POR JORGE BARROETAVEÑA
Alberto apela a la vieja mística peronista para evitar el naufragio

Allá vamos con todo el pragmatismo posible, fiel al ADN del peronismo, a la caza de los votos perdidos. Para eso el Presidente echó mano a la vieja fórmula de abrazarse a los gobernadores, recuperar del olvido al inefable Aníbal Fernández y apostar al silencio por unos días de la jefa que se recluyó en el sur. Es una carrera contra el tiempo que se mide en apenas semanas. ¿Les alcanzará?
Por Jorge Barroetaveña Después de la semana más furibunda desde que Alberto y Cristina volvieron al poder, casi todos parecen esforzarse por calmar las aguas, calificar de anécdotas las discusiones y ‘mirar para adelante’ como clama el Chino Navarro mientras esquiva los misiles de reproches por haber osado convocar a una marcha para apoyar al Presidente. Quedaron heridas obviamente y a medida que pasan los días la radiografía de cómo quedó la distribución del poder es más clara. Lo dijo el todavía Ministro Moroni el jueves, que se quejó de la actitud de Wado de Pedro de renunciarle por los medios al Presidente. Algo parecido a la respuesta que ensayó Martín Guzmán y la acusación de ajuste fiscal que le descerrajó Cristina. “Confunden ajuste con reducción del déficit”, remarcó sin olvidar sus respetos para la jefa. Cuentan que un llamado desde el Fondo le salvó la cabeza al Ministro. Pero cuando haya acuerdo, que hoy aún está frío, tiene las horas contadas. Ni la jefa ni Máximo lo quieren ver más en el Ministerio de Economía. Así va Alberto, esquivando las bombas propias y ajenas, pero sabiendo que noviembre le condicionará los últimos dos años de gobierno. Al menos Manzur, trata de hacer su trabajo y empezó por el comienzo: reunión de gabinete a las 7,30 de la mañana. ¿Raro no? A veces hasta lo obvio puede volver raro con nuestros políticos. Allá por la derecha y tratando de desbordar empezó a hacer de las suyas Aníbal Fernández. ¿Cuál es el objetivo que uno de los hombres más desprestigiados de la política tenga su lugar en el gabinete? ¿Sólo con su verba encendida alcanza? “Ni el mate ni el peronismo me gustan tibios”, espetó, después de tratar de señora ‘sucia’ a Elisa Carrió. ¿En serio piensan que les puede servir para dar vuelta la elección? En último caso son más honestos los subsidios que se aprestan a dar para ponerle plata en el bolsillo a la gente. Un latiguillo que desde la semana pasada repiten todos los candidatos del Frente de Todos con el Presidente a la cabeza. Igual convendría decirle a Daniel Gollán que cuide sus palabras y trate de no subestimar a la gente. Si hubieran tenido un poquito más de ‘platita en el bolsillo’, la foto de Olivos no hubiera sido tan importante. Hemos perdido nuestra capacidad de asombro pero la definición del ex ministro de salud bonaerense supera todos los límites. ¿Es posible tenerle menos consideración al electorado? ¿Pensó cuando dijo semejante indignidad? Algo parecido pero en imagen es repartir bicicletas o heladeras, como si hubiéramos retrocedido 50 años en el tiempo. Entre las ideas brillantes apareció una nueva: jubilar anticipadamente a personas de 55 años que no tienen trabajo pero poseen 30 años de aportes. Consulta. ¿No sería mejor procurar que gente que está en la plenitud de la vida pueda conseguir un buen trabajo, a partir de la experiencia acumulada? ¿No sería una buena alternativa estimular el mercado laboral, propiciando por ejemplo que el estado se haga cargo de los aportes, para que las empresas puedan emplear a esas personas? ¿Quizás apuntando a las pymes cuyo impacto dinamizador es más rápido? ¿Sirve jubilar a gente que aportó 30 años para pagarle la miseria de mínima que hoy cobran en la Argentina? Este debate, que se potencia por la campaña y tiene relación directa con el resultado de las PASO, bien podría ser la punta del iceberg para hablar en serio que se va a hacer con el sistema jubilatorio en la Argentina. Recordando ‘la mierda’ que aprobaron en el Congreso del último índice de actualización según admitió la propia diputada Vallejos del Frente de Todos, algo que ninguno de sus pares salió a desmentir. Confiado que el movimiento acomodará los melones en el carro, recurriendo a la vieja mística del peronismo, el Presidente se encomienda a los gobernadores y a fórmulas de otros tiempos. Lo que subyace claro es la profundidad de la crisis y si sus secuelas se podrán atemperar poniendo plata en la calle. ¿El drama que vivieron los argentinos en el último año, profundizado por los errores del gobierno, se arregla en 5 semanas? La oposición mientras tanto contestó con una foto de todos los ganadores. Pareciera que hace falta algo más que eso. El peronismo en el poder nunca puede ser subestimado. Con un detalle adicional: la campaña del oficialismo se centrará en el Gran Buenos Aires y en aquellos distritos donde se definen senadores. Cristina no quiere perder la mayoría en la Cámara Alta. Sería demasiado porque afectaría su propia supervivencia política. Ese es su límite.
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