Cuidemos una ciudad que es turística
Qué agradable recorrer una ciudad limpia, sus calles barridas, veredas en condiciones y los espacios públicos ordenados, como lo establecen las ordenanzas del municipio.De la RedacciónAsí, podemos mencionar a la capital de Mendoza o Esquel, lugares turísticos donde el vecino está consustanciado y acompaña los consejos de las autoridades.Argentina, cada cuatro años, y por la actividad proselitista previo a una elección, se convierte en una gran vidriera para miles de candidatos/as a los distintos cargos. Afiches, volantes, pintadas en paredes/paredones/cordones de veredas, carteles, etc. Todo sirve para manifestarse ante el ciudadano.Las elecciones transcurren como corresponde. Pero, lamentablemente, nada (o poco) se retira de la vía pública. Y es ahí donde debe elevar la voz la comunidad.A la vista está lo que sucede en Gualeguaychú. Nada alcanza a los sectores políticos para colocar carteles, incluso en terrenos de organismos públicos de la provincia y que deben estar ajenos a la cuestión política; sin embargo, el resto de otros sectores nada dice. ¿Será porque se acepta esta situación?.Se debería seguir el ejemplo de la municipalidad de Paraná, la cual convocará a los partidos políticos que participaron de las elecciones primarias y pegaron carteles o colocaron pasacalles en la vía pública, a que colaboren con la limpieza de los espacios.La secretaria de Planificación e Infraestructura, Rosario Romero, recordó que la recomendación de la comuna es la de evitar pegar en espacios públicos, edificios públicos y en las columnas de alumbrado.La colocación de pasacalles en la capital entrerriana sigue estando prohibida. Si un partido político lo hace igualmente "debe tener cuidado de sus propios pasacalles, que no queden en una situación peligrosa, que no queden colgando, y tienen que proceder a cuidarlos, que estén bien sostenidos a los efectos que no se caigan arriba de los autos o arriba de las personas", afirmó la funcionaria.En Gualeguaychú existe una ordenanza clara y precisa. Las primarias han pasado y se vienen semanas previas al 23 de octubre. Se pueden tomar dos caminos: llamar a todos los partidos a limpiar los espacios públicos y consensuar la forma en que se hará la actividad proselitista. O, como otra opción, aguardar que transcurran las elecciones y luego sí, con el compromiso de las agrupaciones, proceder a retirar todo.Aquí es posible hacerlo porque la dirigencia es conciente que una ciudad turística no sólo debe proclamarse sino practicarse. Y ellos son el ejemplo, la población lo sabe. ¿Adónde fue el voto rural de Gualeguaychú? Es la pregunta que todo el mundo se hace: lo que se conoce genéricamente como campo en Gualeguaychú, epicentro del conflicto agrario en 2008, ¿es cierto que votó por Cristina Kirchner?Hay que poner la pregunta en el contexto general. Por lo pronto, si uno mira los resultados en forma global en el país, 1 de cada 2 votantes optaron por la continuidad del "modelo".Ahora bien, en esa mitad que votó por el kirchnerismo hay que incluir a las ciudades del interior, más vinculadas estrechamente con la actividad agropecuaria.Visto en estos términos, parece claro que hubo un electorado "interior o rural" que sufragó por el oficialismo. Sin embargo, un conspicuo dirigente rural reflexionó ante esta Hoja que hay que precisar a qué llamamos voto del campo.Al respecto hizo un corte sociológico. Una cosa, dijo, es el campo "productivo", relacionado directamente con el productor mediano y chico que trabaja "realmente" día a día en los campos.Este segmento, que en el departamento Gualeguaychú acaso represente el 15% del electorado, seguramente no votó por el oficialismo, sino que repartió su preferencia en ofertas de la oposición (Duhalde, Alfonsín, Rodríguez Saá, Binner, etc.)Según esta fuente, hay otro segmento que no involucra al productor directamente, pero coexiste con él en los pueblos y ciudades, que si bien durante el conflicto de 2008 simpatizó con la protesta agraria, y un año después apoyó electoralmente el ascenso de "agro-legisladores", esta vez se sintió en libertad de optar por el oficialismo.Y aparentemente lo hizo aportando un buen caudal de votos. "No es cierto que los productores hayan variado su opinión sobre el gobierno. Eso sí, el entorno social que lo acompañó en la protesta de 2008, valoró otras cosas en las urnas esta vez", razonó el dirigente agrario.Según dijo, en estas elecciones la agenda del campo quedó eclipsada. Entre otras razones porque la sostenida cotización de la soja aporta ingresos al sector, al tiempo que disimula otros problemas.Al respecto, los dirigentes rurales mencionan que hay 62.000 productores menos que en 2003; que en el 2005 se exportaba 755.000 toneladas de carne y hoy sólo 240.000, y los problemas de comercialización de varios productos (trigo, maíz y lácteos, por caso) subsisten.
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