SEGURIDAD PÚBLICA
“Debemos generar normas que garanticen una mayor seguridad en los espectáculos públicos de la ciudad”

El ingeniero Juan Carlos Isola, quien es técnico en Seguridad e Higiene y ex presidente de la Comisión del Carnaval del País, se refirió al estado estructural del corsódromo y a la necesidad de avanzar en legislaciones, local y provincialmente, que establezcan responsabilidades claras y puedan garantizar la seguridad del público en cualquier evento masivo que tenga lugar en Gualeguaychú.
En los últimos diez años Gualeguaychú se ha transformado en una ciudad en condiciones de realizar y recibir espectáculos masivos. Los ejemplos no faltan: En 2014 el Indio Solari convocó a más de 150 mil personas en el Hipódromo, antes La Renga se había presentado en el corsódromo; hace seis años que la Fiesta del Pescado y el Vino Entrerriano reúne a miles de personas, a lo que, más acá en el tiempo, se le sumó La Costa Show Car (12.000 personas y 1.200 automóviles) y Gualeguaychú Festival, con 6 mil almas que vieron a L-Gante, el artista principal de la fecha. Todos estos eventos, nuevos para la ciudad, se acoplaron a los dos espectáculos cultuales con mayor sentido de pertenencia que tiene Gualeguaychú: el Carnaval del País -se estima que van a asistir más de 200 mil personas al cabo de las diez noches de esta temporada- y los Corsos Populares Matecito, que en su primera noche recibieron más de 12 mil espectadores.
Todas estas propuestas son fundamentales para seguir potenciando la marca Gualeguaychú como destino turístico, al tiempo que funcionan como una fuente de ingresos, directos o indirectos, para miles de familias de la ciudad. “El movimiento económico que genera este tipo de propuestas es muy importante y lo que pasa con el turismo es que esa plata que ingresa llega rápidamente a la gente de la ciudad”, expresó el ingeniero Juan Carlos Isola, quien viene marcando públicamente algunos llamados de atención respecto a las condiciones edilicias del corsódromo.
“Que seamos elegidos por muchos para la realización de eventos masivos tiene que ver con las características propias de la ciudad, los espacios públicos y privados con los que cuenta, la posibilidad de estar en un lugar con playa, naturaleza y paisajes hermosos, y la cercanía a los grandes centros urbanos, principalmente la ciudad y la provincia de Buenos Aires”, continuó Isola, en diálogo con Ahora ElDía.
“Hemos construido un capital importante como ciudad apta para este tipo de eventos, mucha gente vive de esto, o al menos significa un aporte importante para su subsistencia. Es un capital del que los gualeguaychuenses nos hemos apropiado y queremos seguir desarrollándolo todo lo posible. Todavía hay muchísimo por mejorar y crecer”, agregó quien fue, en el año 2000, presidente de la Comisión del Carnaval.

En esta línea, Isola destacó las “críticas totalmente constructivas” que hicieron en las últimas semanas dos referentes de larga trayectoria en el carnaval, como son el artista y director de carrozas Martín Naef y el reconocido maquillador Gervasio Larrivey, quienes, en líneas generales, destacaron el nivel artístico del espectáculo y cuestionaron el estado estructural del escenario del mismo.
“A 26 años de la inauguración del corsódromo, verlo en el estado que está deja mucho que desear. Hay situaciones estructurales y de procedimientos que rozan la inseguridad. No podemos poner el riesgo el capital que se ha logrado durante tantos años por la negligencia de quienes deben llevarlo adelante: la Comisión del Carnaval y la Municipalidad. Estos eventos masivos requieren que todas las partes se sienten y analicen tomar todos los recaudos para que los mismos se desarrollen de la forma más segura posible. Es muy importante y urgente generar normativa que deje bien claro los alcances y las responsabilidades de los diferentes actores intervinientes”, apuntó el entrevistado.
“No es nada nuevo esto -continuó-, si no se toman las medidas a tiempo las cosas pasan. En 1999, hubo seis personas electrocutadas en la comparsa O ‘Bahía, cuando una carroza tocó una línea de media tensión, afortunadamente todas fueron dadas de alta; el año pasado tuvimos que lamentar una persona fallecida porque se desplomó una grúa mientras armaban una carroza. Yéndonos fuera de la ciudad, en el ciclo Buenos Aires Vivo III (1999), dos jóvenes murieron al tocar un alambre electrificado durante uno de los conciertos y ha habido similares incidentes en el Carnaval de Río, por nombrar sólo algunos casos”
En este sentido, Isola apuntó a la necesidad de “generar normas que garanticen una mayor seguridad en los espectáculos públicos, tanto ordenanzas locales como leyes provinciales”. Hay que “poner blanco sobre negro en la cuestión y delimitar claramente los derechos y las obligaciones de todos los que intervienen en la organización de un evento masivo, incluyendo a los estados, municipal y provincial, que son quienes deben garantizas la seguridad de las personas”.
“Para que un evento de estas características se produzca en forma ordenada y sin incidentes, se requiere del profesionalismo y la predisposición de quien lo produce, de ciertas condiciones del predio o estadio en donde se realice, de sanitarios a la altura del espectáculo, se requiere garantizar el acceso al agua potable y a servicios de emergencia, entre otras cosas”, enumeró Isola. Al tiempo que marcó que “hoy falta regulación y reglas claras”, pero “estamos a tiempo de generar las condiciones para que, no sólo el Carnaval del País, sino todos los eventos masivos que tengan lugar en la ciudad se desarrollen de forma segura y minimizando los riesgos que, en este tipo de espectáculos, pueden terminar en tragedia”.