Alimentos y bebidas: Habilitar las oportunidades

El sector reclama políticas activas para poder desarrollar su potencial; Copal elaboró un documento con diagnósticos y propuestas. Por Florencia Carbone (*) Un viejo chiste aplica a la perfección para describir lo que hoy vive la industria de alimentos y bebidas (IAB) del país. Cuenta esa historia que mientras Dios iba dotando de "ciertas características" a la Argentina, sorprendido, San Pedro, se acercó a preguntarle si no le parecía exagerado dar tantas ventajas a esa parte del mundo: "Tendrán todos los climas, grandes reservas de recursos naturales, inigualables paisajes, una tierra enormemente productiva.", empezó a enumerar. Pero el Señor lo interrumpió: "Ya verás la gente que vivirá ahí. Eso compensará todas las bondades".Una versión adaptada del relato señalaría que según diversos cálculos el potencial del sector es enorme -los especialistas dicen que en 2020 la Argentina podría abastecer con alimentos y bebidas a más de 650 millones de personas-, pero el problema para desarrollarlo ("la compensación de las bondades" en este caso) es la falta de políticas adecuadas en algunas ocasiones, y el exceso de legislación perniciosa, en otros.La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) -que el 25 de abril cumplió 40 años- adelantó la semana última a un grupo de periodistas el documento "Análisis y propuestas de políticas públicas" para el sector, que formalmente presentará el 25 de agosto durante las "II Jornada Nacional de Alimentos y Bebidas: la oportunidad para liderar el desarrollo de la Argentina".A lo largo de 74 páginas, el documento enumera "los principales vectores que necesita el sector. y que en algunos casos, clama", según el presidente de Copal, Daniel Funes de Rioja. Hay una ordenada descripción de lo que se tiene y de lo que falta, diagnósticos y propuestas para cada punto, y una sucesión de gráficos y números que terminan de delinear una detallada radiografía de la industria.Lejos de haber quedado librada al azar, la fecha de presentación oficial fue cuidadosamente elegida: para entonces, las PASO (internas abiertas y simultáneas) habrán despejado el terreno político de precandidaturas y los aspirantes a suceder a Cristina Fernández de Kirchner harán gala de su cargo formal de candidatos. Es que si bien Funes de Rioja dijo que la propuesta puede ser "un insumo para los que actualmente diseñan políticas así como para los potenciales postulantes a liderar los distintos niveles de gobierno", Copal "no hace política".Acompañado por la directora ejecutiva de Copal, Mercedes Nimo, e integrantes de la comisión directiva (Guillermo Barzi, Bodegas de Argentina; Carlos Bernárdez, Federación de Molineros de Yerba; Alfredo Gusmán, Federación Argentina de Productores e Industrializadores de Sal; Gustavo Lazzari, Cámara Argentina de Industrias de Chacinados y afines; Eduardo Nougués, Centro Azucarero Argentino; y Guillermo Padilla, Cámara Argentina de Destiladores Licoristas), Funes de Rioja explicó que, a pesar de las dificultades locales y externas, el sector exporta el 40% de su producción por un valor de US$27.000 millones (lo que representa alrededor de 33% de las ventas totales del país)."Llegamos a 185 mercados y contribuimos a un saldo comercial muy favorable ya que nuestras importaciones representan apenas 3% de lo que exportamos. El sector está integrado por más de 15.000 empresas -en su gran mayoría pymes- que generan 500.000 empleos directos y aunque siempre ha sido un sector clave para superar las recurrentes crisis económicas del país, en muy pocas oportunidades fue considerado una prioridad genuina de las agendas políticas", sostuvo.En el documento se destaca que "el desarrollo del sector no puede descansar sólo en el esfuerzo de sus integrantes -que compiten entre sí y ofrecen productos con mayor valor agregado y calidad nutricional-", sino que se requiere de "un marco institucional y regulatorio que apoye una concepción estratégica como vector insustituible del desarrollo nacional y de una mayor inserción internacional del país". Entonces llegó el momento de enumerar algunos de los puntos que requiere la industria: NECESIDADESReglas de juego claras y previsibles para el desarrolloEstabilidad macroeconómica, contexto favorable para la inversión, junto con un marco regulatorio previsible y armónicoPolítica comercial que promueva el acceso a mercados.Área de interlocución específica para desarrollar la articulación público-privada.Derogación de la ley de abastecimiento y de "toda norma que limite en forma directa o indirecta la libre exportación de alimentos y bebidas o restrinja la importación de insumos y bienes finales para la industria".Definición de un cronograma que refleje la progresiva pero permanente disminución hasta su eliminación total de los derechos de exportación sobre las materias primas que procesa la industria así como de sus productos finales.Definición de un plan de pagos de reintegros y reembolsos adeudados y un análisis integral para establecer los nuevos niveles de reintegro, con especial énfasis en las producciones de las economías regionales.Disminución de la carga fiscal e impositiva (tanto a nivel nacional, provincial como municipal).Facilitar las condiciones y costos de líneas de financiamiento para capital de trabajo, inversión productiva y prefinanciación de exportaciones (con tratamiento diferencial para las pymes).Propiciar la reducción de los costos logísticos a través de la mejora de la infraestructura en rutas, caminos, puertos, transporte, energía. "En los últimos años se observa un incremento importante de los costos logísticos en la industria. esto afecta negativamente el nivel de competitividad y se observa a su vez un bajo nivel de inversiones en obras de infraestructura que facilite la operatoria comercial tanto en puertos, rutas, medios de transporte y distintos servicios vinculados con la producción agroalimentaria."Bajo la lupa del trabajo que presentaron los productores de alimentos y bebidas están el sistema de admisión temporaria, el plazo de ingreso de divisas, las DJAI (Declaración Jurada Anticipada de Importación), y las negociaciones internacionales, entre otras cosas.Otra de las preocupaciones más destacadas en el sector es la "creciente presión tributaria" que en algunos casos llega al 40% sobre la facturación. "No tenemos política fiscal sino sálvese quien pueda", espetó Funes de Rioja."Llevamos 21 meses de contracción industrial. Las exportaciones de alimentos y bebidas cayeron 20% en el primer trimestre de 2015 comparado con 2014. Se pierden volúmenes pero también mercados, que es lo que más cuesta recuperar. La evolución del salario básico de comercio entre 2001 y 2014 en la alimentación fue de 3074%", dijo antes de comentar la diferencia de los salarios locales con otros "competidores": "El costo de la hora hombre en el sector, en la Argentina , está entre 15 y 18 dólares; en Brasil oscila entre US$ 8 y 9 y en México, entre US$ 4 y 5".Otro de los aspectos sobresalientes es la crítica situación de las economías regionales. "El sector está compuesto por alrededor de 15.000 empresas: 400 grandes, 993 medianas, 4297 pequeñas y 8827 microempresas. Al continuo aumento de los costos (como la mano de obra, entre 30 y 35%) hay que sumarle la devaluación de la moneda en la mayoría de los países a los que exportamos (en Brasil, principal destino, ronda el 30%)", dijo el presidente de Copal.En el trabajo se analizó el impacto que tienen en la recaudación fiscal las retenciones que se aplican a las economías regionales: "Es apenas US$ 308 millones, lo que representa 3% del total", dijo como muestra de que esa sería una vía rápida, accesible y sin un gran impacto en las arcas oficiales, con un gran alivio para ese sector."Desde septiembre de 2011 que el sector privado no crea empleo. En el mundo, la proporción es 90% de empleo privado y 10%, público. En la Argentina, 70% privado, 30% público. Éste es un sector estratégico para el relanzamiento de la economía, y de rápida reacción", insistió Funes de Rioja.Luego contó que estos análisis y propuestas ya fueron presentados a funcionarios del Gobierno (como el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el secretario de Comercio, Augusto Costa), al gobernador bonaerense y precandidato presidencial Daniel Scioli, y a integrantes de fundaciones que trabajan en los programas de gobierno de otros postulantes para suceder a Cristina Kirchner (como la Fundación Pensar, del macrismo).¿Cuál fue la respuesta? "Como dicen los japoneses, rikai (significa entendido). Ningún candidato menciona medidas concretas y los funcionarios hablan de lo que están haciendo con el Belgrano Cargas y los puertos, pero eso, con suerte, lo verán, en algunos años, los que sobrevivan. Hay que trabajar a largo plazo sobre los factores distorsivos -que llamó "retenciones industriales"-, pero necesitamos que nos digan qué van a hacer en lo inmediato para llegar a lo mediato", respondió Funes.Los planteos no son novedosos: mayor integración al mundo, simplificación de normativa para reducir costos y ganar competitividad, sellar la tan promocionada alianza público-privada de una buena vez... y la lista podría prolongarse varias líneas más.La cuestión es que aunque nadie se canse de repetir que "el potencial agroalimentario de la Argentina es inigualable", para desarrollarlo es necesario cumplir con un mínimo de requisitos -que tampoco resultan demasiado novedosos- como contar con infraestructura adecuada, energía suficiente y educación que permita tener trabajadores calificados.Tal vez la gran novedad surja el día en que haya alguien que disponga y ejecute una política a medida del sector.*Publicado en Comercio Exterior de La Nación.
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