Belgrano, visionario y precursor
A pocos días de conmemorar la creación de la bandera, publicamos un artículo que resalta las virtudes de Manuel Belgrano en un momento histórico revisionista que lo favorece como a [email protected] común recordar con preferencia -cuando no con carácter excluyente- a don Manuel Belgrano en el rol jefe del ejército expedicionario al Paraguay, creador de nuestra bandera, vencedor en las batallas de Tucumán y Salta y vencido en Vilcapugio y Ayohuma. Pareciera que los protagonistas de nuestra historia hubieran irrumpido en la escena pública recién con la Revolución de Mayo o poco antes, con las Invasiones inglesas. Por supuesto, no es así. Hubo quienes ocuparon importantes cargos en instituciones de la administración colonial y llevaron a cabo una notable labor. Este es el caso de Belgrano.
Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. Fue el octavo de los dieciséis hijos del próspero comerciante domingo Belgrano y Peri -italiano, nativo de Oneglia en la Liguria- naturalizado español, y de la criolla María Josefa González Casero (1). En el campo inferior del antiguo escudo nobiliario de la familia del padre hay tres espigas de trigo dispuestas en abanico. Al pie del símbolo aparece la leyenda Bel grano, que podría traducirse como Bello trigo. Tal es el significado del apellido.
Aunque sus progenitores lo enviaron a España para que aprendiera la ciencia del comercio, Manuel se interesó tempranamente por la abogacía y por la economía política, una disciplina nacida bajo el influjo de las Nuevas Ideas del siglo XVIII en Gran Bretaña, Francia e Italia. Aunque limitada por el despotismo ilustrado la economía política ingresó en España e inspiró importantes reformas impulsadas por destacados ministros de Carlos III en los escenarios metropolitano y de ultramar.
Inició sus estudios en la universidad de Salamanca, los continuó en la de Valladolid y realizó luego pasantías en distintos bufetes de Madrid. En la capital española se incorporó a la academia Santa Bárbara, donde profundizó sus conocimientos sobre economía política y en particular sobre la fisiocracia estrechando vínculos con destacados pensadores (2). Finalmente la cancillería de Valladolid le otorgó el título de abogado (3). No le interesó doctorarse en Derecho porque consideró que el diploma obtenido lo habilitaba para viabilizar sus aspiraciones y proyectos. En consecuencia, no es correcto llamarlo doctor.
En su Autobiografía confiesa que no se dedicó tanto a la carrera que había ido a estudiar como al estudio "de los idiomas vivos, de la Economía política y del derecho público" (4). El recuerdo del contacto con los "hombres amantes del bien público" que le manifestaron sus "útiles ideas (...)" lo llevó a consignar lo siguiente: " (...) se apoderó de mí el deseo de propender cuanto pudiese al provecho general, y adquirir renombre con mis trabajos hacia tan importante objeto, dirigiéndolos particularmente a favor de la Patria" (5). Se hallaba en España cuando estalló la Revolución Francesa. La fuerte influencia de este acontecimiento se refleja en las siguientes palabras: "Como en la época de 1789 me hallaba en España y la revolución de Francia hiciese también la variación de ideas, y particularmente en los hombres de letras con quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido, y aun las mismas sociedades habían acordado en su establecimiento directa o indirectamente" (6). La economía política le ayudó a analizar el estado de la economía colonial. Este análisis lo condujo a conclusiones tan revolucionarias como el posterior reclamo por la "emancipación política" (7). En resumen, las nuevas escuelas de economía política -en especial la de la fisiocracia- y las novedosas ideas que impulsaron el estallido de la Revolución Francesa, proporcionaron a Don Manuel un rico equipamiento conceptual que orientó su obra anterior y posterior al 25 de Mayo de 1810.
Luego de siete años de ausencia (1786-1793) Belgrano regresó de España con el nombramiento de secretario perpetuo del Consulado de Buenos Aires. Esta institución, creada en 1794, debía cumplir varias funciones: a)- ser ámbito de debate y planificación de la política económica virreinal, sobre todo en el aspecto comercial. b)- actuar como foco de difusión de ideas y emprendimientos educativos orientados a la producción. c) instituirse como corporación de comerciantes en defensa de sus intereses monopólicos. ch)- intervenir como tribunal en lo económico . Belgrano se desempeñó en el cargo durante 15 años (1794-1809), salvo algunas interrupciones cortas a raíz de las Invasiones Inglesas y por problemas de salud. Su función primordial consistía en elaborar una memoria anual "sobre alguno de los objetos propios del instituto del Consulado, con cuya lectura se abrirían las sesiones". De las dieciséis memorias se conocen siete completas, incluyendo la de 1809, hallada en el Archivo de Indias por el historiador argentino Pedro Navarro Floria. De otras tantas obran sólo los títulos en las actas del Consulado. Nada se sabe sobre las dos restantes, de 1799 y 1801 (8).
El flamante funcionario detectó tempranamente la puja entre los miembros de esta nueva institución: por un lado los monopolistas; por el otro los partidarios del libre comercio. Bajo el reinado de Carlos IV, y a pesar de las reformas impulsadas por los ministros ilustrados de Carlos III "para la reconquista productiva de América", las colonias continuaban sujetas a un riguroso monopolio que beneficiaba a los comerciantes españoles radicados en América y en España. Por otra parte aquel monarca ejerció sobre sus posesiones una presión fiscal insoportable (9). Estas tierras se encontraban en un estado lamentable de subdesarrollo. Había pocas vías de comunicación y en mal estado, escasez de establecimientos educativos, especialmente en las zonas rurales, ausencia de incentivos para la diversificación de las actividades productivas; abandono de la agricultura, predominio de una explotación ganadera con escaso o nulo valor agregado, y desinterés por la industria. Además el intenso contrabando de mercaderías extranjeras, consecuencia lógica de las medidas monopólicas, perjudicaba la producción artesanal del interior. En este escenario desolador actuó Belgrano. No obstante, su temprana vocación de servicio, el amor a su terruño y su condición de hombre ilustrado, le dieron las fuerzas necesarias para impulsar la agricultura, la industria y el comercio, la educación y el arte, y la promoción de las nuevas ideas políticas a través de las memorias y el periodismo. Esta vitalidad lo impulsó a compartir también, con su primo segundo Castelli y otros amigos, precoces inquietudes carlotistas vinculadas con la libertad y la soberanía, aunque bajo la forma de una monarquía constitucional.
En la próxima entrega se abordará con más detenimiento el pensamiento y la obra del secretario del Consulado.CITAS1 GUZMÁN, Alberto, Estudios genealógicos sobre la familia Belgrano. Instituto Nacional Belgraniano, Manuel Belgrano. Los ideales de la Patria, Bs As., Manrique Zago Edic., 1995.
2 Fisiocracia: Primera escuela científica de economía política. Considera a la agricultura única creadora de riqueza, en oposición a la industria y el comercio que sólo la transforma.
3 La cancillería equivalía a un tribunal superior de justicia actual..
4 Hablaba con fluidez el italiano y el francés.
5 BELGRANO. Manuel, Autobiografía y otras páginas, Bs. As., Eudeba, 1966. Selección y presentación por Gregorio Weinberg.
6 BELGRANO, Manuel, ob. cit.
7 WEINBERG, Gregorio, Selección y presentación de la Autob. de Belgrano, en BELGRANO, Manuel, Autobiografía y (...), ob. cit.
8 NAVARRO FLORIA, Pedro, El secretario del Consulado, Instituto Nacional Belgraniano, Manuel Belgrano. Los ideales de (...), ob. cit.
9 NAVARRO FLORIA, Pedro, Las memorias consulares, Inst. Nac. Belgraniano , Manuel Belgrano. Los ideales de (...), ob.cit.PERFIL
Nacido en Maciá, provincia de Entre Ríos. Maestro normal nacional egresado de la Escuela Normal "José María Torres" de Paraná. Profesor de Historia egresado del Instituto Nacional del Profesorado Secundario de Paraná y de La Universidad Nacional del Comahue. Ejercicio de la docencia en diversos establecimientos de nivel medio de la Provincia del Neuquén y en los Institutos de Formación Docente de Cutral-Có y Chos Malal (Provincia del Neuquén). Vicedirector interino en el CPEMNro. 6 de Cutral-Có y director titular en el CPEMNro. 2 de Neuquén Capital. Ayudante de segunda y de primera en las cátedras de Historia de América contemporánea y de Antropología del Dpto. de Historia (Universidad Nacional del Comahue). Supervisor interino en el área de las ciencias sociales (Consejo Provincial de Educación del Neuquén). Ex miembro del Instituto Belgraniano de Neuquén. Integrante de la Fundación artística y cultural "Tribu Salvaje" de la ciudad de Neuquén.
Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770. Fue el octavo de los dieciséis hijos del próspero comerciante domingo Belgrano y Peri -italiano, nativo de Oneglia en la Liguria- naturalizado español, y de la criolla María Josefa González Casero (1). En el campo inferior del antiguo escudo nobiliario de la familia del padre hay tres espigas de trigo dispuestas en abanico. Al pie del símbolo aparece la leyenda Bel grano, que podría traducirse como Bello trigo. Tal es el significado del apellido.
Aunque sus progenitores lo enviaron a España para que aprendiera la ciencia del comercio, Manuel se interesó tempranamente por la abogacía y por la economía política, una disciplina nacida bajo el influjo de las Nuevas Ideas del siglo XVIII en Gran Bretaña, Francia e Italia. Aunque limitada por el despotismo ilustrado la economía política ingresó en España e inspiró importantes reformas impulsadas por destacados ministros de Carlos III en los escenarios metropolitano y de ultramar.
Inició sus estudios en la universidad de Salamanca, los continuó en la de Valladolid y realizó luego pasantías en distintos bufetes de Madrid. En la capital española se incorporó a la academia Santa Bárbara, donde profundizó sus conocimientos sobre economía política y en particular sobre la fisiocracia estrechando vínculos con destacados pensadores (2). Finalmente la cancillería de Valladolid le otorgó el título de abogado (3). No le interesó doctorarse en Derecho porque consideró que el diploma obtenido lo habilitaba para viabilizar sus aspiraciones y proyectos. En consecuencia, no es correcto llamarlo doctor.
En su Autobiografía confiesa que no se dedicó tanto a la carrera que había ido a estudiar como al estudio "de los idiomas vivos, de la Economía política y del derecho público" (4). El recuerdo del contacto con los "hombres amantes del bien público" que le manifestaron sus "útiles ideas (...)" lo llevó a consignar lo siguiente: " (...) se apoderó de mí el deseo de propender cuanto pudiese al provecho general, y adquirir renombre con mis trabajos hacia tan importante objeto, dirigiéndolos particularmente a favor de la Patria" (5). Se hallaba en España cuando estalló la Revolución Francesa. La fuerte influencia de este acontecimiento se refleja en las siguientes palabras: "Como en la época de 1789 me hallaba en España y la revolución de Francia hiciese también la variación de ideas, y particularmente en los hombres de letras con quienes trataba, se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido, y aun las mismas sociedades habían acordado en su establecimiento directa o indirectamente" (6). La economía política le ayudó a analizar el estado de la economía colonial. Este análisis lo condujo a conclusiones tan revolucionarias como el posterior reclamo por la "emancipación política" (7). En resumen, las nuevas escuelas de economía política -en especial la de la fisiocracia- y las novedosas ideas que impulsaron el estallido de la Revolución Francesa, proporcionaron a Don Manuel un rico equipamiento conceptual que orientó su obra anterior y posterior al 25 de Mayo de 1810.
Luego de siete años de ausencia (1786-1793) Belgrano regresó de España con el nombramiento de secretario perpetuo del Consulado de Buenos Aires. Esta institución, creada en 1794, debía cumplir varias funciones: a)- ser ámbito de debate y planificación de la política económica virreinal, sobre todo en el aspecto comercial. b)- actuar como foco de difusión de ideas y emprendimientos educativos orientados a la producción. c) instituirse como corporación de comerciantes en defensa de sus intereses monopólicos. ch)- intervenir como tribunal en lo económico . Belgrano se desempeñó en el cargo durante 15 años (1794-1809), salvo algunas interrupciones cortas a raíz de las Invasiones Inglesas y por problemas de salud. Su función primordial consistía en elaborar una memoria anual "sobre alguno de los objetos propios del instituto del Consulado, con cuya lectura se abrirían las sesiones". De las dieciséis memorias se conocen siete completas, incluyendo la de 1809, hallada en el Archivo de Indias por el historiador argentino Pedro Navarro Floria. De otras tantas obran sólo los títulos en las actas del Consulado. Nada se sabe sobre las dos restantes, de 1799 y 1801 (8).
El flamante funcionario detectó tempranamente la puja entre los miembros de esta nueva institución: por un lado los monopolistas; por el otro los partidarios del libre comercio. Bajo el reinado de Carlos IV, y a pesar de las reformas impulsadas por los ministros ilustrados de Carlos III "para la reconquista productiva de América", las colonias continuaban sujetas a un riguroso monopolio que beneficiaba a los comerciantes españoles radicados en América y en España. Por otra parte aquel monarca ejerció sobre sus posesiones una presión fiscal insoportable (9). Estas tierras se encontraban en un estado lamentable de subdesarrollo. Había pocas vías de comunicación y en mal estado, escasez de establecimientos educativos, especialmente en las zonas rurales, ausencia de incentivos para la diversificación de las actividades productivas; abandono de la agricultura, predominio de una explotación ganadera con escaso o nulo valor agregado, y desinterés por la industria. Además el intenso contrabando de mercaderías extranjeras, consecuencia lógica de las medidas monopólicas, perjudicaba la producción artesanal del interior. En este escenario desolador actuó Belgrano. No obstante, su temprana vocación de servicio, el amor a su terruño y su condición de hombre ilustrado, le dieron las fuerzas necesarias para impulsar la agricultura, la industria y el comercio, la educación y el arte, y la promoción de las nuevas ideas políticas a través de las memorias y el periodismo. Esta vitalidad lo impulsó a compartir también, con su primo segundo Castelli y otros amigos, precoces inquietudes carlotistas vinculadas con la libertad y la soberanía, aunque bajo la forma de una monarquía constitucional.
En la próxima entrega se abordará con más detenimiento el pensamiento y la obra del secretario del Consulado.CITAS1 GUZMÁN, Alberto, Estudios genealógicos sobre la familia Belgrano. Instituto Nacional Belgraniano, Manuel Belgrano. Los ideales de la Patria, Bs As., Manrique Zago Edic., 1995.
2 Fisiocracia: Primera escuela científica de economía política. Considera a la agricultura única creadora de riqueza, en oposición a la industria y el comercio que sólo la transforma.
3 La cancillería equivalía a un tribunal superior de justicia actual..
4 Hablaba con fluidez el italiano y el francés.
5 BELGRANO. Manuel, Autobiografía y otras páginas, Bs. As., Eudeba, 1966. Selección y presentación por Gregorio Weinberg.
6 BELGRANO, Manuel, ob. cit.
7 WEINBERG, Gregorio, Selección y presentación de la Autob. de Belgrano, en BELGRANO, Manuel, Autobiografía y (...), ob. cit.
8 NAVARRO FLORIA, Pedro, El secretario del Consulado, Instituto Nacional Belgraniano, Manuel Belgrano. Los ideales de (...), ob. cit.
9 NAVARRO FLORIA, Pedro, Las memorias consulares, Inst. Nac. Belgraniano , Manuel Belgrano. Los ideales de (...), ob.cit.PERFIL
Nacido en Maciá, provincia de Entre Ríos. Maestro normal nacional egresado de la Escuela Normal "José María Torres" de Paraná. Profesor de Historia egresado del Instituto Nacional del Profesorado Secundario de Paraná y de La Universidad Nacional del Comahue. Ejercicio de la docencia en diversos establecimientos de nivel medio de la Provincia del Neuquén y en los Institutos de Formación Docente de Cutral-Có y Chos Malal (Provincia del Neuquén). Vicedirector interino en el CPEMNro. 6 de Cutral-Có y director titular en el CPEMNro. 2 de Neuquén Capital. Ayudante de segunda y de primera en las cátedras de Historia de América contemporánea y de Antropología del Dpto. de Historia (Universidad Nacional del Comahue). Supervisor interino en el área de las ciencias sociales (Consejo Provincial de Educación del Neuquén). Ex miembro del Instituto Belgraniano de Neuquén. Integrante de la Fundación artística y cultural "Tribu Salvaje" de la ciudad de Neuquén.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios