Chamamé, la cerveza argentina que se hace en Alemania




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— El Día de Gchú (@eldiagchu) 6 de abril de 2019
Metamorfosis de la Polka
Pero, ¿cómo fue que surgió la idea de elaborar una cerveza en Alemania con sabores y nombre argentinos?
"El nombre Chamamé IPA (la sigla viene de India Pale Ale y designa a un estilo de cerveza de tradición inglesa que se caracteriza como una ale pálida y espumosa, con un alto nivel de alcohol y de lúpulo) surge después de una larga búsqueda de un denominador común que uniera los cítricos, el maíz -exponente por excelencia del nuevo mundo-, y las maltas típicas alemanas. Para nuestra sorpresa encontramos que el Chamamé fue llevado en forma de Polka por inmigrantes alemanes del Volga a la zona mesopotámica argentina, lugar donde sufrió una metamorfosis con los colores y componentes autóctonos hasta transformase en el Chamamé actual", responde Eber.
Y agrega que la idea era lograr un viaje de regreso a Europa de esos tonos musicales y aromáticos, fundiendo esos conceptos en una "cerveza colaborativa". Así fue como nació Chamamé IPA, en colaboración con Kronprinz, Bamberg.
El proyecto logró transformarse en realidad luego de varias reuniones y muchas ideas que Eber compartió en Bamberg con el cervecero Tobías Seidel, de Kronprinz.
De la sorpresa al entusiasmo
"Pudimos alcanzar nuestro objetivo: elaborar una cerveza que tenga notas de cada país y una historia con aroma cosmopolita. Así fue como la cerveza argentina Lindenberg llegó a Alemania, en el marco de una colaboración con la prestigiosa cervecería germana Kronprinz, originaria de Bamberg, Franconia", dice Eber.
Tobías Seidel (29), alemán, es maestro cervecero recibido en Kulmbach (Alemania) y Jefe Cervecero de Kronprinz. Sus creaciones han recibido premios internacionales en el Meiningers Craft Beer Award, competencia en la cual también Lindenberg fue galardonada representando a nuestro país.
"Realmente es una experiencia fantástica emprender esta colaboración junto a Lindenberg. Tengo que admitir que cuando nos encontramos por primera vez y escuché la propuesta de usar pomelos rosados, harina de maíz y jugo de remolacha en una IPA me provocó un poco de asombro, especialmente más estando en la tierra de la Reinheitsgebot (Ley de la Pureza). Pero luego, analizando el concepto y los argumentos del estilo, me pareció una linda aventura, en donde se unen la pasión por la cerveza, amistad y el uso de ingredientes propios como lo son los cítricos de Argentina y las maltas de Alemania", dice Seidel.
Ley de la Pureza
La Ley de la Pureza, de 1516, es la que estableció en Alemania el uso de malta, agua y lúpulo para elaborar cerveza. Entonces no se conocía la existencia de la levadura ("la descubrió Luis Pasteur a fines del siglo IXX", explica Eber) y por eso hoy la ley de la Pureza la contempla también. La malta puede ser de trigo o de cebada.
"Esa ley fue la hizo posible que en Alemania la cerveza no tuviera una industrialización salvaje en cuanto al uso de colorantes químicos, por caso, pero también la bloquea el uso de creatividad como por ejemplo usar remolachas y pomelos para elaborarla", detalla Eber antes de contar que en la actualidad la Ley de la Pureza está siendo muy discutida en porque los cerveceros artesanales quieren usar productos naturales y creativos.
"Para nosotros es un verdadero honor poder elaborar nuestra primera cerveza en Alemania junto a Kronprinz. Si bien es una edición limitada, disponible en una primera etapa solo en Bamberg, consideramos que es un paso sumamente importante para el sector en general. La marca Cerveza Artesanal de Argentina demuestra estar madura para sortear fronteras internacionales y llevar nuestra bandera a otras latitudes", responde Eber cuando se le pregunta qué significa esta posibilidad para Lindemberg.
Pensar en el mundo
"¿Y por qué lo hicimos? Porque nuestra empresa tiene una mirada internacional. Nuestro sueño es traer la marca a Europa y desde acá que sea internacional. Este es un primer paso muy pequeño para Lindemberg pero muy grande para una pyme argentina, especialmente en el rubro de cerveza artesanal".
La Chamamé IPA se produce y vende solo "por ahora" en Alemania, en Bamberg, una ciudad que es patrimonio cultural de la Unesco, añade Eber.
¿Y el próximo desafío de Lindemberg? "Además de mudar la planta a Saladillo, ampliar la presencia internacional con otros proyectos de colaboración. Nos imaginamos desarrollar una gastronomía acorde, teniendo en cuenta el maridaje de cervezas con menúes especiales. Desde que me recibí de somelier de cerveza el año pasado en Alemania estoy trabajando muy firme en eso", cuenta.
Seidel dice que "la revolución cervecera crea puentes entre culturas y regiones, aún con 11.000 km de distancia". La Chamamé IPA es una clara muestra de que es así.