Contra el cáncer, sí se puede: “me compré broches cuando estaba pelada”
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Con esta frase resumió la fuerza de voluntad y la confianza que tenía en sí misma. Ella sabía que se iba a curar e iba a seguir adelante por y para su hijo. Hoy Claudia Sánchez apuesta a una vida sana y a que todas las personas tomen conciencia de la importancia de la prevención. Mónica Farabello Gualeguaychú mira con preocupación las estadísticas de cáncer. Busca respuestas científicas por todos lados para conocer cuáles son las causas que provocan esta temida enfermedad.Claudia Sánchez perdió a su mamá y a su papá tras pelearle a este penoso diagnóstico. Embarazada recorrió oficinas, pidió por las drogas de la quimioterapia de su madre y hasta llamó a las droguerías en busca de una solución.El estrés, lo emocional y el factor genético detonaron en Claudia. Con su bebé recién nacido fue diagnosticada: ella también tenía cáncer.ElDía entrevistó a Claudia para conocer en primera persona cómo se lucha y se le gana al cáncer, aunque según ella misma explica, "es un día a día; no quiero decir que me curé". ¿Cómo era tu vida antes y como te enteras del diagnóstico?-Mi vida era tranquila pero a su vez muy agitada porque trabajaba en una oficina, estaba embarazada. Tenía mi mamá con un problema oncológico también. Con mi mamá pasamos por muchos estados muy complicados durante mi embarazo.Cuando nació mi hijo, Valentino, durante el primer mes comencé a sentir un bultito en la mama.Fui enseguida al médico como lo hacía siempre. Cada año me controlaba en el ginecólogo y con mi médico.Comenzaron a hacerme todos los estudios porque por algún motivo no podía amamantar a Valentino. Era como que estaba todo tapado. De esa manera me enteré que tenía un cáncer de mamas. ¿Cuándo vas al médico sospechabas de la posibilidad de un cáncer? -En ese momento no se hablaba tanto como ahora. Fue en 2008: ese año empecé con el tratamiento y me operaron. Me sacaron un cuarto de una mama y tuve que hacer quimioterapia y rayos.Lo que observo ahora es que se hace mucha prevención, y también veo es que muchas mujeres que se detectan un bulto en la mama o una bolita, no van al médico y esperan a último momento, porque justamente es el miedo que tenemos a esa palabra que sobrevuela: cáncer. ¿Quién te dio la noticia?- A mí me atendió Enrique Rivas que como profesional ha sido excelente. Cuando abrió el chequeo y me dijo que era cáncer, me puse muy mal...yo lo presentía, pero porque yo estaba mal en lo emocional.Venía de todo el proceso de la quimio de mí mamá, con un embarazo a cuestas, tratando de cuidar mi panza, y en un momento, abren un sobre y la que tiene cáncer soy yo.Cuando abrimos el diagnóstico y lo lee a mí se me caían las lágrimas. No sé si suele pasar con todos los médicos pero él me tomó de las manos y me dijo: "Tranquila, te vas a curar. Si tu mamá lo está pasando por qué vos no lo vas a pasar", entonces pensé: "es verdad, mamá la peleó hasta el final". ¿A qué le atribuís los casos de cáncer en tu familia? -No lo sé, pero no hay que tener miedo. Te toca y te toca. Creo que esto es una ruleta rusa y uno sabe que le puede tocar. Desde las redes sociales trato de hacer hincapié en la prevención.En mi caso lo tuvo mi papá, lo tuvo mi mamá y así los perdí a los dos. Hasta ahora soy una sobreviviente. Y siempre digo que es "ahora", porque nunca se sabe.Creo que no está bueno decir que te curaste. Esa es una palabra que no utilizo; prefiero decir: "hasta ahora estoy bien", porque se es toda la vida paciente oncológico. Ahora estoy bien gracias a Dios, lo vencí y me recuperé. ¿Cómo cambió tu vida después del proceso que atravesaste?-En todo. Después del cáncer hay que estar dispuesto a controlarse, a llevar una vida sana, una vida sin problemas, sin hacerse tanto rollo en la cabeza. Es tan simple la vida, que cuando te enfermas te das cuenta de que todo lo que tenés alrededor vale mucho más de lo que pensabas.Sin dudas, lo que me dio fuerza para salir adelante fue mi hijo. El proceso de sanación¿Cómo superas la operación y el tratamiento? -Cuando me dijeron el diagnóstico, inmediatamente se me vino a la cabeza todo lo que pasaron mis padres. Las quimioterapias; el vómito, el mareo y las jaquecas y lo primero que pensé es "me va a pasar lo mismo".Tuve que fortalecerme. Las primeras sesiones de quimioterapia no las sentí tanto, pero la última fue terrible porque justo me atacó un fuerte dolor de vesícula.Estuve como una semana internada. Los médicos no me dejaban salir de la sala porque no me podía ni levantar. Me habían pinchado por todos lados y la última pinchadura era en el cuello. No me daban más las venas...Hacía siete días que no veía a mí hijo y digo: "ayúdenme a pararme porque me quiero ir de acá. No quiero más pinchazos; quiero ver a mi nene".Me paré y logré que me dejaran ir a casa. En ese proceso, un día pasé por una tienda y vi unos broches para el pelo que me encantaron, pero yo estaba pelada. Entré y los compré con la convicción que algún día iba a poder usarlos. Además de tu hijo ¿Qué te dio fuerzas para seguir adelante?-Yo no conseguía trabajo. Nadie me aceptaba por mi condición de ex paciente Oncológico. De hecho un día fui a Acción Social y alguien me dijo allí: "no tomamos personas que hayan tenido cáncer". Fue horrible. Mi mamá en ese momento vivía y vivíamos con lo poco. Hoy veo a esa persona y no le deseo mal. Que Dios lo ayude.Todo esto hizo que vuelva a la Danza. Hacía mucho tiempo que había empezado clases de danza con Raquel Irungaray que es una maestra que me alentó muchísimo. Me gusta actuar, cantar. Ahora volví a la danza, a las coreografías, tuve repercusión. Me llamaban para hacer coreografías y demás. Después estuve en el carnaval haciendo las coreografías para las chicas de una marca de cerveza.Sin el arte, hay un 50 % de mi vida que estaría totalmente vacía. Después empecé con el teatro; ya estoy en tercer año. Ya escribí mi primera obra, y la puse en el escenario con un elenco increíble.En cada cosa que hago trato de manifestar la vida, como lo hago con mi obra de teatro "Mejor bailemos".Ahora Claudia disfruta de su vida junto a su hijo; se encuentra plena y haciendo todo lo que siempre soñó.Apuesta a una vida sana, haciendo baile, ejercicios y cultivando frutas y verduras. Además, es una gran defensora de la prevención y la toma de conciencia. Hacerse los controles anuales es una obligación para cuidar tu vida y depende únicamente de vos.Claudia es un ejemplo que contra el cáncer, sí se puede. Con esfuerzo, con mucha lucha y con prevención para detectarlo a tiempo.
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