CON LA PROMESA DE ACTUAR Y CUMPLIR
Comenzó la conferencia mundial sobre clima COP28: por qué es importante

El anfitrión de esta edición es Emiratos Árabes, uno de los 10 mayores productores de petróleo del mundo y, por lo tanto, opuesto a un rápido abandono de los combustibles fósiles.
La conferencia COP28 sobre estrategias para contener el cambio climático y adaptarse a sus efectos empieza esta semana en Dubai con la promesa de "unir, actuar y cumplir" con los avances conseguidos en ediciones anteriores, pero con un trasfondo de agravamiento de la crisis climática, con olas de calor, incendios, sequías e inundaciones cada vez más frecuentes, entre otros fenómenos climáticos.
Abandonar el uso de combustibles fósiles responsables del efecto invernadero, financiar la transición energética, compartir responsabilidades entre los países desarrollados -los contaminadores históricos- y los países emergentes -los que en general más sufren los estragos del clima-, son algunos de los asuntos pendientes del encuentro.
Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los 10 mayores productores de petróleo del mundo y, por lo tanto, opuesto a un rápido abandono de los combustibles fósiles, será el anfitrión de la cita y el que marque la agenda del debate.
El ministro de Industria emiratí, Sultan Ahmed al Jaber, es el presidente de la COP28 y director ejecutivo de Adnoc, la empresa petrolera y gasística estatal de EAU, lo que pone en evidencia un conflicto de intereses y revela la creciente influencia del lobby de los combustibles fósiles en la COP, algo que ya se había visto en la COP27 del año pasado en Egipto.
Hace casi tres décadas que los países se reúnen cada año en busca de acuerdos internacionales que permitan limitar el cambio climático, el más relevante de los cuales se consiguió recién en 2015, en la COP21 de París, cuando los participantes sellaron un compromiso para limitar el aumento de la temperatura global a fin de siglo a entre 1,5 y 2 °C respecto a los niveles preindustriales y activar medidas de adaptación.
A ocho años de ese hito, llega la hora del Primer Balance Global (GST, por sus siglas en inglés) sobre el cumplimiento de esos objetivos y no se espera ninguna sorpresa: no se cumplieron.
En 2023, la temperatura mundial y las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron máximos históricos, rozando los 1,5 °C, según el último informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), que sostiene que las actuales promesas de reducciones sitúan al mundo en la senda de un aumento de entre 2,5 y 2,9 °C para fin de siglo.
Para reducir sus emisiones contaminantes, afirma el informe, se requieren mayores transformaciones: las emisiones de gases de efecto invernadero deberían reducirse un 28% de aquí a 2030 para no superar los 2° y un 42% para el objetivo de 1,5°.
Además del GST, la presidencia de la COP28 estableció y plasmó en la Carta a las Partes cuatro prioridades en las que espera se trabaje en este encuentro y que apuntan a acelerar la transición energética y reducir las emisiones antes de 2030, comenzando por las de "cumplir con antiguas promesas y establecer el marco para un nuevo acuerdo en finanzas".
Las otras dos son poner la naturaleza, las personas, las vidas y los medios de vida en el centro de la acción climática y movilizarse por una COP más inclusiva.
En las próximas semanas se podrá ver cómo se llevan adelante esas prioridades en un país como Emiratos Árabes Unidos, una federación de monarquías absolutas que sigue invirtiendo fuertemente en combustibles y que reprime el derecho a la protesta.
"En (la COP27 de) Egipto no hubo discusiones significativas sobre el compromiso de abandonar los combustibles fósiles a más tardar para 2050 y creemos que este será un tema central y posiblemente muy rechazado en la COP de Dubai", dijo a Télam el secretario general de la Fundación Vida Silvestre Argentina (VSA), Manuel Jaramillo.
El gran triunfo de los países en desarrollo en la COP27 fue la aprobación del Fondo para Pérdidas y Daños, logrado en buena medida por la presión del anfitrión, que también es una economía en vías de desarrollo.
Los detalles sobre la implementación de ese fondo, recayeron sobre un comité compuesto por 24 países, entre ellos tres de América Latina y el Caribe, que esperan que este año, uno antes del plazo previsto, se pueda adoptar.
Se espera que los países más ricos, que son los que históricamente más han contribuido al cambio climático y, por lo tanto, sobre los cuales recaerá la financiación, posterguen el tema para el año que viene.
Fuente: Télam