37 AÑOS FORMANDO JUGADORES Y PERSONAS
Carlos Martínez: el "Profe" que dedicó una vida al Minibásquet de Neptunia
A lo largo de 37 años de carrera se convirtió en un emblema de la enseñanza del básquet en la ciudad, específicamente en el Club Neptunia. Varias generaciones de jugadores pasaron por sus clases y hoy reconocen en él a un maestro formador de personas.
Por Daniel Serorena Hablar de Minibásquet en Neptunia es hablar de Carlos Martínez, Carlitos, como todo el mundo lo conoce, dentro y fuera del ámbito deportivo. Luego de haber estado 37 años al frente de las divisiones menores del Tricolor, el Profe Carlitos decidió colgar el silbato, con la satisfacción del deber cumplido y con la tranquilidad de haber dejado todas sus enseñanzas en cada una de las clases. “Lo venía pensando desde hace tiempo, ya me había jubilado en la educación pública, pero el Mini de Neptunia siempre fue algo especial para mí. LA pandemia aceleró un poco las cosas, porque al no poder estar con los chicos durante todo el año, entendí que era el momento de decir ‘hasta acá llegué’. Toda mi vida estuve vinculado a Neptunia, fui jugador de todas sus categorías, cuando me recibí de profe, inmediatamente empecé a trabajar en el Minibásquet, también pasé por las formativas, pero el Mini siempre fue muy especial para mí. Me gusta trabajar con los más chicos, me siento más cómodo y aprendo día a día de los chicos”, dijo Martínez en una charla con El Picado (Radio Cero 104.1). También sostuvo que “yo soy una persona muy agradecida a Neptunia porque es mi casa. Desde que empecé como profesor de Minibásquet tuve absoluta libertad para trabajar, nunca hubo un reproche de parte de nadie. Y con el paso del tiempo fuimos haciendo de Neptunia una institución formadora de jugadores reconocida en toda la provincia y en muchos lugares del país. De Neptunia han salido excelentes jugadores, no me animo a nombrar a nadie para no quedar mal, pero lo que más destaco, es que de Neptunia han salido excelentes personas. Chicos que siempre han vuelto al club, que han tenido un fuerte sentido de la pertenencia y eso creo que es uno de los grandes logros de Neptunia en todos estos años de trabajo”. Sobre el crecimiento del Minibásquet en el club de calle Churruarín, Martínez indicó que “ese crecimiento yo lo veo en todos los clubes. EN Neptunia fue muy notorio, porque fuimos sumando chicos en todas las categorías, pero también en Racing, Juventud y Central se dio ese crecimiento. Gualeguaychú es una ciudad muy basquetbolera y el crecimiento del Mini como base de la pirámide es algo muy notorio. Así como nosotros en Neptunia crecimos, lo hicieron los otros clubes y todos hablamos el mismo idioma en ese sentido, hemos tenido una gran comunión entre los clubes de la ciudad y de la Asociación”. Acerca de los momentos vividos en el Marangatú y en otros lugares con el Mini de Neptunia, Carlitos dijo que “hay muchísimos momentos inolvidables. Los viajes de fin de año fueron un clásico que implementamos y se convirtieron en un momento único para los chicos y para sus familias. Inicialmente hacíamos los viajes a jugar al básquet, pero un año en Monte Hermoso nos pasamos el fin de semana entero yendo del hotel a la cancha, teníamos el mar a 100 metros y no pudimos ir. Entonces con Ezequiel Pascual, que en ese momento trabajaba conmigo, decidimos que los viajes de fin de año sean un momento de diversión para los chicos y para sus familias. El año pasado viajamos a Carlos Paz, otros años fuimos a Mar del Plata, a Mendoza, al Uruguay. Siempre con el básquet como excusa, pero para cerrar el año compartiendo otros momentos”. También Martínez resaltó “las fiestas de cierre de año de Neptunia fueron momentos inolvidables para los chicos. Muchas veces pudimos traer a Rosco, la mascota del básquet argentino, hemos tenido fiestas hermosas, donde todos los chicos han recibido su reconocimiento y han podido disfrutar de un espectáculo que muchos veían por tele. También los Torneos Interescolares que organizamos en forma conjunta con Neptunia y la Escuela Sagrada Familia fueron momentos de compartir vivencias y que los chicos de todos los clubes puedan representar a sus escuelas jugando al básquet. En todos los casos prevaleciendo el lema de Mini es Amistad, algo que nosotros llevamos muy adentro y se lo transmitimos a los gurises”. El Profe Carlitos también resaltó el trabajo y el acompañamiento de las familias de los chicos. “En todo momento nos confiaron a sus hijos y nunca hubo ningún tipo de reproche, por el contrario, siempre sentimos un gran acompañamiento, formamos muy buenos grupos de trabajo y en alguno casos hemos compartido momentos fuera del club. Sin las familias y ese apoyo, seguramente no hubiéramos podido recorrer el camino que hicimos juntos”. “Me voy tranquilo porque en Neptunia hay excelentes profesionales trabajando en Minibásquet, algunos fueron jugadores míos, así que la llama seguirá encendida”, sostuvo Martínez, expresando que “seguramente extrañaré los abrazos con los chicos”. En el Marangatú se extrañará el toque de su silbato, su paso tranquilo y su inconfundible voz. Como buen neptuniano, seguramente el Profe Carlitos se dará alguna vuelta por el gimnasio, recibirá el abrazo de los chicos que lo quieren como a un padre, podrá sentarse en la tribuna y desde allí mirar con orgullo y satisfacción todo lo bueno que hizo junto a sus profes a lo largo de estos 37 años dedicados con amor, pasión y profesionalismo al Minibásquet.
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