Aseguraron que Valentino participaba de allanamientos y detenciones ilegales
En el juicio por la Causa Harguindeguy declararon ayer dos hombres que hicieron el servicio militar en Gualeguaychú durante la última dictadura y un odontólogo militar que identificó a los presos políticos con el "terrorismo". En una nueva audiencia del juicio por la Causa Harguindeguy, un exconscripto que se desempeñaba como chofer del jefe del Regimiento de Gualeguaychú, Juan Miguel Valentino, dijo que asistió a procedimientos realizados por el Ejército durante la dictadura e inclusive en la detención de una persona. El testigo dijo que el propio Valentino participaba de esos operativos. También declaró otro exconscripto y un odontólogo que prestó funciones en el Ejército entre 1975 y 1987.En esta etapa del juicio por delitos de lesa humanidad en la costa del río Uruguay, se juzgan los hechos acontecidos en Gualeguaychú. Los imputados son el ministro del Interior de la dictadura, Albano Harguindeguy, quien no viene presenciando las audiencias vía videoconferencia por estar internado por un cuadro de neumonía; Valentino; el exteniente coronel Santiago Kelly del Moral y los expolicías de la provincia Marcelo Pérez y Juan Carlos Mondragón.En primer turno declaró Mario Enrique Pozzi, oriundo de Larroque, quien realizó el servicio militar obligatorio entre abril y diciembre de 1976. A un mes de ser conscripto fue designado chofer de Valentino. Su tarea cotidiana consistía en trasladar, al volante de un Ford F100, al jefe dentro del regimiento o reuniones en la Policía provincial y otras instituciones de la ciudad; y a la familia del entonces mayor a distintos quehaceres en el vehículo particular.Aunque dijo que no vio detenidos civiles en dependencias del Ejército, ni escuchó comentarios sobre ello, admitió que participó de allanamientos trasladando al jefe en la camioneta, publicó Diario Uno. Uno de ellos fue de noche y Valentino le ordenó permanecer a unos 50 metros del lugar del procedimiento. Otro fue en la zona céntrica de la ciudad, a las 11 de la mañana.Además contó que en una oportunidad quedó detenido un hombre de entre 25 y 30 años, que cree que era de cabello rubio, que subieron a la caja de la camioneta y que él debió custodiar dejando por un momento su rol de conductor. No recuerda si fue el mismo Valentino quien tomó el volante o si éste fue de acompañante y otro manejó hasta la unidad militar. Pero lo importante de esta declaración es que ubica al principal responsable de la represión ilegal del sur entrerriano en el lugar de los hechos, lo que daría pie para interpretar que actuó no sólo como autor mediato sino también como autor directo de detenciones ilegales.Pozzi confirmó así que el imputado era quien daba las órdenes y a la vez participaba de algunos procedimientos, aunque quien lo hacía más habitualmente era el subjefe Gustavo Martínez Zubiría. Además señaló que recibía gente en su despacho, aunque pensaba que eran personas que iban a pedirle ayuda por temas sociales y no sabía que se trataba de familiares de detenidos-desaparecidos.El testigo Hugo Espino declaró mediante videoconferencia desde Concepción del Uruguay. También fue conscripto en Gualeguaychú, entre marzo del 76 y mayo del 77. Su aporte a la causa fue que, aunque dijo que no vio detenidos civiles en el lugar, sí confirmó que eso era "vox populi", como también que los presos políticos eran "llevados" a "la granja" ubicada en los fondos de la unidad castrense. La granja es señalada por las víctimas como sitio de torturas.Asimismo Espino admitió haber concurrido a procedimientos de fuerzas conjuntas encabezadas por el Ejército, en los cuales le daban la orden de permanecer en custodia a tres o cuatro cuadras del lugar allanado. También le tocó estar en una requisa de armas en el barrio Puerto Nuevo.El odontólogo militar Alberto Parra, quien declaró en tercer turno, utilizó en su testimonio la terminología propia del poder castrense de la época cuando habló de "terroristas" de "alta peligrosidad" que estaban detenidos en la Unidad Penal de Gualeguaychú.Parra trabajó en el Ejército de Gualeguaychú entre 1975 y 1987, cuando pidió la baja de la fuerza. Según dijo, no se enteró de que hubo allí presos políticos hasta que, muchos años después, lo leyó en los diarios.En su testimonio indicó que durante las formaciones diarias, luego del golpe de Estado de 1976, la tropa era instruida sobre cómo enfrentar "ataques de terroristas". Comentó que les pedían que se mantuvieran alertas y que les enseñaban contraseñas para comunicarse con quienes ingresaban al regimiento y cómo actuar con quien no respondiera esas contraseñas.También admitió que en el orden del día estaba el envío de soldados a la Unidad Penal, algo que justificó porque allí "había detenidos por el tema del terrorismo, de la guerra, de alta peligrosidad", en referencia a los disidentes políticos ilegalmente privados de su libertad. Inclusive recordó el traslado de presos en un avión Hércules a Coronda y Resistencia.Parra, además de odontólogo y militar, fue durante cuatro meses secretario de Gobierno de la Municipalidad cuando era intendente de facto el represor Martínez Zuviría.
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