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Atropelló, arrastró a una persona en el capot y huyó: cómo fue la semana del uruguayo que se entregó en la frontera

Toda esta historia comenzó en un operativo de alcoholemia de rutina durante la madrugada del domingo 1 de septiembre en Gualeguaychú.
El control se desarrollaba en la esquina de Ayacucho y Doello Jurado, cuando el conductor de un Peugeot 308 al que se le estaba realizando el control de alcoholemia, embistió al agente de tránsito Matías Pallarini, arrastrándolo a lo largo de 800 metros hasta que en la intersección de calles Cándido Irazusta y Eva Perón el agente cayó del vehículo.
El conductor, identificado como Luciano José Pérez Pilón, domiciliado en Fray Bentos, manejaba el Peugeot 308 color blanco con dominio JFC 5703 de la República Oriental del Uruguay (ROU).
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Tras confirmarse que tenía un nivel de alcoholemia de 1.22 g/l se le solicitó que descendiera del vehículo.
Sin embargo, con la excusa de que necesitaba buscar su teléfono en el auto, se metió nuevamente dentro él y emprendió la huida, embistiendo al agente Pallarini, quien sufrió golpes en la cabeza y lesiones en las manos, sin fracturas pero con dedos recalcados. A raíz del impacto sufrido en su cabeza fue trasladado al Hospital Centenario, donde fue dado de alta unas horas más tarde.
Lo cierto es que el uruguayo aceleró el auto, tomó calles en contramano y realizó maniobras en zig-zag para deshacerse del inspector, quien se aferraba al vehículo para evitar ser lanzado al pavimento. Así durante alrededor de 800 metros (casi 10 cuadras). Finalmente, el agente cayó al suelo en las inmediaciones de Av. Parque Cándido Irazusta y Eva Perón.
A partir de ese momento, y a pesar de que el raid con el agente de tránsito arrastrado en el capot del Peugeot fue captado por varias cámaras de seguridad, se perdió toda pista de Pérez Pilón, y comenzó de esta manera el misterio sobre su paradero.
Sin embargo, Pérez Pilón había dejado en el lugar del operativo la cédula identificatoria del vehículo y su licencia de conducir, lo que facilitó la identificación del infractor.
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Lo cierto es que menos de 48 horas más tarde, el joven de 23 años fue descubierto nuevamente en Fray Bentos, más específicamente en una cancha de fútbol, a donde se presentó a jugar con su equipo “Los Abstemios 1992”, como si nada de lo que sucedió del otro lado de la frontera hubiera sucedido.
Ahora queda por trascender o averiguar dos cuestiones: cómo fue que Perez Pilón regresó a Uruguay y cuál fue el destino del Peugeot 308 con el que hizo el raid con el agente de tránsito trepado al capot.
En resumen, Perez Pilón se enfrenta ahora a delitos menores: lesiones leves y resistencia a la autoridad, las cuales tienen un máximo de 2 años, por lo que no son delitos de cárcel y muchos especulan que con una probation podría quedar todo solucionado. Sin embargo, si el juez ve algún agravante en su accionar, también podría complicarse más la situación procesal del uruguayo.