Bárbaro, Aranjuez y Sotap, tres íconos de la adolescencia de una generación
Gualeguaychú era muy distinto a lo que en la actualidad se conoce. La cantidad de habitantes era mucho menor y el circuito nocturno no era muy diferente.Los adolescentes, principalmente de los años 80, coincidían en lugares comunes que hoy Diario ElDía rescata de las memorias de sus propietarios.Carlos Riera, Mónica Farabello y Luciano PeraltaLa ciudad no iba mucho más allá de las vías y caminar hasta la Costanera parecía llegar hasta el otro lado del mundo, donde no había prácticamente nada. Los jóvenes veían con recelo las alternativas que se presentaban en las ciudades grandes como Buenos Aires, hasta que intrépidos apostaron a este rubro y marcaron una época imborrable para muchos.Bárbaro es bárbaroHoracio Rívas vivía en Rosario pero visitaba Gualeguaychú asiduamente porque su padre tenía familiares y una casa en la Isla Libertad. Había hecho un grupo de amigos entre los que se encontraba Guillermo Rivas, que por aquel entonces era dueño de un boliche que se llamaba O'Barquinho.Guillermo Rivas le decía que en Gualeguaychú hacía falta otro boliche y "yo veía que no había ninguna disco grande, como las que empezaba a haber en Buenos Aires". Ya decidido a apostar en Gualeguaychú, en el rubro entretenimiento, Guillermo le dice a Horacio "por qué no hablás con Alberto Bahillo que tiene ganas de poner un boliche, así se asocian, no compiten y hacen algo grande".Fue así que Alberto Bahillo - ya un empresario reconocido de la ciudad - y Horacio Rivas acuerdan hacer algo juntos. Bahillo le mostró un local que ya había alquilado que estaba en Maipú y Bolívar, que incluso ya tenía en marcha el proyecto en manos del arquitecto Raúl Medrano y de su hermana que era decoradora.Fue así que el 18 de noviembre de 1976, Bárbaro abrió sus puertas para los jóvenes de la ciudad. Fueron años dorados hasta que tres años después de su inauguración, Alberto Bahillo prefirió dar un paso al costado y apostar más capital a su heladería. "Él necesitaba hacer unas modificaciones y con la parte que yo debía pagarle, Alberto iba a comprar maquinarias y vehículos", comentó Horacio Rivas sobre su socio, a quién hoy en día recuerda con mucho cariño, "aprendí mucho al lado de él".El boliche del tobogánBárbaro fue rápidamente conocido por un aspecto único que salió de la cabeza del arquitecto Medrano: un tobogán de madera que unía la planta alta con la pista principal. "A nosotros nos gustó mucho de entrada", señaló Rivas y detalló que se trataba de un tobogán "lo suficientemente ancho como para que una pareja se arrojara por allí"."En esa época no había discos en la región, a excepción de Bufalo en Concepción del Uruguay, pero igualmente venía mucha gente de esa ciudad a Bárbaro, y también personas de Zárate y de Gualeguay", recordó el propietario.Hubo noches especiales en Bárbaro, donde se eligieron reinas como Zuly Zanet, Teresita Pigueti, Mariana Sánchez, Maria Laura Luciano, o el evento del Mr Facha que duró cuatro años. Pero a su vez hubo ocasiones donde no entraba un alma y Rivas recuerda perfectamente como una de ellas la vez que se sorteó un Jeep y para otorgarlo el ganador debía estar presente."Alrededor de dos mil personas llegaron a entrar pero la noche del sorteo hubo más, incluso debimos colocar monitores de televisión del circuito cerrado en la entrada por la cantidad de personas que quedaron afuera", contó este empresario que en los inicios de Bárbaro contaba con 34 años.El fin de una épocaBárbaro cerró sus puertas en el año 94, después de 18 años intensos, donde miles de jóvenes fueron parte de una historia. "Hubo una serie de circunstancias, estaba pasando por una depresión a raíz de la perdida de un hijo y venía arrastrando esa situación durante algunos años, ya no iba a Bárbaro, me traía mucho recuerdos porque mis hijos iban ahí. Por otra parte, inauguraron dos discos mas en ese entonces, que significaban una competencia que si yo hubiera estado con otro estado de ánimo la hubiera peleado", reconoció Horacio sobre ese difícil momento."Tuve muchas competencias durante todos esos años y con muchos de los dueños terminamos siendo amigos, yo nunca hable mal de ninguno, me limitaba a introducirle al boliche nuevas cosas, tecnología, que se viera una permanente renovación", explicó."En los 18 años debo haber cambiado al menos seis veces el sistema de audio, incorporando nuevas tecnologías. Empezamos con 600 watt, una locura para aquella época. Traje el rayo laser cuando salió, los videoclips, la maquina de humo con hielo seco, donde el humo no se expandía sino que quedaba suspendido a la altura de las rodillas", prosiguió.Sus competidoresRivas recuerda perfectamente la época donde la competencia la tenía con Sotap pero aclaró que tenían público diferente. "Ellos tenían las edades más jóvenes y yo la gente un poco mayor. Sotap de los 15-16 a los 20 y yo en adelante, compartíamos algunos segmentos", agregó.Según relató el hombre que hoy se desempeña como Director de Radio Nacional, Bárbaro fue el primero en introducir una tarjeta de beneficios, que se llamaba Car10, que tenía como fin favorecer al habitual cliente de todo el año de aquellos que llegaban en temporada de verano."Esta tenía un precio diferenciado y los chicos debían inscribirse para sacarla, esto me dejaba una base de datos con fechas de cumpleaños donde se les hacía una atención a las chicas que cumplían 15 o los muchachos que llegaban a los 18, era una atención que se hacía", recordó.Pero también destacó la tarjeta car dorada, que estaba destinada para los amigos, una especie de tarjeta vip, que era sin cargo. "Yo, por ejemplo, se las regalaba a las chicas que concursaban en los eventos de belleza y a las finalistas les regalaba la tarjeta, ellas tenían acceso gratis al boliche y yo me aseguraba de tener a las chicas mas lindas", comentó entre risas.18 años de historia no es poca cosa y más si se tiene en cuenta la cantidad de parejas que se conocieron, se hicieron de novio y se casaron, aunque también hay un porcentaje que no tuvo el final feliz. Esto lo recuerda con mucha simpatía Rivas, que hasta el día de hoy hay muchos que le remarcan sus historias frustradas a las que él solo responde: "soy culpable".Los disc jockeyRivas recordó a cada uno de los que se ocuparon de musicalizar una época. "Jorge Balerdi fue el primero y estuvo alrededor de un año, el segundo fue Juan Carlos Isola que hizo su carrera de ingeniero trabajando como disc jockey, llegaba de Concepción los viernes y se iba directo al boliche para trabajar. Se recibió en consonancia con los 10 años de Bárbaro. Después fue Tachilo Fernández durante un largo tiempo, luego su hermano el chino Fernández, siguió chocho Iriarte, que había sido disc jockey de O'Barquinho, y por último un disc jockey que vino de Buenos Aires, Mariano Andrade, fue el que introdujo el CD".Bárbaro LongoDe dónde salió el nombre Bárbaro para el boliche tiene una peculiaridad. "En realidad surgió de una lista que yo traje de Rosario, que mis amigos del canal de Rosario me habían aportado y entre la cual estaba el nombre de Bárbaro pero hay una anécdota al respecto", comentó."El dueño del local era Bárbaro Longo, un hombre que había tenido una carpintería, y algunos decían que se había puesto en su honor, era un nombre atípico en un hombre pero en realidad surgió de la lista. A él le encantaba porque creía que era Bárbaro en su honor", reveló. Aranjuez fue algo más que una confitería Jorge Rizzi fue el dueño de la confitería más exitosa de los '80 y '90 en Gualeguaychú. Ubicada en 25 de Mayo y Chacabuco, mantuvo un estilo que supo cautivar a la familia y al público joven por más de una década.Aranjuez fue inaugurada el 18 de septiembre del año 81. En esa ocasión, se realizó una fiesta diferente a lo que todos estaban acostumbrados. Dentro del local estaban invitadas todas las autoridades municipales del momento, y fuera, todo el público en general que quiso formar parte de una historia que duraría 17 años.Esa celebración, se repetiría cada 18 de septiembre. En diálogo con ElDía, Jorge Rizzi recuerda aquellos años. Nos cuenta que "en esas fiestas de aniversario, ibas por la calle y te convidaban con sándwiches, poníamos choperas con vasitos y toda la gente participaba". De los autos a AranjuezRizzi se dedicaba a la venta de automóviles y cuando el negocio comenzó a bajar su rentabilidad, pensó en regresar a Colón, su ciudad de origen. En ese momento, un conocido le dijo: ¿Y si ponés una confitería?Así fue como comenzó a pensarse Aranjuez. Una confitería que tomó un nombre español, ya que Rizzi consideró que la gastronomía es bien española y además, en referencia al concierto de Aranjuez."Fui a una talabartería, las mesas eran de madera y todo lo hicimos nosotros con cuero." Contó Rizzi y continuó: "Pensamos que tenía que ser un lugar para la familia, pero también para los jóvenes; entonces le pusimos manteles y cubre manteles. Las mesas de madera de eucaliptos y las sillas de cuero. Luego fui a un desarmadero y había un escudo antiguo en un garage que no tenía fondo. Era de un espejo antiquísimo. Entonces ahí le hice un escudo con símbolos. Todos son símbolos de Aranjuez, de los españoles". Con la ayuda de DiosDesde el 81 al 97, Aranjuez fue un lugar de encuentro para amigos, políticos, parejas, familias. Sin dudas, un espacio que quedará en la memoria de todos los que vivieron aquella época.Además, los fines de semana, la confitería ofrecía música en vivo y los jóvenes se convocaban masivamente. Rizzi, su dueño, aseguró que "esto fue una confitería donde estuvo Dios; porque los baños eran espantosos y la dueña del local no me dejaba modificarlos porque ese local había sido del banco de Entre Ríos; y así y todo la gente nos elegía".Por pedido de los dueños del lugar, Rizzi debió ingeniárselas para remodelar y acondicionar un ex banco, sin romper absolutamente nada. Y finalmente, todo resultó bien."Trajimos un carpintero de Colón. Todas las maderas estaban superpuestas. Todo se tapaba atrás de la cocina y tenía un alero que pasabas atrás de la cocina... no tuvimos que romper nada y le dimos un lindo estilo al lugar", recordó y aseguró: "Aranjuez fue una confitería líder durante 17 años; desde que abrió hasta que cerró. Siempre tuvo el mismo personal. Juntaba los políticos más importantes en aquel momento, como Menem y Alfonsín. Se hacían conferencias de prensa; durante un año Radio Nacional hizo un programa desde la confitería; teníamos todos los públicos porque iba la familia, los turistas, los jóvenes". La decisión de ponerle un finLuego de 17 años de liderazgo, y de haberse convertido en un punto y lugar de encuentro para toda la ciudad, el dueño de Aranjuez debió tomar una decisión."Tuve que cerrar porque ya no era rentable. No había rentabilidad porque trabajábamos bien los viernes, sábados y domingos; y los lunes, martes, miércoles y jueves, mal. Sumado a que teníamos mucho personal y con un costo de alquiler elevado". Rizzi quiso comprar el lugar, pero la dueña no accedió.¿Si vuelve a abrir funcionaría de la misma manera?-No tendría consumo porque hoy no es el mismo consumo. Ha cambiado la historia económica del país. Aranjuez trabajaba domingos llenos, había que poner músicos. Era un costo alto con SADAIC y ADICAPIFF.Me acuerdo cuando abrimos Aranjuez se multiplicaba por tres: si el costo de un café era un peso se vendía a tres; una cerveza costaba dos pesos y se vendía a seis, pero después eso no pudo ser más así.Además, mermó el consumo: Iban cuatro chicos y estaban cuatro horas con una cerveza. Los dos últimos años me quedé sentado en Aranjuez, y perdía plata. Además los chicos tomaban mucho, había peleas. Yo nunca quise venderles alcohol a los menores y nunca se lo vendimos.Entonces dije 'esto no me sirve más' y tuve que darle un fin a esta historia que fuer hermosa y que me dejó muchos buenos recuerdos.Sotap: el primer boliche de la costaneraAbrió sus puertas en 1987. Fernando y Mariano Dacal, junto a Carlos "Mundolo" Barello, se embarcaron en la tarea de abrir un boliche cuando apenas pasaban los veinte años. En ese momento no pensaban que Sotap, como lo llamaron, iba a marcar una época y quedaría en la memoria de varias generaciones."A mí me dicen Pato, y en ese momento se usaban los nombres con apóstrofes, Sotap es Pato's al revés", contó a ElDía Fernando Dacal. Hace 25 años, la costanera no tenía la vida, las opciones comerciales y entretenimientos que hoy ofrece. "Fue muy duro arrancar en la costanera, en aquel momento se manejaba todo en el centro; el primer año cerrábamos en invierno, después pusimos un colectivo que salía del Hospital e iba cargando gente por la 25, hasta la puerta del boliche, nos costó mucho llevar la gente a costanera", contó.Fernando tenía 22 años, Mariano 19 y Mundolo 21, y manejaban todo el boliche. "Costó llevar la gente a costanera, un día sacamos un tractor amarillo para hacer publicidad, y en una carroza, con la música del Tractor Amarillo, salimos por el centro repartiendo folletos para una fiesta de la primavera que hacíamos en el boliche", recuerda el más grande de los Dacal. Y sigue: "También hicimos la fiesta de la espuma y trajimos un toro mecánico, que en aquel momento era como traer un marciano"."Después del día viene la noche y lo mejor de la noche es Sotap", decía la publicidad del boliche que llegó a tener tres pisos, cinco barras y dos cabinas de discjockey. "En ese momento Mundolo se había preocupado por tener muy buen sonido; mi hermano era un tipo al que le gustaba el tema de las promociones, habíamos comprado camionetas y las habíamos pintado de Sotap", relató Fernando.Los shows de famososEl boliche de la costanera se destacó por ofrecer shows de famosos y espectáculos. "Lo trajimos a Marcelo Tinelli cuando empezaba a ser furor; vinieron Pablo y Pachu, Yayo, "Los Gauchos" eran muy amigos nuestros", contó el "Pato" Dacal. "Habíamos alquilado O'Barquinho, y trajimos mucha gente a cantar en aquella época, como Mercedes Sosa y Sandra Mihanovich"."A Sotap, íbamos a traer a los Auténticos Decadentes, y terminamos llenando Racing", contó."En Sotap trabajó mucha gente"Fueron casi diez años durante los que desfilaron muchísimas personas por la pista y las barras de Sotap. "Mucha gente que trabajó con nosotros en la barra hoy tiene su profesión y está trabajando; hoy por hoy te das cuenta que todos los clientes que tuvimos en ese momento hoy son grandes actores en la comunidad de Gualeguaychú. Algunos están trabajando en el Parque industrial, otros tienen su comercio, otros son empresarios. Estábamos todos los fines de semana con ellos", relató Dacal.Las anécdotas que sus dueños recuerdan son interminables. "Teníamos cajeros del banco trabajando en las barras, un día viene uno y le dice 'me das un destornillador'; un destornillador es Gin con naranja, y le contesta: andá a pedirle al discjockey que te puede dar uno", contó uno de sus dueños entre risas."Éramos tres chicos inexpertos"Con menos de 25 años, los tres socios llevaban adelante uno de los dos boliches - junto a Bárbaro -más importantes de la época."En aquel momento era muy difícil llevar un boliche con 20, 22, 23 años, ponete en la psicología de un chicos de esa edad... Teníamos la responsabilidad de tener a toda la gente y de generar confianza en los padres. "Éramos tres chicos inexpertos, pero las cosas salieron bien, pasamos momentos inolvedables", recordó Dacal.Este año vuelve SotapFernando cuenta que constantemente, en la calle o en alguna celebración, le están reclamando que haga una fiesta para recordar los viejos tiempos. "No pasa de este año, vamos a hacer la fiesta de Sotap. Es un gusto que me quiero dar por la gente que nos brindó su apoyo; hay mucha gente que se puso de novio en Sotap y ahora están casados y tienen hijos, y sé que me los voy a encontrar en esa fiesta".
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