Desafiando la crónica inestabilidad del país, pero a tono con la idiosincracia local, crece aquí una comunidad sinérgica de entusiastas que alientan proyectos productivos.
Marcelo Lorenzo
Un rasgo distintivo de Gualeguaychú ha sido el empuje de su sociedad civil, que ha logrado diversificar con el tiempo su base material, gracias básicamente al genio emprendedor de su gente.
La capacidad de soñar y de proyectar de tantos vecinos, y sobre todo la virtud de coaligarse para enfrentar desafíos comunes, es una impronta local que se refleja en empresas de distinta índole.
No muchas ciudades del interior del país cuentan con la diversificación económica de Gualeguaychú, donde convergen su tradicional sector agropecuario, la industria concentrada en el Parque, el comercio y el turismo en expansión.
Pero estas cosas no ocurrieron por azar ni por algún artilugio venido del cielo, sino porque hubo gente que quiso hacerlas y empeñó su voluntad e inteligencia en ello.
Y esto a pesar de que en Argentina, país atormentado por la inestabilidad económica y política, nunca fue fácil emprender. No lo fue ayer ni lo es hoy. Sin embargo, siempre están los optimistas empedernidos, las personas que se apasionan por lo que hacen, que convierten sus ideas en negocios e inspiran a otros para seguir adelante.
Además, se trata de gente que aumenta su creatividad ante la adversidad, de acuerdo con aquel axioma que dice que la inventiva es hija de la necesidad. Lo cierto es que la figura del "emprendedor" - de él estamos hablando- aunque en boga desde hace un tiempo en todas partes, ha tenido en realidad fuerte arraigo en la ciudad fundada por Rocamora.
Por eso no es casual que aquí naciera el primer Club de Emprendedores de la provincia y uno de los primeros del país. Y que con sólo dos años de existencia, se haya formado ya una comunidad de entusiastas, muchos de ellos profesionales que trabajan para hacer realidad su proyecto económico.
Eso le explicó a ElDía Juan Carlos Quinteros, integrante de la Corporación del Desarrollo (Codegu), la administradora del Parque Industrial, la entidad que viene bregando para constituir un ecosistema doméstico a favor del emprendedorismo.
Según Quinteros, responsable del área PyMEs de Corporación y él mismo un formador de emprendedores, la entidad de calle España, al patrocinar esta iniciativa, hace justicia a su misión histórica de fortalecer y ensanchar el
"capital social emprendedor de la ciudad".
¿A qué se llama emprendedor?
"Es aquella persona, por lo general un profesional, que posee un proyecto orientado a cubrir una necesidad del mercado", refirió el directivo.
"En nuestro caso -dijo
-, es gente que desarrolla software, que brinda servicios y soluciones para el agro o el mundo de las empresas, que desarrolla asistencia técnica para mejorar la calidad de vida en el rubro salud, también que propone mejoras en la impresión 3D, que se dedica al rubro alimentos, o al diseño de indumentaria o a la producción audiovisual, entre otros".
La tarea de Corporación, en estos dos años, ha consistido en convocar a los vecinos que tienen este tipo de iniciativas en torno a un Club, cuyos miembros se reúnen periódicamente en un espacio con que cuenta el Parque Industrial, instalaciones de casi 300 metros cuadrados cubiertos, con toda la tecnología disponible.
Paralelamente, para acompañar a los emprendedores y sus proyectos, se ha creado una plataforma en la que convergen centros educativos (Centro Regional Gualeguaychú de la Universidad de Concepción del Uruguay, Instituto Sedes Sapientiae y Facultad de Bromatología -UNER-), empresas, bancos públicos y privados, organismos técnicos oficiales (INTA e INTI), organizaciones no gubernamentales (ONGs).
También están presentes allí las incubadoras de empresas, como la firma local Creatio (dirigida por el consultor Marcelo Bonzón). Todas estas instituciones concurren para asistir, en forma coordinada, a los proyectos presentados por los emprendedores.
Este ecosistema se está sofisticando cada vez más y en los próximos días contará con un mapa digital donde aparecen todos los actores comprometidos con el emprendedorismo a nivel local con la indicación de qué es lo que ofrece cada uno.
"La idea es que los interesados en desarrollar algún proyecto sepan adónde acudir. Se trata de que nos podamos vincular en un espacio virtual. Esto nos facilita a nosotros, en el trabajo de asistencia. Y sobre todo al emprendedor, que de esta manera sabe con qué apoyos cuenta", destacó Quinteros.
UN NUEVO ACTOR SOCIAL
Con respecto al Club de Emprendedores, la formación social está en crecimiento. A lo largo de capacitaciones, talleres y encuentros se ha ido creando una comunidad de emprendedores, que congrega a alrededor de 1.000 personas, que hoy virtualmente se autogestionan.
Según Quinteros, es gente que interactúa entre sí, participa sus iniciativas y busca soluciones creativas al interior de un espacio sui géneris, genera lazos asociativos y se ha convertido en un sujeto colectivo autónomo en torno a intereses afines.
"Por ejemplo tenemos en el Club de Emprendedores dos hermanos, que son carpinteros. Han hecho ya trabajos hermosos para algunas zonas del centro de la ciudad. Los estamos juntando con otros emprendedores porque creemos que van a salir cosas nuevas. Esa es una de las funciones del Club: la posibilidad de relacionarse con otras personas que tienen la misma sintonía", relató.
De esta manera el sector está configurado por una comunidad de emprendedores de un lado y un ecosistema de apoyo por otro. Lo que se prevé, según señaló Quinteros, es que los emprendedores
"empezarán a demandar cada vez más cosas al ecosistema, desde capacitaciones hasta soluciones técnicas".
Aquí entra a jugar Nexo.Tec, el centro de vinculación tecnológica que funciona en el Parque Industrial - al lado del espacio de reunión del Club de Emprendedores-, una entidad armada para asistir técnicamente a las empresas del enclave industrial, pero que también está abierta a las demandas de los que pretendan crear un nuevo negocio.
Desde Corporación del Desarrollo, en tanto, vienen fomentando el espíritu emprendedor en los colegios secundarios de la ciudad, a través de distintas charlas y exposiciones con los alumnos más avanzados.
La Feria de Ciencia y Tecnología, específicamente, aparece como un incentivo al estudio y al trabajo en equipo para jóvenes estudiantes que muestran inclinaciones para emprender cosas nuevas desde un espíritu científico.
Se parte del diagnóstico de que en Gualeguaychú hay condiciones para generar una nuevo y dinámico sector social, sobre todo entre los jóvenes, que asuman el reto de montar proyectos productivos propios.
Desde hace dos años, en suma, se viene armando un sistema de incentivos y de acompañamiento, un ecosistema que apuntale a los inquietos y que haga posible que emprender en la ciudad sea más fácil y ventajoso.
Quinteros cree que se trata de un sector emergente que pugna por protagonizar el futuro:
"Así como estoy seguro que el Parque contará pronto con un gran espacio tecnológico, también estoy convencido que el emprendedorismo será uno de los ejes del desarrollo de los próximos años".
"Si somos inteligentes y apuntalamos desde la ciudad a estos profesionales y creadores en su intención y en sus proyectos, creo que estamos sentando las bases del futuro de Gualeguaychú", reflexionó el entrevistado.
Y añadió:
"Es responsabilidad de la ciudad capitalizar toda esta energía. Se trata de retomar y actualizar el ejemplo de nuestros emprendedores históricos. Los que levantaron empresas icónicas, como el frigorífico, los que hicieron realidad el parque industrial, el turismo, el carnaval, y empresas familiares reconocidas fuera de la ciudad".