Con Boudou fue un pleno, con YPF ¿redoblarán la apuesta?
La justicia es el último refugio de los ciudadanos, A ella le encargamos la custodia final de nuestros bienes y honores. Y en la Argentina está en deuda, desde hace mucho. Por incapacidad propia y presiones ajenas. Rafecas se sumó durante la semana a la larga cadena de desencantos por su penosa actuación en la causa Ciccone.Jorge Barroetaveña El magistrado era, hasta hace un par de semanas, uno de los jueces mimados por el poder. De buen prestigio en ámbitos judiciales y fuera de ellos, quedó muy mal parado después que la defensa de Núñez Carmona, amigo y socio de Amado Boudou, difundió los mensajes de texto y las comunicaciones que había mantenido con uno de los abogados. Rafecas cometió el peor de los pecados que puede cometer alguien que debe impartir justicia que es 'asesorar' a una de las partes y emitir, queriendo o no, un juicio previo.El magistrado sabía que todos los focos estarían enfocados en él y aún así cometió semejante desliz. Los especialistas del derecho afirman que hay causales suficientes para su recusación y, un poco más lejos, un proceso ante el Consejo de la Magistratura.Fue incluso, funcional a la estrategia del Vicepresidente Amado Boudou. Durante toda la semana se habló de la actuación del juez y del fiscal, en lugar de la investigación de la causa y la aparición o no de nuevas pruebas.Pero el comportamiento de Rafecas no es una rara avis en el Poder Judicial. Casi los mismos jueces de la servilleta de Carlos Corach siguen actuando hoy y el resto, nombrado por el kirchnerismo, tampoco se ha caracterizado por su independencia a la hora de actuar.¿Alguien duda que en los últimos 20 años la Argentina ha sido vaciada sistemáticamente con escándalos fenomenales de corrupción? ¿Cuántos presos hubo por todos los casos que se han denunciado, desde los '90 hasta la actualidad? Pocos, casi ninguno. Y este es un cargo que le compete a los que imparten justicia.Los magistrados han resultado ser un engranaje más de la estructura del estado y no el último refugio de las leyes. Ni han custodiado las leyes ni han penado sus incumplimientos. Corrupción hay en todos los países del mundo, pero en la mayoría existen los límites impuestos por las condenas.En la Argentina la corrupción se ha vuelto un fenómeno normal que atraviesa todos los estratos sociales, desde los más pobres hasta los más pudientes.El avance sobre YPF se ignora hasta dónde llegará. El problema es de caja y no ideológico, aunque algo de esto no lo entienda España. Claro, el momento elegido por el estado para retomar el control de la compañía no parece el más indicado. España atraviesa uno de los peores momentos de la historia sumida en una crisis sin precedentes que destruye todos los días miles de puestos de trabajo.La Argentina del 2001 casi. En ese contexto el gobierno argentino, urgido por la falta de fondos, resolvió cortar por lo sano y llevar adelante una estrategia de pinzas. Primero fueron las provincias petroleras que, una a una, comenzaron a cortarle los víveres hasta que el proyecto final de expropiación de YPF se filtró por los medios. La reacción española fue intempestiva: hay pocos antecedentes de convocatoria a un embajador argentino bajo la expresión "una agresión a YPF es la agresión a España".Frente a esto, lo que parecía inminente se volvió incierto. En la reunión del viernes con los gobernadores de la Presidenta varios plantearon algunas objeciones: están deseosos de asegurarse los fondos antes que se los quede el gobierno nacional.Cuando la Presidenta tomó el viernes el avión para Cartagena, a la Cumbre de las Américas, dio órdenes claras de no abrir la boca. Se consiguió por algunas horas borrar de la agenda pública el escándalo Ciccone e instalar la nacionalización de YPF. Habrá que ver si, en este tema, el kirchnerismo es fiel a su esencia y redobla su apuesta. ¿Qué significa?En la defensa cerrada del Vicepresidente Boudou a Cristina no le importó llevarse puesto al Procurador General de la Nación, Esteban Righi. Con la aceptación inmediata de su renuncia, la mandataria le dio la razón a Boudou y dejó mal parado a su histórico funcionario, uno de los pocos en los que Néstor Kirchner depositaba total confianza.Es que la situación del Vicepresidente atraviesa como una daga al gobierno. Poco se ha visto que un funcionario electo acuse públicamente de corrupción a sus propios compañeros de barco y siembre sospechas sobre el dueño del principal bastión electoral que los sostiene.Con el correr de los días y la reacción de la Presidenta, quedó claro que Boudou actuó con la anuencia de lo más alto del poder y sabía cuál sería la respuesta. El kirchnerismo puro pues redobló la apuesta y empezó a sacarse el lastre de encima.En el caso de YPF, ¿qué significa redoblar la apuesta? La presión internacional habría detenido por pocas horas la embestida. Los caminos son dos, al menos los que se bucean desde Olivos. Obligar con la presión a Repsol a sentarse a negociar, para buscar una salida consensuada o bien ir por las malas, pegar el zarpazo y quedarse con todo.En la balanza deberán poner los costos de una y otra alternativa, aunque las urgencias del tesoro no entiendan de estas cuestiones. Durante todos estos años Repsol YPF y el Grupo Petersen hicieron lo que quisieron, con la anuencia y complicidad del gobierno argentino. Fueron socios en las ganancias pero ahora llegó el tiempo de las pérdidas y ni uno ni otro quieren hacerse cargo. Alguien tendrá que pagar el muerto y es eso lo que se está discutiendo. Ni más, ni menos.
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