Cuarto de siglo haciendo docencia
Sr. Director: A través de los años, por costumbre, por conveniencia, por negocio o por distintos motivos, festejamos nuestros cumpleaños, pero cuando uno abraza una profesión, la más delicada, la más reconfortante, la más agobiante, la más multifacético, la más... y podrán agregarles adjetivos de todo tipo e índole cuando llegamos a los 25 años estamos más cerca del retiro que de los festejos.Han pasado 25 años de mi vida y prácticamente sin darme cuenta he intentado aportar un granito de arena en la vida de más de 1200 alumnos inculcando la honestidad, la decencia, la humildad, la honradez, la solidaridad y seguramente conocimientos para que puedan desenvolverse en la vida como "ciudadanos" en un país democrático.El regalo más preciado que he recibido en estos 25 años de psicólogo, enfermero, mozo, abogado, ordenanza, árbitro, padre y también "docente" es el "chau maestro Beto" que nunca falta en la boca de aquellos que alguna vez compartimos las aulas.¡Cómo ha cambiado todo!, Desde aquella experiencia en las bodegas dando clases a personas mayores que no habían tendido la oportunidad, que si yo tuve de ir a una escuela, donde vi las primeras lágrimas en los rostros curtidos de estos trabajadores al poder escribir el nombre de sus hijos y que por enseñarles a leer a través de sus recibos de haberes me tuve que ir a mi casa junto con ellos para terminar de enseñarles a leer y escribir.Cómo olvidar cuando viajaba desde Bs. As. los fines de semana e iba al primer barrio que habían construido en Villa Paranacito y darle contención a esos pequeños que buscaban alguien en quién refugiarse.Aquel primer trabajo en A° Martínez donde viajaba en bicicleta 90 minutos para llegar a destino, pasando por arroyos y canales. Hoy recuerdo aquel trabajo en la capilla, dando clase de apoyo a chicos de primaria, secundaria y compartir los estofados de nutria y carpincho con jóvenes que venían del monte luego de una larga jornada.Pasan los años, muchos recuerdos, muchas anécdotas y veo que a pesar de tanto tiempo sigo siendo el mismo "calentón" que muchas veces me miraban de reojo en reuniones y que por lo bajo decían "otra vez este".Al decir como ha cambiado todo, observo hoy como al sistema no le importa nada, que importa que no tengan lancha para ir a estudiar, que importa que pases frío, que importa que tomen agua contaminada, que importa... si al fin y al cabo son seres calladitos que algún día se despertarán.Ya con los días contados frente al aula "disfrazado de payado" para tratar de sacar alguna sonrisa y que sea motivo de un nuevo aprendizaje, estoy agradecido a la vida porque pude hacer lo que me gusta y no todos hemos tenido esa suerte.Simplemente gracias a aquellos padres que depositaron la confianza en este humilde pero orgulloso servidor Beto KachinskyDNI: 14.850.114
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