó a Europa. En París conoció y entrevistó a San Martín y escribió después una memorable semblanza del prócer. En 1844 se radicó en Chile, país que abandonó varios años después para hacerse cargo de la representación diplomática asignada por la Confederación Argentina.Alberdi es conocido por su obra Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina..., que sirvió de fuente de consulta a los constituyentes de 1853. Durante su exilio chileno se destacó en el ejercicio de la abogacía y del periodismo. En ese país sostuvo una célebre polémica con Sarmiento, plasmada en el intercambio de misivas publicadas luego bajo los títulos de Cartas quillotanas (de Alberdi) y Las ciento y una (de Sarmiento). Fue un crítico implacable de los gobernantes de Argentina, Uruguay y Brasil que impulsaron y protagonizaron la Guerra de la Triple Alianza con el objetivo de eliminar al Paraguay progresista como país soberano3. Su rechazo al belicismo de los Estados se evidencia en El crimen de la guerra (1870), "(...) un alegato jurídico a favor de la paz y la justicia del mundo"4. Enjuició el enfoque porteñista de la obra historiográfica de Bartolomé Mitre, en especial la Historia de Belgrano y de la Independencia argentina 5. En su carácter de ministro plenipotenciario en Europa (1854-1862), designado por el presidente Urquiza con sede en París, prestó importantes servicios a la Confederación Argentina; en 1859 logró que España reconociera la independencia de nuestro país. Con el advenimiento de Mitre a la presidencia cesaron sus servicios diplomáticos.En 1879, después de 41 años de ausencia, regresó a Buenos Aires para asumir como diputado electo por Tucumán. Su actitud dubitativa ante al proceso de federalización de la ciudad de Buenos Aires impulsado por el presidente Avellaneda provocó la pérdida de su banca. Tras el fracaso de la denominada Revolución de 1880, Buenos Aires se erigió por ley en capital definitiva del país. A pesar de su cesantía consideró auspiciosa esta norma en la obra de 1881, La República Argentina consolidada en 1880 con la ciudad de Buenos Aires por capital. Alberdi decidió retornar a París, donde falleció el 19 de junio de 1884. Durante el último año de su primera presidencia Roca logró que se iniciara la edición de sus obras completas en ocho tomos.Es destacable la iniciativa de la Federación Argentina de Colegios de Abogados que instituyó en 1958 el 29 de agosto como Día del Abogado, en coincidencia con la fecha en que nació el padre de nuestra Constitución. Pienso que, con este gesto, los profesionales del Derecho honraron la vida de Alberdi, tomando distancia de cierta inclinación a seleccionar con preferencia hitos que privilegian hechos luctuosos, muertes heroicas o decesos ilustres 6.Alfredo Palacios sostuvo que, a pesar de su prolongado exilio, "Nadie estuvo más presente en la patria que Alberdi. Nadie padeció más con sus dolores ni nadie combatió más en las horas de la adversidad trágica" 7. CITAS1 POPOLIZIO, Enrique, Alberdi, B.A., Hachette, 1960. pp.21 y 34-35.2 Alberdi, ob.cit, p- 573 LUNA, Félix, Juan Bautista Alberdi, B-A., Planeta, 2004. p. 103.4 PALACIOS, Alfredo, prólogo a ALBERDI, J.B., El crimen de la guerra, B.A., Edit. Luz del Día, 1957, p. 9.5 ALBERDI, Juan Bautista, Grandes y pequeños hombres del Plata, B.A.,, Plus Ultra, 1991, pp. 58 a 65.6 GERCEK, Mario, Necrofilia e historia argentina, en Enfoque Educativo, diario El Día, Gualegaychú, 27-03-10, p. 9.7 PALACIOS, Alfredo, Prólogo a..., ob.cit, p.10.
En el primer artículo publicado en este diario se mencionan tres constantes históricas con relación a la Argentina: a) la necrofilia, con su variante la necrofilia itinerante o ambulatoria; b) una marcada tendencia al exilio voluntario o forzoso; c) la vigencia de relaciones antinómicas. Alberdi ofrece -con San Martín- uno de los ejemplos más extremos de la segunda constante. Con el Padre de la Patria acumulan, quizás, el mayor número de años fuera del terruño, aunque por causas distintas. Don Juan Bautista falleció dos meses antes de cumplir 74 años. Vivió en Montevideo, Chile, y diversos países de Europa -sobre todo en Francia- 43 años. San Martín residió en América sólo 17 años.Alberdi nació en Tucumán el 29/08/1810, año de la Revolución de Mayo. Sarmiento, quien hubiera deseado nacer también en ese año tan auspicioso, vio la luz 5 meses y medio después, en San Juan, el 15/02/ 1811. Fueron coetáneos y sus vidas se cruzaron en varias ocasiones. Uno y otro son figuras sobresalientes del pensamiento de avanzada que caracterizó a los hombres de la Generación de 1837 liderada por Esteban Echeverría. El tucumano y el sanjuanino fueron protagonistas de una larga etapa de la vida política, literaria, científica y cultural de la Argentina, que tiene su punto de inflexión en la Constitución de 1853 y culmina en el llamado Proyecto del 80.En la ciudad de Buenos Aires, donde realizó los estudios equivalentes al nivel medio y la mayor parte de la carrera de abogacía, incursionó en la música. Fue buen flautista y competente pianista. Allí escribió El espíritu de la música a la capacidad de todo el mundo. Luego publicó una obra de carácter didáctico, Ensayo sobre un nuevo método para aprender a tocar el piano con la mayor facilidad. Compuso valses, minuetos y canciones. Algunas de estas composiciones se conservan y ejecutan en la actualidad. Cofundador de la revista La Moda, gacetín de música, literatura, costumbres y poesía, colaboró bajo el seudónimo de Figarillo. En La Moda "Se recurre a temas frívolos para hablar de cosas serias"1. Participó, en la fundación del Salón Literario. Con Esteban Echeverría y otros amigos crearon la Joven Generación Argentina que después se transformó en la Asociación de Mayo. En estas dos instituciones se echaron las bases del pensamiento fundamental de la denominada Generación de 1837. El guía del grupo, Echeverría, escribió con posterioridad El dogma socialista, obra que refleja ese pensamiento sintetizado en las palabras: Mayo, Progreso, Democarcia. Debido a la desconfianza del gobernador Rosas por la equidistancia de los jóvenes intelectuales con relación a federales y unitarios, la Asociación de Mayo se disolvió y sus miembros tomaron el camino del destierro. Alberdi se trasladó a Montevideo. En esta ciudad escribió la única obra de teatro completa que se conoce: El Gigante Amapolas, desilusionado por los desencuentros, la desorganización y los fracasos de los exiliados unitarios en su intento de derrocar al gobernante porteño. Según Popolizio se trata de una "(...) sátira picante donde pone en ridículo a los visionarios tímidos que imaginan colosal y omnipotente el poder de Rosas"2. Desde Montevideo viajó a Europa. En París conoció y entrevistó a San Martín y escribió después una memorable semblanza del prócer. En 1844 se radicó en Chile, país que abandonó varios años después para hacerse cargo de la representación diplomática asignada por la Confederación Argentina.Alberdi es conocido por su obra Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina..., que sirvió de fuente de consulta a los constituyentes de 1853. Durante su exilio chileno se destacó en el ejercicio de la abogacía y del periodismo. En ese país sostuvo una célebre polémica con Sarmiento, plasmada en el intercambio de misivas publicadas luego bajo los títulos de Cartas quillotanas (de Alberdi) y Las ciento y una (de Sarmiento). Fue un crítico implacable de los gobernantes de Argentina, Uruguay y Brasil que impulsaron y protagonizaron la Guerra de la Triple Alianza con el objetivo de eliminar al Paraguay progresista como país soberano3. Su rechazo al belicismo de los Estados se evidencia en El crimen de la guerra (1870), "(...) un alegato jurídico a favor de la paz y la justicia del mundo"4. Enjuició el enfoque porteñista de la obra historiográfica de Bartolomé Mitre, en especial la Historia de Belgrano y de la Independencia argentina 5. En su carácter de ministro plenipotenciario en Europa (1854-1862), designado por el presidente Urquiza con sede en París, prestó importantes servicios a la Confederación Argentina; en 1859 logró que España reconociera la independencia de nuestro país. Con el advenimiento de Mitre a la presidencia cesaron sus servicios diplomáticos.En 1879, después de 41 años de ausencia, regresó a Buenos Aires para asumir como diputado electo por Tucumán. Su actitud dubitativa ante al proceso de federalización de la ciudad de Buenos Aires impulsado por el presidente Avellaneda provocó la pérdida de su banca. Tras el fracaso de la denominada Revolución de 1880, Buenos Aires se erigió por ley en capital definitiva del país. A pesar de su cesantía consideró auspiciosa esta norma en la obra de 1881, La República Argentina consolidada en 1880 con la ciudad de Buenos Aires por capital. Alberdi decidió retornar a París, donde falleció el 19 de junio de 1884. Durante el último año de su primera presidencia Roca logró que se iniciara la edición de sus obras completas en ocho tomos.Es destacable la iniciativa de la Federación Argentina de Colegios de Abogados que instituyó en 1958 el 29 de agosto como Día del Abogado, en coincidencia con la fecha en que nació el padre de nuestra Constitución. Pienso que, con este gesto, los profesionales del Derecho honraron la vida de Alberdi, tomando distancia de cierta inclinación a seleccionar con preferencia hitos que privilegian hechos luctuosos, muertes heroicas o decesos ilustres 6.Alfredo Palacios sostuvo que, a pesar de su prolongado exilio, "Nadie estuvo más presente en la patria que Alberdi. Nadie padeció más con sus dolores ni nadie combatió más en las horas de la adversidad trágica" 7. CITAS1 POPOLIZIO, Enrique, Alberdi, B.A., Hachette, 1960. pp.21 y 34-35.2 Alberdi, ob.cit, p- 573 LUNA, Félix, Juan Bautista Alberdi, B-A., Planeta, 2004. p. 103.4 PALACIOS, Alfredo, prólogo a ALBERDI, J.B., El crimen de la guerra, B.A., Edit. Luz del Día, 1957, p. 9.5 ALBERDI, Juan Bautista, Grandes y pequeños hombres del Plata, B.A.,, Plus Ultra, 1991, pp. 58 a 65.6 GERCEK, Mario, Necrofilia e historia argentina, en Enfoque Educativo, diario El Día, Gualegaychú, 27-03-10, p. 9.7 PALACIOS, Alfredo, Prólogo a..., ob.cit, p.10.
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