Cuando el fútbol marcha sobre ruedas

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Desde hace algo más de un año, una veintena de jóvenes que utilizan sillas de ruedas motorizadas disfrutan del "Powerchair Football", el deporte que cambia mucho más que sus vidas; buscan que la iniciativa se extienda al interior del país. Florencia Carbone "Mamá, soñé que jugábamos contra Brasil."La confesión hecha al calor de un desayuno hogareño no es de un sobrino de Messi, un primo de Higuaín o una promesa de algún club famoso. Es de Valentino Zegarelli, un verdadero fenómeno de la vida.Cuando tenía siete meses, su mamá se dio cuenta de que había algo que "no andaba del todo bien". Un tiempo más tarde, los especialistas le diagnosticaron atrofia espinal muscular, una enfermedad degenerativa que no le permitiría caminar.Casi 8 años después, desde la silla de ruedas motorizada que lo lleva para todos lados, Valentino juega al fútbol y con ello pasó de ser espectador a protagonista. El "Powerchair football" tuvo mucho que ver con ese cambio.Con el nacimiento de la Fundación Powerchair Football Argentina, a fines de 2012, un nuevo deporte llegó al país: el fútbol para personas que utilizan sillas de ruedas motorizadas para su vida cotidiana. Hoy, una veintena de chicos lo disfrutan.Hace tres años, Mariano Zegarelli volvió eufórico de Estados Unidos. Había viajado para participar de una Conferencia sobre atrofia muscular y allí descubrió "el" deporte que podría practicar su hijo Valentino. Entusiasmado, le mostró a Lorena Lardizábal, su mujer, el video que le habían dado los representantes de la Federación Internacional de Powerchair Football (FIPFA)."Enseguida dijimos: ¡está espectacular, lo tenemos que hacer acá! Sabemos que nuestro hijo padece una enfermedad degenerativa y que no va a caminar nunca. Y uno se va acostumbrando a todo, transitamos cada día entre la terapia física, la escuela... pero no queremos que nos coma el día a día. Valentino va creciendo y lo que más nos preocupa desde siempre es su vida social. Queremos que haga lo que hace cualquier chico de su edad. Y ésta era una súper posibilidad", recuerda Lorena.Así fue como arrancó todo, con mucha buena voluntad y ganas de concretar la idea. Entonces, empezaron lo que Mariano Rozenberg, médico deportólogo, profesor de educación física, director ejecutivo de la Fundación y entrenador del primer equipo de Powerchair Football en el país denomina "rastrillaje"."Lo único que hace falta para practicar este deporte es tener una silla de ruedas motorizada, pero no hay estadísticas ni registros, así que empezamos a rastrear por diferentes vías quiénes eran usuarios", cuenta. Llamados a ortopedias, ONG, asociaciones médicas, escuelas y el infaltable "boca a boca" hicieron lo suyo, y el sábado 20 de abril de 2013, en el Polideportivo Domingo Faustino Sarmiento, en el partido bonaerense de Tigre, se hizo el primer entrenamiento.Más allá de los valores que transmite la práctica de cualquier deporte, éste tiene un valor agregado muy especial: transforma en protagonistas a chicos que están acostumbrados a ser espectadores."Franco, nuestro hijo mayor es fanático del rugby y juega, así que los fines de semana, Valentino preguntaba a dónde íbamos a ver a su hermano. Después, sabía que tenía sus sesiones de kinesiología o equinoterapia. Ahora, ¡hasta yo espero ansiosa el sábado para ir al entrenamiento de fútbol!", cuenta Lorena.Rozenberg explica que se trata de un deporte mixto que puede practicarse a partir de los 6 años y que la única condición para sumarse es ser usuario de sillas de ruedas motorizadas, cosa que guarda directa relación con la severidad de la discapacidad."Esto es fútbol, tiene un reglamento muy parecido al de Fútbol 5. La silla forma parte del esquema corporal del deportista en lo técnico y lo táctico. La práctica de este deporte modifica todo: desde la dinámica familiar (los chicos pasan a ser protagonistas) hasta su mentalidad para la tarea escolar, laboral y terapéutica. Es una gran oportunidad para que los chicos tengan una actitud activa", destaca el entrenador.Según explica, "es el deporte para usuarios de sillas de ruedas que más creció en los últimos 10 años en el mundo". Powerchair Football nació en 1978 en Francia. Dos años después, llegó a Canadá y con el paso del tiempo se fueron sumando otros países como Bélgica, Dinamarca, Estados Unidos, Inglaterra, Japón y Portugal.Pero la conformación de la Federación Internacional de Powerchair Football, en 2006, fue lo que dio el empujón decisivo. En 2007 llegó la I Copa del Mundo, en Tokio, y cuatro años después, la II Copa del Mundo, en París. Aunque aún no tiene sede establecida, la III Copa Mundial está agendada para 2015.Rozenberg resalta la colaboración de Aedin (Asociación de Defensa del Infante Neurológico), pero dice que para que la actividad pueda seguir creciendo en la Argentina, es fundamental el apoyo de las familias de los potenciales deportistas."Nuestro objetivo es llegar a todas las familias que tengan un integrante en silla de ruedas motorizadas, por lo que es fundamental el compromiso de todos para difundir el tema", acota.Actualmente ya son veinte los jugadores que participan de este deporte. "La mayoría tiene entre 8 y 9 años, muchos son adolescentes y también participan adultos jóvenes, de hasta 22 años", comenta Rozenberg.Lorena cuenta entusiasmada que están evaluando desdoblar el equipo y armar un grupo que entrene en Capital, pero también están en marcha gestiones en Mar del Plata, Rosario y Córdoba.Powerchair Football Argentina está organizando para fin de año una Clínica del Deporte en la que la FIPFA se encargará de capacitar a árbitros, entrenadores y clasificadores locales de este deporte, otra de las patas centrales para que la actividad pueda seguir creciendo.Otro de los planes de la Fundación es que un equipo local compita en la Copa América Ampliada (habrá equipos de Canadá, Estados Unidos y Brasil y se invitó a otros países que están comenzando como Portugal, Australia, Japón e Irlanda). La cita es en Río de Janeiro, a principios de 2014."Lo que más me impactó fue que Valentino no había jugado nunca al fútbol, pero se sabía todas las reglas, como buen hincha fanático de Barcelona, River y Morón -cita entre risas Lorena-. Ahora, cuando estamos en casa, me pide que le haga pases así practica. Nunca había visto esa cara de concentración en Valentino. No sé hasta dónde llegaremos, pero ya estamos muy felices", concluye.La voz transmite la satisfacción del "deber cumplido" de todo padre: hacer TODO lo que esté al alcance para la felicidad de un hijo. Para saber más*Powerchair Football es fútbol para usuarios de sillas de ruedas motorizadas.*Cada equipo está formado por cuatro jugadores (tres de campo y un arquero).*Se juega en una cancha de básquetbol (28 x 15 metros), con arcos de 6 metros de ancho y sillas cuya velocidad no supere los 10km/h.*La pelota es N° 10, de cuero y 33 cm de diámetro.*Los equipos pueden estar integrados tanto por varones como por mujeres, sin distinción de edad.*Los partidos duran dos tiempos de 20 minutos cada uno.*Es una actividad no arancelada. Las familias deben colocar unos protectores especiales a las sillas y encargarse del traslado de los deportistas. La Fundación se encarga de conseguir las locaciones.*Si te interesa sumarte, sumar a un familiar al equipo o conocer más sobre el tema, podés escribir a ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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