Con vaivenes y sin vaivenes
Esta rebelde (con causa) comunidad de Gualeguaychú, empecinada tesonera luchadora en defensa de sus bienes tan preciados, el de la vida y el derecho a mantener su ambiente sano y natural, llega hasta esta instancia, la séptima consecutiva, de Abrazo al Río Uruguay.El entramado de intereses que se mueven y desplazan de un lado para otro, de manera escondida, disimulada y tantas veces fuertemente hipócrita, ha tratado de debilitar de muchas maneras la tarea de los medios y de los periodistas de Gualeguaychú. De inocular el hartazgo y por ende la fortaleza de un pueblo pionero en la moderna lucha medioambiental, tratando de volverla anémica.Es extraordinario observar las idas y vueltas en ese sentido, de actores sociales involucrados en distintos sectores del espectro político, -oficialismo y oposición- empresarios cargados de intereses sobre todo económicos. Y hasta ignotos personajes de pequeña estatura intelectual, que con todo desprejuicio y desparpajo, han llevado a cabo un travestismo inaudito -todos ellos- apareciendo a cada rato por los medios (algunos), según momento y circunstancia, adoptando una postura u otra que les permita estar bien parados, vaya a saber con quién. O con quiénes.En fin, que de una manera acomodaticia, en oportunidades francamente mercenaria, egoísta, tratan de satisfacer personales beneficios. Y aquí afloran las miserias de los "miserables", que de una punta y de la otra, se disponen a construir paisajes distorsionados y mentirosos de la realidad tratando de engañar a los ciudadanos.Con esos movimientos oscilantes tratan de despistar a la gente de esta comunidad. Es difícil que quienes son bien inspirados y están convencidos de la demanda que llevamos a cabo, puedan sucumbir ante estas deleznables conductas.Como bien capacitados y formados estamos, a Dios gracias, sobre lo que es el establecimiento de una megaplanta celulósica, fuente indubitable de veneno y contaminación, y sobre todo y fundamental, el bien supremo de la defensa de la vida que es lo que nos anima, es que los vaivenes son aniquilados por una línea coherente y racional de conducta, que se mantiene y que se agiganta por parte del pueblo gualeguaychuense.La formación y toma de conciencia del problema de esta comunidad, ha estado a cargo de destacados profesionales y ciudadanos de Gualeguaychú, generosos y muy dedicados, que han volcado todos sus esfuerzos con gran generosidad y entrega. Este ha sido y es el camino que algunos se resisten a aceptar.Aún hay quienes con todo desinterés promocionan la incorporación de la verdad, el conocimiento contundente de los datos científicos, tan necesarios para defender con fuerzas y en paz, lo que es absolutamente nuestro. Derecho inalienableSin vaivenes, este medio, estos periodistas, defendemos y defenderemos en cualquier instancia la causa medioambiental de Gualeguaychú.
¿Un casino en el ex frigorífico?
¿Qué piensa la dirigencia política de Gualeguaychú sobre el millonario proyecto de instalar un hotel-casino en el ex frigorífico Gualeguaychú? Al parecer la propuesta de la firma Giocomovile ha desacomodado a más de uno.Se puede deducir el porqué. Resulta difícil decirle que no a una inversión de 30 millones de dólares. Pero a la vez el juego, con toda su carga connotativa, está detrás de este emprendimiento, que tiene pretensiones turísticas.El problema tiene varias aristas. Se está hablando en principio de darle uso a un inmueble que es patrimonio de la ciudad (se compró con plata de los impuestos).Además, ¿cómo se digiere que un inmueble símbolo de la cultura del trabajo, un ícono de la inversión productiva doméstica, y de la mancomunidad de capital y trabajo locales, termine convirtiéndose en un sitio donde se apueste dinero a gran escala?La política tiene un lado pedagógico, al menos lo tenía para los antiguos. Sus decisiones, aún las más pedestres, marcan una orientación ejemplar, son un mensaje acerca de los valores (o disvalores) que se quieren privilegiar para una comunidad.En este sentido, ¿resulta lo mismo poner un casino que levantar una fábrica, construir un enclave educativo o hacer un paseo público? ¿Todo es lo mismo mientras la plata salga de algún lado?Quizá este planteo luzca retrógrado, a la luz del mercantilismo dominante. ¿En base a qué criterios axiológicos la dirigencia local decidirá aceptar o no esta inversión?Es interesante hacer notar que detrás de este debate concreto subyace lo que se quiere para Gualeguaychú en el futuro. El "modelo" local -para usar una palabra de moda- se dejará traslucir aquí sin camuflajes.
¿Un casino en el ex frigorífico?
¿Qué piensa la dirigencia política de Gualeguaychú sobre el millonario proyecto de instalar un hotel-casino en el ex frigorífico Gualeguaychú? Al parecer la propuesta de la firma Giocomovile ha desacomodado a más de uno.Se puede deducir el porqué. Resulta difícil decirle que no a una inversión de 30 millones de dólares. Pero a la vez el juego, con toda su carga connotativa, está detrás de este emprendimiento, que tiene pretensiones turísticas.El problema tiene varias aristas. Se está hablando en principio de darle uso a un inmueble que es patrimonio de la ciudad (se compró con plata de los impuestos).Además, ¿cómo se digiere que un inmueble símbolo de la cultura del trabajo, un ícono de la inversión productiva doméstica, y de la mancomunidad de capital y trabajo locales, termine convirtiéndose en un sitio donde se apueste dinero a gran escala?La política tiene un lado pedagógico, al menos lo tenía para los antiguos. Sus decisiones, aún las más pedestres, marcan una orientación ejemplar, son un mensaje acerca de los valores (o disvalores) que se quieren privilegiar para una comunidad.En este sentido, ¿resulta lo mismo poner un casino que levantar una fábrica, construir un enclave educativo o hacer un paseo público? ¿Todo es lo mismo mientras la plata salga de algún lado?Quizá este planteo luzca retrógrado, a la luz del mercantilismo dominante. ¿En base a qué criterios axiológicos la dirigencia local decidirá aceptar o no esta inversión?Es interesante hacer notar que detrás de este debate concreto subyace lo que se quiere para Gualeguaychú en el futuro. El "modelo" local -para usar una palabra de moda- se dejará traslucir aquí sin camuflajes.
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