GUALEGUAYCHÚ
Caballos sueltos, la historia de nunca acabar y el peligro latente

A la serie de accidentes insólitos acaecidos en la ciudad, en gran parte por neglicencia de los productores y actitudes peligrosas como la de manejar alcoholizado y a gran velocidad, continúa el problema de los caballos sueltos en distintos puntos de la ciudad, pero con epicentro en el norte y en el sur, es decir en las periferias donde abundan los carros en los cuales atan los equinos y la gente sale a buscar el “rebusque” de cada día, aumentando el número de carros y de caballos.
En la tarde del miércoles, cerca de la escuela Rosendo Fraga, pegado a la construcción del nuev o polideportivo pastaban, o trataban de hacerlo en un terreno al que le queda poco y nada de pasto una tropilla con ejemplares de todos los pelajes y edades sueltos, sin ningún bozal que les delimite por donde circular.
Dos de ellos estaban en la vereda con el peligro que en cualquier momento cruzan y pueden causar un accidente de graves consecuencias como ya ha pasado, o bien tomar rumbo para la 136 en búsqueda de alimento y agua. Bueno es recordar que en ruta se han registrado accidentes con graves consecuencias para los autos que colisionaron con caballos que pierden la vida en este tipo de siniestro.

En el boulevard nos detuvimos unos minutos y en ese lapso pasaron motos, autos, ómnibus urbanos, transportes con los equinos a un par de metros en la vereda.
La situación económica es dura, la sequía ha quemado lo poco que quedaba para comer y algunos que tienen caballos, la mayoría no tienen señal, los sueltan para que coman lo que encuentran generando situaciones que pueden ser irreversibles.