Cuaresma: basta de indiferencia
"Me nefrega", "me importa un bledo", "y a mí qué", "que se arreglen"... son respuestas espontáneas que a veces escuchamos en los demás, y también, en nosotros mismos. Lamentablemente estas actitudes están más generalizadas de lo que pensamos. Por monseñor Jorge Eduardo Lozano Por eso el Papa, en su mensaje para esta Cuaresma que estamos comenzando, nos dice: "Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos afrontar como cristianos".Debemos cuidarnos del ombliguismo autorreferencial que nos lleva a pensar "si estoy bien, todo está bien" y por tanto a desentendernos de lo que sucede a los demás. Ya se lamentaba de esto en 1930 don Enrique Santos Discépolo:"cuando estés bien en la vía sin rumbo, desesperado. / Cuando no tengas ni fe/ ni yerba de ayer secándose al sol. / Cuando rajés los tamangos / buscando ese mango / que te haga morfar. / La indiferencia del mundo / que es sordo y es mudo / recién sentirás. / Verás que todo es mentira / verás que nada es amor / que al mundo nada le importa / ¡yira!, ¡yira!". Hoy se da vuelta la cara ante quien está tirado en la calle, quien se droga o emborracha, quien no tiene turno en el Hospital, quien vive entre cartones y chapas, quien no tiene para comer,... y siguen los rostros que corren el riesgo de volverse invisibles.La Cuaresma es un tiempo de gracia y conversión que nos ayuda a experimentar más de cerca el amor que Dios nos tiene a todos sus hijos, y abrirnos así a la misericordia del Padre y la solidaridad fraterna.Francisco en su mensaje se dirige también a las parroquias y comunidades, y les pregunta: "En estas realidades eclesiales, ¿se tiene la experiencia de que formamos parte de un solo cuerpo? ¿Un cuerpo que recibe y camparte lo que Dios quiere donar? ¿Un cuerpo que conoce a sus miembros más débiles, pobres y pequeños, y se hace cargo de ellos? ¿O nos refugiamos en un amor universal que se compromete con los que están lejos en el mundo, pero olvida al Lázaro sentado delante de su propia puerta cerrada? (cf. Lc 16, 19-31)". Podemos acostumbrarnos a un amor a "vuelo de pájaro" que no hace nido, que mira desde arriba sin ser capaz de posar la mirada y entrar en comunión con el hermano más indigente.Y nos recuerda el Papa que: "Junto con los santos, que encontraron su plenitud en Dios, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia. La Iglesia del cielo no es triunfante porque ha dado la espalda a los sufrimientos del mundo y goza en solitario. Los santos ya contemplan y gozan gracias a que, con la muerte y la resurrección de Jesús, vencieron definitivamente la indiferencia, la dureza de corazón y el odio. Hasta que esta victoria del amor no inunde todo el mundo, los santos caminan con nosotros, todavía peregrinos".Por eso, "toda comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con la sociedad que la rodea, con los pobres y alejados. La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres". En nuestros pies deben quedar rastros de la tierra concreta que nos rodea: si barro, barro; si pasto, pasto; si asfalto, asfalto. Si el calzado que tenemos está impregnado de cera de los pisos de casas acomodadas y nunca conocen otros terrenos, aprovechemos para revisar la vida.La Cuaresma es un tiempo hermoso que nos alienta a vivir más plenamente nuestra amistad con Jesús, con una fe bien encarnada, sin pseudos espiritualismos alejados de la historia concreta que peregrinamos.Dios se muestra cercano a todo camino humano. La celebración de la Pascua será fiesta de la humanidad renovada si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo.Tenemos 40 días para crecer en la oración y meditación de la Palabra, para controlar y purificar nuestros deseos mundanos, y para crecer en el amor a los necesitados. Ojalá podamos aprovecharlos de punta a punta.Te pido por una intención particular. En estos días hemos visto con horror cómo son asesinados hermanos nuestros por su fe cristiana. Recemos por quienes son perseguidos a causa de su religión y por el arrepentimiento de los verdugos. *Obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
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