UNA DEMANDA POSTERGADA POR LA CRISIS
Consumo de carne vacuna: del declive histórico a un tímido repunte en Gualeguaychú
En 2024, la carne vacuna sufrió una caída histórica en el consumo per cápita debido a la crisis económica, pero un repunte reciente genera expectativas positivas. Carniceros locales reportan una reactivación impulsada por las Fiestas y el verano, aunque advierten sobre el impacto de los altos costos, como las tarifas eléctricas. Con ofertas y cortes populares, buscan mantener el consumo en un contexto de recuperación económica aún incipiente.
A lo largo del año pasado, uno de los tantos sectores de la economía que vio su actividad profundamente resentida fue el de la carne vacuna destinada a consumo interno. La alta inflación y las drásticas medidas de ajuste tomadas por el gobierno nacional durante el primer semestre de 2024 golpearon de lleno en los bolsillos de millones de argentinos y, en consecuencia, los más diversos rubros sufrieron una caída de las ventas sin precedentes. En el caso de la carne vacuna, su consumo per cápita llegó a 47,2 kilos por habitante durante el período enero-octubre, lo que marcó el nivel más bajo en 28 años, según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra). Si se lo compara con el mismo período, pero de 2023, la caída de un año para el otro fue del 11,2%.
Carniceros de la ciudad coinciden en que las ventas han repuntado en los últimos meses, aunque el poder adquisitivo de los consumidores sigue siendo limitado y las tarifas eléctricas representan un obstáculo importante para la rentabilidad del sector.
Para conocer en mayor profundidad el panorama local, Ahora ElDía habló con distintos carniceros de la ciudad que coincidieron en este diagnóstico, aunque advirtieron que el poder de compra del cliente sigue limitado y que las tarifas de luz se han vuelto un verdadero problema para sus negocios.
“Se sufrió mucho en el primer semestre del año pasado, la carne fue subiendo paulatinamente en base a la inflación y tal vez un poco más. Pero en los últimos meses se notó un repunte en base a las ventas y enero arrancó bien. Cerramos un diciembre excelente, diría que mejor que el de 2022 y 2023. Pienso que el precio de la carne se está acomodando. Se está volviendo a consumir más carne vacuna y dejando de consumir tanto pollo y cerdo”, resumió Matías Weigandt, propietario de La Colonia y añadió que uno de los problemas actuales del sector está en el costo que representan los insumos de electricidad. “La luz está totalmente impagable”, lamentó.
“Lo que nos mató a todos es que los alquileres se fueron muy altos y la luz también. No podemos pagar lo que estamos pagando, es una barbaridad”, coincidió Caito Páez, dueño de Carnicería Artigas. Luego, haciendo una comparativa con el año anterior, indicó: “Estábamos a un 60% de ventas, y con las Fiestas el consumo se debe haber reactivado un 20% o un 30%. Enero viene tranquilo, pero viene bien, no tan mal como otros años; no nos podemos quejar. Los meses más complicados fueron junio, julio y agosto del 2024. El consumo de carne vacuna mermó bastante, pero se está reactivando paulatinamente”. Por otra parte, agregó que el precio aumentó hace poco tiempo, pero no lo había hecho en los últimos meses.
Desde la carnicería Vaca Pora, sus empleados aportaron un testimonio distinto, en el que, si bien concuerdan en observar un claro aumento de las ventas durante las últimas semanas, reconocen que deben adaptarse al bolsillo del cliente, que todavía está lejos de ver una recuperación: “Estamos aspirando a los cortes populares, porque hay una caída notable del poder adquisitivo.
Los cortes económicos como espinazo, osobuco y carne picada se han convertido en protagonistas de las ventas. Los carniceros apuntan a mantener esta tendencia ofreciendo precios competitivos y estrategias adaptadas al consumo familiar.
Empezamos a hacer ofertas de dos kilos de carne picada, hamburguesas, espinazo, osobuco, falda parrillera y milanesas. Ahora empezó el verano y vemos más movimiento por el uso de parrillas, pero hoy por hoy los clientes tienen una necesidad muy grande y nosotros a veces terminamos bajando los precios al costo. Tenemos que adecuarlos al consumo”. En ese sentido, agregaron que van a incorporar “algunos cortes como el pecho y el mocho (pieza que incluye varios cortes de la pierna del animal), para que se junten las familias y lo lleven”. Sin embargo, al igual que las otras carnicerías destacaron que para Navidad y Año Nuevo tuvieron muy buenas ventas y que esperan una buena temporada de verano.
En una línea similar a la de sus colegas, Yani Veronesi, uno de los dueños de Carnes Veronesi, señaló: “Durante las fiestas hubo un incremento bastante bueno del consumo, teniendo en cuenta que veníamos de un nivel muy bajo. Ahora se viene consumiendo más que en los meses anteriores, en los que tanto la venta de carne vacuna como de cerdo y pollo había mermado considerablemente”. Por otro lado, indicó que esta reactivación del consumo se dio a pesar de una reciente suba en los precios de la carne y que los mayores costos para las carnicerías hoy están representados por la tarifa eléctrica y el aumento en los insumos para la elaboración de embutidos y otros preparados.
Hasta el momento, no han trascendido datos o indicadores económicos a nivel país que coincidan con esta impresión de los carniceros locales. A fines de noviembre, los datos relevados por la Ciccra indicaban que la recuperación en los ingresos de los consumidores, clave para reactivar el mercado interno, no se reflejarían hasta febrero o marzo. Queda por verse si, efectivamente, el empujón que recibieron las carnicerías de la ciudad estas semanas podrá mantenerse en el transcurso del verano y si a lo largo del año la carne vacuna volverá a ocupar un lugar central en la mesa de los argentinos.