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Cataratas del Iguazú: la crecida arrastró parte de la pasarela de la Garganta del Diablo
El circuito de la Garganta del Diablo, en las Cataratas de Iguazú, permanece cerrado tras la crecida de los ríos Iguazú y Uruguay que afectan desde hace algunos días la zona.
La Garganta del Diablo, en las Cataratas del Iguazú, sigue cerrada tras la crecida del río Uruguay del lado de Brasil.
El gran incremento en el caudal del agua, fruto de fuertes precipitaciones, provocó el desprendimiento de una parte de la pasarela de la Garganta del Diablo, una de las áreas más turísticas de las Cataratas del Iguazú.
Desde hace días, el circuito turístico reconocido como una de las maravillas del mundo, se ve afectado por una crecida del agua, y las impresionantes imágenes recorrieron el país, ya que desde hace años que las Cataratas no sufrían un fenómeno de esta magnitud.
“El agua todavía está muy alta, no podemos evaluar todo el daño. Los pilotes están atados con acero y se han deslizado en el río, hay que recuperarlos para rearmar nuevamente. No se puede cuantificar el daño real”, explicó Atilio Guzmán, intendente del Parque Nacional Iguazú.
El funcionario también dijo, en un diálogo con el portal La Voz de Cataratas, que todo ocurrió debido a que la estructura suele moverse y la crecida hizo que se cayera al agua, por lo que ahora los expertos intentarán salvar los pilotes dañados para volver a colocarlos en su sitio.
“Es muy apresurado dar una respuesta del daño real porque hay esperar que baje el agua para saber cuánta magnitud tuvo la crecida del agua”, argumentó Guzmán y señaló que todavía no se sabe en qué fecha abrirá de nuevo el circuito.
La información oficial señaló que el caudal superó los 10.300 metros cúbicos por segundo, generando daños en las pasarelas o caminos que cruzan las Cataratas.
Aunque las noticias no son alentadoras sobre el final de la crecida, este fin de semana pasaron cerca de 8 mil turistas que pudieron observar el fenómeno desde otras perspectivas seguras.
Cabe destacar que la mayoría de las tormentas se dieron sobre el lado brasilero, pero el gran problema ocurrió cuando las autoridades comunicaron que las centrales hidroeléctricas no tenían la capacidad de retención de semejante nivel de agua, motivo por el cual abrieron las compuertas. Este accionar generó un rápido incremento en la altura del río Iguazú en Misiones.
En junio, las Cataratas también sufrieron un aumento en su caudal, y por los daños, los turistas no pudieron recorrerlas por siete días ya que se precisó reparar los daños ocasionados.