SEXTA EDICIÓN
Buenas ventas y masiva concurrencia: Todo lo que dejó la primera noche de la Fiesta del Pescado y el Vino

La primera jornada de la sexta edición superó largamente la expectativa de la organización. Temprano, antes del inicio, los espectadores silla en mano se fueron ubicando en los lugares más cercanos al gigantesco escenario. Pasada las 20 podemos hablar de una multitud y de que casi no había lugar donde ubicar, un sillón, una reposera.
El lugar donde se ubicó y ubica la gente está demarcado con cintas, aunque de todas maneras a la hora del show principal (Pimpinela) no cabía un alfiler. Las personas ocuparon los pasillos y la marea humana se extendía hasta el mercado Munilla, Muchos optaron por sentarse, o bien pararse en las barandas de la zona portuaria, mientras que las personas con diferentes discapacidades se ubican en una zona especial.
El reloj marcaba las 22.30 y gente de todas edades con reposeras en mano continuaban ingresando a la zona portuaria. Muchos con el clásico mate amargo que cebaron hasta que finalizó el espectáculo., en tanto que otros optaron por cerveza, dejando, no todos, vasos vacíos y latas desperdigados por todas partes, en una muy mala costumbre, teniendo en cuenta que estratégicamente se ubicaron tachos de residuos para arrojar los desechos.
La zona en donde se ubicaron mesas para que la gente deguste la gastronomía local también fueron ocupadas alternándose las familias y grupos para sentarse y comer algo, en su mayoría, en base a pescado de río sobresaliendo todo lo hecho en base a boga y sábalo como empanadas que iba la docena desde los 1.800 pesos en adelante, milanesas y demás, además de comidas rápidas como pizzas y demás, sobresaliendo un puesto que elaboraba alimentos para celíacos, otro con helados, además de quienes ofrecían artesanías, indumentaria, gorros, tatuajes y demás.
El operativo, por lo que se pudo apreciar estuvo bien sincronizado y la primera jornada arrancó a las 20.00 del viernes y terminó a la 01.45 del jueves con una multitud como nunca antes vista en la zona portuaria. Mayoría de vecinos de la ciudad y zona, pero también gente de otros puntos de la provincia del país, e inclusive del Uruguay y del Brasil.

Una familia de La Plata en diálogo con Ahora ElDía, contaron que “venimos a pasar unos días a Gualeguaychú y nos encontramos con esta fiesta que no conocíamos y que la verdad nos sorprendió gratamente por la calidad de la misma, con una gastronomía excelente y un espectáculo de primer nivel”.
Por su parte un ciudadano de Durazno (República Oriental del Uruguay, mientras desgustaba una boga, indicó que “la fiesta es muy buena con distintas alternativas para los que venimos a pasear”. Dijo que para “nosotros es algo muy accesible, y hasta diría barato por el tipo de cambio”
Roberto Gómez, pescador artesanal que trabaja en un puesto desde que se inició la fiesta comentó que “hace años que trabajo como pescador artesanal en lo que es un oficio muy sacrificado”. Detalló que “hasta el 20 de diciembre por la bajante seguramente salía poco pescado, pero a partir del 20 de diciembre la situación mejoró y pudimos cumplir con la fiesta y el requerimiento de la gente, pero hasta la fecha mencionada alambramos un poco”.
Dijo que lo más se trabaja son las “empanadas de boga y sábalo, además de milanesas”. Señaló que el trabajo es duro. “Hay que salir todos los días y solo paramos en estos días de la fiesta del pescado y del vino”.
Por su parte, Leonardo Ortiz de la Asociación de Productores Entrerrianos Vitivinícolas recordó que “podemos dejar de asombrarnos por el volumen de gente, por la convocatoria de gente. Para la Asociación esto es muy bueno, porque permite visibilizar la producción, lo que se hace en diferentes lugares de la provincia. Tenemos los viñedos locales que tienen su stand y la Asociación que presente diferentes opciones de vino de la Costa del Paraná y de otros lugares como el centro de la provincia”. Dijo que la “gente llega a esta fiesta de distintos lugares de la provincia y del país, como así también de países vecinos”.
Concluyó diciendo que “las ventas son buenas con vinos que arrancan en los 1.000 pesos, siendo el promedio de 1.500 pesos”.