
La cristiandad celebró ayer, 8 de diciembre, el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, concebida sin la mancha del pecado original, un don concedido sólo a la Virgen, quien había sido predestinada para ser la Madre de Dios. "En la solemnidad de hoy celebramos el modo en que María fue engendrada en el vientre de su madre, Ana. En atención a los méritos de Cristo, María fue preservada de toda forma de pecado, ya desde el momento de su concepción. El pecado no tuvo poder sobre ella. En ella se preanuncia, a su vez, la humanidad nueva restaurada por Cristo", manifestó el Padre Joaquín González.Cuando hablamos de concepción, hablamos del instante mismo en que comienza la vida humana, el preciso momento en que empieza a existir una persona en el seno materno.Una vez más, encontramos en un aspecto de la vida y naturaleza de la Virgen María, un ejemplo a imitar en nuestra propia vida.Por tal motivo en las misas oficiadas en Catedrales, parroquias y capillas de todo el país, millones de argentinos participaron de las celebraciones.