LA MIRADA DESDE EL CAMPO
Carlos Arias: "El maltrato animal no existe en las jineteadas"

El dos veces campeón de Jesús María y tres veces ganador de Diamante habló de su carrera en el mundo de las jineteadas y descartó de plano que haya maltrato animal hacia los equinos. Lleva 30 años de carrera con cientos de trofeos ganados a lo largo y a lo ancho del país. También se refirió a las jineteadas el tropillero y ex Jinete Ricardo Otero.
Por Fabián Miró Humilde, de hablar bajo y pausado, Carlos (51 años) nos recibió en su domicilio donde sobresalen los trofeos ganados en diferentes jineteadas. Dos de ellas en el Festival más importante que tiene el país como es el de Jesús María (Córdoba) y tres en Diamante. Nacido en Perdices, indicó que los “primeros pasos los di de la mano de mi viejo, quien lamentablemente falleció cuando yo tenía 10 años. Empecé montando terneros en algo que es típico en el campo, pero cuando faltó mi padre, mamá no quiso que montara, sin embargo a los 21 años comencé, además de trabajar en una estancia en Costa Uruguay, a dedicarme a las jineteadas”. Desde hace un tiempo trabaja por su cuenta. “Arriendo un campo y laburo con ganado vacuno todo el día, para a la noche regresar a la ciudad y descansar”. Dijo que como jinete está conforme con la campaña que ha hecho. Recordó que “arranqué de grande a los 21 años a montar. En principio hacía las tres (crina, basto y grupa) montas, finalmente me incliné por las crinas desde hace un par de años y casi que no montó en basto o grupa”. Señaló que “para las crinas hay que tener piernas largas lo cual te ayuda un poco. Los caballos son muy inteligentes. Parece que lo llevás bien, pero en cualquier momento te voltean”. "El animal que se destina a jineteadas es el que menos trabaja. Hay ejemplares que van una sola vez al mes a un campo de jineteada. En la categoría crina, que yo hago son 8 segundos; mientras que en la grupa 12 y en el basto son 14. Después pasan sus días en el campo comiendo, tranquilos" Contó que en la primera jinetada “tenía menos de 21 años y fue en la cancha del Tiro Federal que me ofrecieron montar. En aquel entonces trabajaba en un Haras y me pidieron si podía montar en la grupa para una colecta en lo que lo que fue la primer monta en público para beneficio de un chico accidentado”. Después pasaron varios años “hasta que volví a montar en un campo de jineteada a beneficio de una escuela rural. Lo hice en Crina, anduve bien y ahí empezó todo. No gané nada, pero no me caí. Al domingo siguiente tomé parte de una jineteada en el Hipódromo, pero no había en pelo, solo una rueda en basto, pero ya me habían anotado y me toca un caballo por sorteo. El animal era de la Tropilla “Los Hermanos” de Ricardo y “Titín” Otero y obtuve el segundo puesto, pese al temor que le tenía a los estribos”. Luego de esa experiencia, en cada jineteada montó en basto y en pelo, hasta que decidió hacerlo en crina. La fiesta de Diamante Es la “fiesta mayor de los entrerrianos, mientras que Jesús María es el festival mayor del país”. Carlos señaló que se quedó con el primer puesto, crina, en el 2001, 2011 y en el 2018, además de segundos, terceros y quintos puestos en las restantes ediciones En cuanto a Jesús María, contó que es “el sueño de todo jinete montar en el Festival Mayor”. Recordó que clasificó en el 2003 “para representar a la provincia obteniendo al año siguiente el primer premio, es decir consagrándome campeón”. Explicó que “todo campeón concurre al año siguiente invitado por Jesús María, sin clasificación previa, representando, en esta oportunidad, al festival, ganando la edición 2005 y quedando quinto en el 2006”. En el 2007 representó a Capital Federal, oportunidad en el que estaba montando Jorge Aristegui, el Maradona de la Jineteada, en grupa; mientras que yo lo hacía en Crina. Lamentablemente en la cuarta o quinta noche se accidenta y no pudo montar por dos jornadas. Me tocó reemplazarlo y anduve bien sacando premios en las dos noches”. Posteriormente no clasificó en un par de ediciones. Detallló que “primero hay que hacer la eliminatoria por departamento y luego por la provincia en algo que no es para nada sencillo”. Señaló que estar “como protagonista, montando en el campo de jineteada es especial. Se siente el público y si haces una jineteda buena, te estas sacando las pilchas y la gente sigue aplaudiendo. Es un evento muy especial que convoca a 40. 000 personas que se hacen sentir”.
“Se gana un dinero, sobre todo en Jesús María donde se puede obtener hasta 12 premios en una noche y andando más o menos siempre sumas un premio que ayuda en la economía de cada jinete, pero más allá del dinero está la gloria que te deja ganar un campeonato y el premio de la rastra que no te lo olvidas más y te marca de por vida”. Señaló que ganar la rastra de campeón es “muy difícil y no cualquiera la obtiene”. Arias tiene dos rastras, la de los campeonatos del 2004 y 2005 respectivamente. Otro paso en la gloria Le quitó a un Reservado un invicto de 150 montas, un animal no bellaco, pero si “plaga” o “vueltero” como le decimos en el ambiente. Sostuvo que es “difícil, por no decir imposible, que superes a un caballo por medio de la fuerza, sí por picardía. Son 70 kilos del que monta contra 500 del animal. Hay que usar la cabeza. Fue en Jesús María. Tenía que aguantar los 8 segundos arriba. Le salí prendido a dos manos y aguanté los 8 segundos que me permitió ganar el campeonato, más allá que a los 9 o 10 segundos me tiró”. Contó que en los 30 años de carrera no ha “sufrido una sola fractura, solo golpes, algún desgarro, lo típico en este deporte”. Los cuestionamientos a las jineteadas en Gualeguaychú Para Carlos, se trata de una “lucha de no entender de qué se trata, por el que venimos bregando desde hace un buen tiempo con algunos proteccionistas que entiendo no están debidamente informados de qué se trata una jineteada. Puedo asegurar que no existe maltrato hacia los caballos. "El animal que se destina a jineteadas es el que menos trabaja. Hay ejemplares que van una sola vez al mes a un campo de jineteada. En la categoría crina, que yo hago son 8 segundos; mientras que en la grupa 12 y en el basto son 14. Después pasan sus días en el campo comiendo, tranquilos, sin que nadie los moleste”, agregó. Palabra de Tropillero Ricardo Otero(56 años) lleva las jineteadas en la sangre. Hombre de a caballo se crió prácticamente en los corrales de la Sociedad Rural donde trabaja con las distintas firmas martilleras de la ciudad. Tiene una tropilla (Los Estancieros), la mayor parte de la misma a campo y algunos animales en un potrero que se encuentra en el fondo de su casa. Allí los alimenta con fardos y ración. De noche quedan bajo un galpón con una condición corporal excelente. Contó que “desde chico me interesé en esto de las jineteadas, empecé con los vacunos y después a montar potros. Después participé en las jineteadas grandes de Gualeguaychú, en la cancha del Tiro Federal, en el recordado Abrazo Celeste y Blanco, disputando finales de la provincia en Entre Ríos, además de jinetear en Buenos Aires y en la República Oriental del Uruguay donde se respeta y valora la tradición”. Recordó que tempo pasado “domaba caballos, petisos, para el polo, también para las estancias”. Diferenció “la jineteada que es un deporte, una tradición y otra la doma que consiste en amansar un caballo, hacerlo de andar con mucho de conocimiento y de paciencia. Aprendí de la gente campera y todo lo que se lo cultivé de paisanos baquianos en la doma”. Señaló que está conforme con su carrera como jinete y que le “faltó la dosis necesaria de fortuna para llegar a Jesús María que es lo que todo jinete anhela”. Detalló que montó “primero en crina, después en basto en los distintos festivales”. Señaló que no está de acuerdo con aquellos que “remarcan que en los campos de jineteada se maltrata a los animales. Y si bien estoy de acuerdo con la Protectora que cuide a los animales, pero tienen que entender que el caballo de la jineteada tiene una muy buena calidad de vida. Hace un mes atrás, uno de mis caballos estuvo tres segundos en la pista porque volteó al jinete y recién en el mes de diciembre vuelve a escena y después en Enero”. Pasa sus días en el campo y comiendo ración como el resto de la tropilla”. Contó que hace unos días “murió un ejemplar que tenía 36 años es decir un animal longevo y bien cuidado”. Con respecto a la gente que critica las jineteadas los invito a que “vengan a ver los caballos de tropilla”. Indicó que hay gente que “tiene tropillas numerosas con 50 animales con sus respectivos comederos, con ración a la mañana y a la noche”. También, agrega, que sería bueno que “fueran a las jineteadas y vean a los ejemplares en los corrales”. Allí se van a “encontrar con animales bien comidos, fuertes, siendo el de las jineteadas, el caballo que mejor la pasa, si los comparamos con otras actividades deportivas en donde también se los trata muy bien”, cerró.ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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