Amor que abriga: vistió con chalecos a los perros callejeros
Martín Falco es "perrero" de alma. Preocupado por el frío que deben soportar los perros de la calle decidió hacer confeccionar chalecos para abrigarlos. Hoy, 40 pichichos agradecidos lucen capita y ya piensa en encargar otra tanda. Un gesto que contagia solidaridad.Estela Gigena"Soy un apasionado por los perros" confesó Martín en diálogo con ElDía. Quienes lo conocen saben que diariamente, por su local comercial de Ayacucho casi 25 de Mayo, desfilan muchos de los perros callejeros de la ciudad, con la seguridad de que allí encuentran una ración de comida y unos mimos para seguir "pateando" la ciudad.¿Cómo se le ocurrió esta idea? "Sintiendo el frío de la calle. Ver sus caras cuando me vengo a casa y se quedan ahí mirándome", contó Martín.Aseguró que le encantan los perros. "A los dos chicos que trabajan conmigo les gustan tanto como a mí, entonces es fácil tener una bolsa de comida siempre. Ellos vienen a la mañana, saludan moviendo la cola, comen, reciben unas caricias y se van; se conforman con eso. Esa es la realidad", dijo y habló de las sensaciones que le genera esa acción. "Es gratificante, es reinspirador. Y saber que hay gente que se suma a esto, que comparte, es muy bueno", aseguró.Martín explicó que "el goce de poder abrazar y darle un poco de comida hace bien, aunque sabemos que no alcanza la caricia, la comida", pero es un granito de arena para ayudar. CORDOBESES SOLIDARIOSCuando se le ocurrió la idea de ponerles chalecos a los callejeros buscó en Internet fábricas de ropa para perros. "Busqué en Buenos Aires, en Córdoba, y allí hay una pareja que se dedica a fabricar ropa muy pituca para perros. Les expliqué para qué los quería y enseguida se solidarizaron. Me hicieron muy buen precio y les pusieron cintitas reflectivas para que los vean en la oscuridad cuando cruzan las calles. Les encargué 40 y ya vestimos a 39. Reservé uno para un gordito que siempre viene y no ha venido en estos días. Estoy viendo pedir unos 20 más, aunque nunca van a alcanzar", se lamentó.Los chalecos tiene una leyenda: "Soy callejero", y advierte: "si hace calor sacáselo y guardáselo o mandá mensaje" a un celular, el de Martín. "No tengo ningún problema de ir con mi auto, retirar y guardar los chalecos para cuando la temperatura vuelva a bajar". Explicó que quiere evitar que en un día de calor los perros intenten sacárselos y "sea una trampa". TODOS LOS PERROSAunque suene como una paradoja, Martín hoy no tiene perros en su casa. "Tuve un perrito que lo llevé a la casa de mi hermano porque no lo podía tener acá. Un amigo mío lo encontró camino a Ñandubaysal. Estaba sarnoso. Lo recuperamos con Aldo Tellechea. Estuvo medicándolo una semana, me encariñé y me lo llevé a la chacra. Tenía una perra Coker que se me murió no hace mucho. El perro es una responsabilidad. Necesita que uno le dedique tiempo. Yo estoy todo el día afuera. Así que lamentablemente no me puedo dar el lujo de tener un perro".No tiene perro en su casa, pero los tiene a todos en el hogar de su corazón, donde reciben cariño, comida, y ahora también abrigo.Gestos como el de Martín calientan el alma y alientan la solidaridad. EL MISMO AMOREn su muro de Facebook, Martín escribió: "Sorprendido y feliz de saber que tanta gente se alegra por ellos, los que lejos de nuestro confort esperan la ración del día que a veces no llega, fantaseando quizá el sueño de un hogar o al menos el cartoncito en la puerta cuando el frío quema. Con algunas fotos que me enviaron estos amigos geniales con los que repartimos los abrigos pensaba hacerme un álbum privado de recuerdo en mi pc, y porque veo que hay mucha gente que sintoniza el mismo amor por ellos es que quiero compartirlasIMPORTANTE: por favor cuando se venga el calorcito y vean a alguno de estos señoritos sáquenselo y guárdenlo para ponérselo cuando haga falta. Mil gracias a todos!
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