Alegatos y adelanto de sentencia en el Juicio a la supuesta banda narco
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Una licenciada en Criminalística y una fonoaudióloga especializada en laboratorio de voz entendieron que existe "correspondencia" entre la muestra de voz y las escuchas en las que supuestamente interviene Ludueña. Además, reprodujeron un video donde Ludueña y Cecilia Gómez concretan una supuesta transacción.Johana Lugo y Evangelina Mazeza realizaron la pericia de voz y declararon ayer cómo concretaron el análisis. Las peritos arribaron a la conclusión de que existe correspondencia entre la voz de Pablo Martín Ludueña, con la voz que le adjudican en las conversaciones telefónicas grabadas. Las profesionales contaron que para concretar la pericia, tomaron una muestra de voz "indubitable" que fue usada para establecer la correlación con las voces que aparecen en las escuchas telefónicas. "La persona sometida a peritaje" no simuló su voz, pero sí pudieron notar "nerviosismo y una forma de hablar no fluida" al momento que tuvieron que tomar la muestra que sería comparada con las escuchas.Te puede interesar: Tres años de condicional al joven que arrastró a la historiadora MascheroniEn la última jornada de testimoniales, también se emitió el video del edificio de Avenida Córdoba de Capital Federal, donde vivía la imputada Cecilia Gómez (abogada). La grabación es del 2 de noviembre de 2013, cuando la mujer se encontró en la puerta del edificio con Pablo Martín Ludueña que le llevó en sus manos un objeto. Se observó que subieron por el ascensor y bajaron luego de unos 15 minutos aproximadamente, Ludueña se fue del lugar sin el objeto con el que había ingresado al edificio. Según las escuchas a los teléfonos de ambos, el encuentro fue para concretar una transacción de un kilo de cocaína que sería abonado en dólares por Gómez. Cabe destacar que el allanamiento posterior al departamento de Gómez fue positivo. Los efectivos de Gendarmería que ingresaron dieron cuenta del secuestro de más de un kilo de cocaína en ese lugar.También se reprodujo en la audiencia una grabación de una comunicación telefónica entre Miguel Ángel Braun y Pablo Martín Ludueña. En la escucha, Braun le reprochaba a Ludueña por la calidad de la mercadería que le había vendido. El gualguaychuense le enrostraba que la cocaína "era una basura que no se podía ni cortar", que tenía "olor a perfume" y que los clientes volvían "descompuestos". "No tiene nada que ver con la de la última vez que vino", se escuchó.EscuchasTambién testificaron otros tres gendarmes que realizaron desgrabaciones de las escuchas telefónicas, y todos coincidieron en el motivo de las comunicaciones. "A raíz de las intervenciones telefónicas se podía inferir la venta de estupefacientes", dijo uno de ellos."Hablaban de compra y venta de estupefacientes. Miguel Ángel Baun y Gómez le compraban a Ludueña. Eso se efectuaba en Capital Federal. Viajaban en automóvil. Luego estaba Barreto (Diego), que es el que llevaba la droga hasta Gualeguaychú en transporte público de pasajeros", recalcó Martínez. Asimismo, recordó uno de los viajes en lo que tuvo que hacer un seguimiento a los Braun. "Ellos dos se iban en un Bora gris a Buenos Aires. Manejaba Pata, el hijo, y su padre Miguel Ángel iba en el asiento de acompañante con la ventanilla baja.Por su parte, Rodríguez recalcó el motivo de las comunicaciones telefónicas. Releyó una conversación entre Abel Salva y Miguel Ángel Braun, en la que Salva le reclamó que no podía vender la mercadería y Braun le respondió que tuvo "como 20 días" para expenderla y le pidió que se la devuelva. Además, le anunció a Salva que el próximo envío saldría "más caro".IndagatoriasNinguno de los imputados quiso ampliar su declaración indagatoria en el debate oral, por lo que luego de incorporada toda la prueba y antes de finalizar la etapa de testimoniales, se leyeron las indagatorias brindadas en la instrucción.En su momento, Barreto sostuvo que lo obligaron a descender del colectivo y a decir que a la droga se la había dado un tal Martín y era para Miguel Ángel Braun.Por su parte, Miguel Ezequiel Braun aseguró que no tiene "nada que ocultar". "Me sacaron 5.000 pesos que son ahorros de los trabajos de albañilería", afirmó y agregó que tanto la Citröen Picasso blanca como el Bora gris son de su padre.Ludueña, en cambio, dijo que es "inocente de todo" lo que le acusan. Sostuvo que su voz no es la de las escuchas, que el dinero que le secuestraron lo había sacado del banco y que los dólares eran de su madre. Agregó que el Mini Cooper era un auto que pensaba vender. Y a propósito de las armas que le secuestraron, señaló que son su "pasión".Por último, Cecilia Gómez, la abogada, desconoció la droga incautada en el departamento que vivía. Agregó que ese lugar era su estudio jurídico. Relató que su pareja había sido Miguel Ángel Braun, que lo conoció en 2009 y que en 2012, éste se fue a convivir con ella a Capital Federal. Añadió que ese año la empresa en la que trabajaba cerró y por eso se volvió a vivir a su casa materna en Gualeguaychú, donde inició actividades comerciales, más allá de asistir a algunos pocos clientes en Buenos Aires. Sostuvo que en septiembre de 2013 rompió su relación sentimental con Braun, y que más de una vez lo llamó exaltada reclamándole dinero que le había prestado.Sobre la visita de Ludueña el 2 de noviembre de 2013, la abogada aseguró que lo conocía porque era "amigo" de Miguel Ángel Braun, y que Ludueña llegó hasta su casa para buscar su asistencia profesional. Análisis digital
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