Ciertas Petunias: El mágico y maravilloso arte de hacer reír

Las cinco mujeres que forman este grupo artístico multidisciplinario demostraron ayer en un colmado Salón Auditorio del Instituto Magnasco que el humor inteligente de Flor de viaje, su premiado espectáculo, también tiene lugar en la nutrida agenda cultural de la ciudad.Fernando PicianaEl escenario está casi vacío; abajo, el numeroso público que se dio cita a las 21.30 puntual espera ansioso. Una hilera de sillas rígidas, de las que se usan en las salas de espera, domina el espacio. Una voz en off da la bienvenida al aeropuerto. Así comenzó ayer Flor de Viaje, el espectáculo que trajo por primera vez a Ciertas Petunias a Gualeguaychú.Las muy bien apodada "Les Luthiers con polleras", el premiado grupo de música y humor formado por Magdalena Barla, Camila Campodónico, Natalia Guevara, Jessica Dinzelbacher y Lucía Braude, hizo reír, cantar, aplaudir y hasta pensar a los que colmaron el Salón Auditorio del Instituto Magnasco.El viaje de las petunias fue un recorrido por el folclore argentino y sudamericano, pasando por el jazz, el tango y el flamenco. Cada una de las canciones fue precedida por una pequeña historia que le dio pie, un hilo conductor con mínimas intervenciones teatrales. Mientras esperan que salga un vuelo demorado, ellas se entretuvieron cantando.En "La vida es sueño", parodian a Calderón; luego se ponen españolísimas para hacer "La flor de mi deseo" y caribeñas para "Guajira la vaca". Cada una de las cantantes y actrices cumple su rol de forma ajustada, sin fisuras. Magdalena Barla se apoya en su guitarra y en la capacidad natural que tiene para expresar con gestos lo que no se puede decir con palabras. Natalia Guevara y Jessica Dinzelbacher suman deliciosas pinceladas histriónicas que le aportan humor a las canciones que ya de por sí son graciosas. Lo mismo ocurre con el resto de las chicas en "Aguarda en línea", "Ñem ñeme ñem" y "¡Oh, padre!".Flor de viaje abordó con una mirada femenina inteligente temas cotidianos que son cercanos a todos; esto les permite a las petunias reírse de ellas mismas sin apelar a discursos obvios, chabacanerías ni bajadas de líneas innecesarias.El final del espectáculo fue a toda cumbia, con un homenaje a Gilda en dos versiones hilarantes.Más allá del talento natural de las cinco Ciertas Petunias, la impronta del "cómplice musical", como suelen llamarlo ellas, se nota y aporta un grado de sofisticación muy interesante, quien no es más ni menos que el integrante de Les Luthiers, Jorge Maronna, que está a cargo del asesoramiento artístico del grupo y que además es autor de varias de las canciones que interpretan, junto a Daniel Samper Pisano."Gualeguaychú nos sorprendió gratamente, no sólo el cariño que nos brindó la gente sino también la movida cultural que tiene la ciudad. No bien bajamos del escenario, con esa adrenalina que sentimos los artistas, mientras se escuchan los últimos aplausos de fondo, nos miramos entre todas y nos prometimos volver muy pronto", aseguraron las petunias.
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