Central, Racing y un nuevo clásico que fue una verdadera fiesta

La segunda edición del clásico se jugó ante una multitud en el Estadio José María Bértora. Todo se desarrolló con total normalidad en lo que fue una fiesta del deporte.Tribunas colmadas, aliento incesante, papelitos rojinegros de un lado y verdiblancos del otro, flamear de banderas y cánticos que se repiteron todo el partido, fueron los ingredientes de una noche de fiesta para el básquet de Gualeguaychú.Además, las parcialidades mezcladas en algunos sectores del estadio fueron la cabal muestra de que se puede jugar el clásico que divide deportivamente a la ciudad sin ningún tipo de problemas y sin recurrir a un número inusitado de policías para hacerse cargo de la seguridad.Unos pocos efectivos se apostaron en lugares estratégicos, pero nada más que eso.En el básquet no hay censura para los visitantes como si ocurre, lamentablemente, en los torneos nacionales de fútbol, debido a los serios desmanes que se han registrado en distintos escenarios.Tanto en el gimnasio de Racing como en el de Central, los visitantes colmaron el sector que les fue asignado, no registrándose incidente alguno. En síntesis, la racionalidad volvió a imperar en el básquet de la cuidad. La FiguraLa gente lo identifica con Central Entrerriano, donde jugó a Liga Nacional, pero también vistió las camisetas de Neptunia y Racing. El "Gaby... Gaby..." bajó incesante desde las tribunas del Bértora, en reconocimiento a la muy buena actuación de Gabriel Díaz. Ya no en la Liga Nacional, pero una nueva victoria ante el tradicional rival resultó motivo suficiente para festejar y homenajear al ídolo.Con las pulsaciones normales, sin la adrenalina del viernes, el tucumano disfrutó de una nueva fecha de los U17 el sábado por la tarde en el gimnasio centralista.Sentado en la entrada del club, dejó sus impresiones sobre el partido ganado. "Sabíamos que iba a ser duro, por más que ellos tenían algunas bajas importantes, el partido no estaba definido antes de jugarse. Racing tiene un muy buen plantel y estábamos seguros de que iba a ser un juego cerrado, como finalmente fue".Sus palabras describen a la perfección el desarrollo del encuentro. Fue un partido muy apretado, con un Racing que complicó a Central metiendo la pelota adentro para los internos."Sufrimos el juego interior, Pablo (Mander) fue mucho para adentro, nos complicó bastante, además tuvieron puntos en varios jugadores", expresó, a la vez que reconoció que terminó "muy cansado, muchos minutos en cancha, además defender a Mander desgasta, es un rol que no es el mío".Sobre el marco imponente que otra vez mostró el clásico de la ciudad, dijo que "es algo que solamente generan los clásicos y que el jugador disfruta, en el caso nuestro un poco más, porque lo ganamos, aunque si nos hubiese tocado perder hay que disfrutarlo igual", porque hace mucho tiempo que no se jugaba una instancia así y "hay que vivirlo de la mejor manera"."Está la previa al juego, el partido propiamente dicho y después la semana en la que las gastadas son parte del folklore que tan bien le hace al deporte", continuó el tucumano que sigue dando cátedra en el rectángulo de juegoy aseguró que los clásicos "motivan a los chicos, por el marco, el poder ver toda la expectativa que genera, cómo se juega cada pelota, motivan a los jugadores de inferiores, particularmente a los más chicos".Al respecto, comentó que ese mismo sábado por la mañana "entrenamos con los más pequeños y nos encontramos con más de 20 pibes super enchufados y con ganas de jugar al básquet".
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