Algunos Medios y el sueño de un Gobierno Planetario
Con la convicción que la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, constituye una gran oportunidad para la reconstrucción de nuestra identidad extraviada, quisiera complementar lo expuesto en "Algunos Medios y una Hipótesis" (El Día 23/09/09)
Por José María Blanco
OpiniónSi el futuro depende de las preguntas trascendentales que nos hacemos y de la intensidad que en sus respuestas encontramos, resulta poco clarificador (además de aburrido) para el conjunto de la sociedad, el hecho de reducir el debate a una mera cuestión jurídica, ya que constituye una grave limitación que puede llevarnos a discutir solamente por el árbol, con tal de que no se vea el bosque, además del brutal choque que genera el ver que: "Más allá que -como pedía Voltaire-, sea necesario aclarar los términos: Cualquier norma surgida de un gobierno democrático será por definición, más justa que otra proveniente de un régimen autoritario" (¿UNA NUEVA LEY O SIMPLEMENTE UNA LEY? - J. Bracco).Cuando en aquel artículo refiero a quienes "ya habían soñado y puesto en marcha un futuro de desidiologización planetaria que culminaría muchos años después con el gran triunfo del neoliberalismo, a través de la caída del Muro de Berlín" , lo hago desde el pleno convencimiento respecto de la existencia de un suprapoder mundial, que a pesar de haber evolucionado en las técnicas que utiliza (un poco menos de golpes de estado y más al click del mouse o al sms del celular) para proteger, proyectar y aumentar sus intereses, que tiene como sus principales aliados a ciertos medios de comunicación.No es casualidad que los tan geniales como perversos, diseñadores planetarios de la estrategia de la dependencia, como el casi secreto Concilio de Relaciones Exteriores (Kissinger fue uno de sus Presidentes), el Grupo Bilderberg (mencionado por Pedro Barcia durante una brillante exposición en Gualeguaychú) y la Comisión Trilateral, son quienes controlan - además de industrias globales de toda clase - los principales medios de comunicación en los Estados Unidos (NBC, CBS, ABC, Time, etc.).Sin profundizar en detalles históricos que pondrían a cualquier lector desprevenido frente a una angustiante disyuntiva: que él mismo como sujeto, es parte de una historia que parece de ciencia ficción o que quien escribe estas líneas perdió el juicio, estoy diciendo que "personas de carne y hueso", como David Rockefeller, Henry Kissinger (su verdadero nombre es otro) o Zbigniew Brzezinski - entre otros - son los arquitectos de un mundo diseñado a la medida de los más poderosos intereses globales que uno pueda imaginar.Sobre Zbigniew Brzezinski, quiero agregar que es el autor de un libro fantástico, La Era Tecnotrónica, que ya a finales de los años '60 anticipaba el "fin de las ideologías" de la mano de las nuevas tecnologías y es, sin temor a equivocarme, uno de los intelectuales (junto con Kissinger) más influyentes para todos los gobiernos de la historia estadounidense, en el diseño geopolítico. Además, fue co fundador - con David Rockefeller - de la Trilateral en 1973, lo ¿curioso?, acaba de ser designado por Obama como su principal Consejero en Política Exterior; sin palabras.Estas organizaciones de poder por encima de cualquier otro poder, se jactan de utilizar al marketing o al militarismo en la misma dimensión, cualquiera de los dos y según les convenga, es tomado como simples instrumentos para "manejar los cambios sociales".Quienes se oponen a la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, deberían investigar (académicamente hablando) para encontrar los muchos paralelismos existentes entre esos defensores del "american dream" y algunos actores "made in argentina". Podría empezarse por:Primero: La Dictadura y Papel Prensa en 1977.Segundo: El vaciamiento ideológico con contenido periodístico de Clarín. "La decisión gerencial del diario de echar al desarrollismo - ideario político al que abrazó Clarín desde los finales de los años '50 hasta principios de los '80 - de la empresa a inicios de 1981 como la confirmación de que el diario volcaría sus fuerzas a la construcción del grupo económico y no a las rencillas político-ideológicas. Por tanto, puede plantearse que el tipo de pacto, explícito e implícito, con el gobierno militar que supuso el negocio de Papel Prensa debe entroncarse en una línea de continuidad con lo que será la política del diario durante los años '90, donde buscará y obtendrá beneficios legislativos por parte del Estado y utilizará su función periodística y su influencia sobre la opinión publica para presionarlo en función de sus propios intereses empresariales". (UNA BATALLA GANADA - M. Borrelli).Tercero: Tener presente que cuando un Medio nos habla sobre "la verdad de los hechos" (como si los hechos - que no hablan por si mismo, sino por lo que son: hechos - ) no es más que decir su propia interpretación sobre los mismos o como quiere que esos hechos sean interpretados.Resulta notable una publicidad (absolutamente tendenciosa) que dice: "la realidad puede taparse...o puede hacerse tapa" (Clarín), cuando la nueva Ley se refiere estrictamente a los Medios Audiovisuales y no a los gráficos.Bastantes "vaciamientos" (económicos, culturales, sociales, etc.) hemos padecido los argentinos como para que algunos insistan que solo en los Medios se puede hacer política (ese es el proyecto de la Trilateral), que ha hecho posible una política de la no política, desde una ideología de la no ideología. Solo por eso, algunos plutócratas con careta de demócratas, pueden aspirar a ser presidenciables (Macri, de Narváez, por ejemplo).Lo más lamentable en toda esta historia, es observar el comportamiento de ciertos representantes de movimientos populares históricos. Sería irreproducible lo que seguramente les dirían Jauretche o el mismísimo Alfonsín.
Por José María Blanco
OpiniónSi el futuro depende de las preguntas trascendentales que nos hacemos y de la intensidad que en sus respuestas encontramos, resulta poco clarificador (además de aburrido) para el conjunto de la sociedad, el hecho de reducir el debate a una mera cuestión jurídica, ya que constituye una grave limitación que puede llevarnos a discutir solamente por el árbol, con tal de que no se vea el bosque, además del brutal choque que genera el ver que: "Más allá que -como pedía Voltaire-, sea necesario aclarar los términos: Cualquier norma surgida de un gobierno democrático será por definición, más justa que otra proveniente de un régimen autoritario" (¿UNA NUEVA LEY O SIMPLEMENTE UNA LEY? - J. Bracco).Cuando en aquel artículo refiero a quienes "ya habían soñado y puesto en marcha un futuro de desidiologización planetaria que culminaría muchos años después con el gran triunfo del neoliberalismo, a través de la caída del Muro de Berlín" , lo hago desde el pleno convencimiento respecto de la existencia de un suprapoder mundial, que a pesar de haber evolucionado en las técnicas que utiliza (un poco menos de golpes de estado y más al click del mouse o al sms del celular) para proteger, proyectar y aumentar sus intereses, que tiene como sus principales aliados a ciertos medios de comunicación.No es casualidad que los tan geniales como perversos, diseñadores planetarios de la estrategia de la dependencia, como el casi secreto Concilio de Relaciones Exteriores (Kissinger fue uno de sus Presidentes), el Grupo Bilderberg (mencionado por Pedro Barcia durante una brillante exposición en Gualeguaychú) y la Comisión Trilateral, son quienes controlan - además de industrias globales de toda clase - los principales medios de comunicación en los Estados Unidos (NBC, CBS, ABC, Time, etc.).Sin profundizar en detalles históricos que pondrían a cualquier lector desprevenido frente a una angustiante disyuntiva: que él mismo como sujeto, es parte de una historia que parece de ciencia ficción o que quien escribe estas líneas perdió el juicio, estoy diciendo que "personas de carne y hueso", como David Rockefeller, Henry Kissinger (su verdadero nombre es otro) o Zbigniew Brzezinski - entre otros - son los arquitectos de un mundo diseñado a la medida de los más poderosos intereses globales que uno pueda imaginar.Sobre Zbigniew Brzezinski, quiero agregar que es el autor de un libro fantástico, La Era Tecnotrónica, que ya a finales de los años '60 anticipaba el "fin de las ideologías" de la mano de las nuevas tecnologías y es, sin temor a equivocarme, uno de los intelectuales (junto con Kissinger) más influyentes para todos los gobiernos de la historia estadounidense, en el diseño geopolítico. Además, fue co fundador - con David Rockefeller - de la Trilateral en 1973, lo ¿curioso?, acaba de ser designado por Obama como su principal Consejero en Política Exterior; sin palabras.Estas organizaciones de poder por encima de cualquier otro poder, se jactan de utilizar al marketing o al militarismo en la misma dimensión, cualquiera de los dos y según les convenga, es tomado como simples instrumentos para "manejar los cambios sociales".Quienes se oponen a la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, deberían investigar (académicamente hablando) para encontrar los muchos paralelismos existentes entre esos defensores del "american dream" y algunos actores "made in argentina". Podría empezarse por:Primero: La Dictadura y Papel Prensa en 1977.Segundo: El vaciamiento ideológico con contenido periodístico de Clarín. "La decisión gerencial del diario de echar al desarrollismo - ideario político al que abrazó Clarín desde los finales de los años '50 hasta principios de los '80 - de la empresa a inicios de 1981 como la confirmación de que el diario volcaría sus fuerzas a la construcción del grupo económico y no a las rencillas político-ideológicas. Por tanto, puede plantearse que el tipo de pacto, explícito e implícito, con el gobierno militar que supuso el negocio de Papel Prensa debe entroncarse en una línea de continuidad con lo que será la política del diario durante los años '90, donde buscará y obtendrá beneficios legislativos por parte del Estado y utilizará su función periodística y su influencia sobre la opinión publica para presionarlo en función de sus propios intereses empresariales". (UNA BATALLA GANADA - M. Borrelli).Tercero: Tener presente que cuando un Medio nos habla sobre "la verdad de los hechos" (como si los hechos - que no hablan por si mismo, sino por lo que son: hechos - ) no es más que decir su propia interpretación sobre los mismos o como quiere que esos hechos sean interpretados.Resulta notable una publicidad (absolutamente tendenciosa) que dice: "la realidad puede taparse...o puede hacerse tapa" (Clarín), cuando la nueva Ley se refiere estrictamente a los Medios Audiovisuales y no a los gráficos.Bastantes "vaciamientos" (económicos, culturales, sociales, etc.) hemos padecido los argentinos como para que algunos insistan que solo en los Medios se puede hacer política (ese es el proyecto de la Trilateral), que ha hecho posible una política de la no política, desde una ideología de la no ideología. Solo por eso, algunos plutócratas con careta de demócratas, pueden aspirar a ser presidenciables (Macri, de Narváez, por ejemplo).Lo más lamentable en toda esta historia, es observar el comportamiento de ciertos representantes de movimientos populares históricos. Sería irreproducible lo que seguramente les dirían Jauretche o el mismísimo Alfonsín.
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