Del fast food a la moda rápida

La aceleración de los tiempos de producción y el abaratamiento de los costos ayudaron para el surgimiento del fenómeno que produce daños tanto financieros como ecológicos; entre 2.000 y 2.014, la producción mundial de ropa se duplicó, de dos colecciones al año se pasó a 20 y una prenda se usa sólo 5 veces antes de ser descartada. Florencia Carbone La velocidad parece ser el factor común de estos tiempos: ¿sabías que así como existe la comida rápida también está la "moda rápida" (fast fashion, su denominación original en inglés)?Los expertos definen al fenómeno como el modelo de negocio que está detrás del gran éxito de empresas como Zara, H&M, Primark y Forever 21, entre otras grandes marcas internacionales, y que consiste, fundamentalmente, en una ultra aceleración del diseño y multiplicación de la producción de colecciones con la idea de que en los locales de esas firmas, cada semana, haya nuevas prendas que mostrar.La producción mundial de ropa se duplicó entre 2.000 y 2.014. A las dos colecciones tradicionales que se presentaban cada año -primavera/verano y otoño/invierno-, ahora las reemplazaron micro-colecciones semanales. En el caso de Zara, propiedad de la española Inditex, más de 20 en el año, y en el de la sueca H & M, 16.Los estudios -desde ya, meramente indicativos- señalan que una prenda de "moda rápida" se usa menos de 5 veces antes de ser descartada (suelen ser mucho más baratas que una prenda promedio pero también de una calidad inferior), y produce más de 400% emisiones de carbono que una "tradicional" que usemos 50 veces.Los datos muestran que el fenómeno tiene tanto un costo ambiental como financiero debido a que los consumidores mantienen casi todos los tipos de prendas de vestir la mitad del tiempo del que lo hacían hace 15 años.En realidad, más allá del efecto exponencial que supone la "moda rápida", la industria textil en sí misma representa un gran desafío para el Planeta y la Humanidad, en todo sentido.Si bien es cierto que en los últimos años hubo un importante aumento de la conciencia "ecológica, verde, medioambiental" o como quiera llamársela a nivel global sobre diferentes aspectos (el consumo de determinados alimentos, el uso de ciertos combustibles o productos, etc) que implican el cambio de conductas de consumo (por ejemplo en el uso del tipo de medio de transportes), poco se habla respecto del alto efecto contaminante de la industria textil, la segunda en niveles de polución medioambiental (sólo detrás de la industria del petróleo).¿A qué se debe eso? Según quienes estudian estos temas, en parte a que para la producción de la ropa y el calzado se usan grandes cantidades de químicos además de las emisiones de gases que generan las grandes fábricas.En diferentes artículos periodísticos publicados sobre la cuestión se señala que la manufactura textil convencional pasa una cuenta muy alta tanto a las personas que trabajan en ella como a la Tierra. Viajes largosSe detalla que la cadena es larga y los problemas surgen en casi todas las etapas del proceso: desde las semillas -que a menudo son genéticamente modificadas, lo que le cuesta más a los agricultores-, hasta los residuos tóxicos (que afectan hasta el equilibrio hormonal de los animales)... y eso antes de que las prendas sean transportadas al otro lado del mundo (por una cuestión de conveniencia económica y costos laborales menores, la gran mayoría de estas factorías están situadas en Asia).Un reciente artículo de la BBC explica que el problema comienza con los materiales que se usan para la fabricación de las prendas de vestir."El poliéster es la fibra más empleada en esta industria y una prenda fabricada con ella puede tardar más de 200 años en descomponerse. Así mismo, materiales artificiales como el rayón requieren de celulosa, la cual es extraída de aproximadamente 70 millones de árboles talados cada año", se explica.Y más adelante, se agrega: "Aunque muchos piensen que las fibras naturales como el algodón son ecológicas, esto no es cierto. El algodón es el que más plaguicidas requiere para su cultivo, lo cual afecta seriamente la tierra y el agua. Incluso si es orgánico, la cantidad de agua que se usa para la producción de una chomba y un par de jeans de algodón puede alcanzar 18.927 litros". La respuestaConscientes de que el tema no podía quedar así, las diferentes marcas empezaron a tomar medidas paliativas en los últimos años.Además de difundir programas de Responsabilidad Social Empresaria e implementar el uso de energías renovables en sus plantas, cada uno intentó ponerle sello propio a la cuestión.H & M, por ejemplo, se transformó en el mayor comprador del mundo de "buen algodón ", es decir, el algodón producido bajo un esquema que elimina los plaguicidas más desagradables y fomenta la estricta gestión del agua. Crece en 24 países y representa alrededor del 12% de los 25 millones de toneladas de algodón producidos cada año a nivel mundial.Según publicó BBC, Kirsten Brodde de Greenpeace, confirmó que H & M eliminó químicos tóxicos y polifluorados de sus líneas (que se utiliza para hacer impermeables las prendas).Ya en la primavera de 2010 habían incorporado la primera línea de ropa sustentable "Colección Consciente". Desde entonces, cada temporada fueron ampliando su oferta con nuevos productos y procesos.Se lanzaron a ello respondiendo a la demanda por parte de los consumidores. "Vemos un interés creciente y la buena recepción que tuvieron esas colecciones y nuestra iniciativa de recolección de ropa usada en los locales lo demuestra", dijeron desde el departamento de comunicación de la firma a medios internacionales.El ejemplo fue replicado luego por otras grandes tiendas como Topshop o Marks and Spencer.También se menciona el método Flyknit, de Nike, con el que se tejen los artículos, incluyendo los pantalones, y se reducen de ese modo los desechos en un 60% en comparación con el corte y la costura.Los productos de Flyknit han tenido gran éxito: los ingresos de la línea llegaron a más de 1.000 millones de dólares en el último año fiscal.Zara se sumó al proyecto "moda sustentable" con una iniciativa que bautizó Join Life.La colección de prendas que puso a la venta para la actual temporada de verano europeo concentra todas las iniciativas de sostenibilidad y responsabilidad social en las que trabaja la firma y "que han sido fruto de meses de trabajo y formación: paquetería para el comercio electrónico 100% reciclada, servicio de recolección de ropa en colaboración con Cáritas, Cruz Roja y Oxfam, mayor voluntad de transparencia en la cadena de suministro o las nuevas tiendas ecoeficientes del grupo", publicaron los medios españoles.Se informó que en noviembre del año pasado Zara anunció sus planes de incorporar moda sostenible formalmente. Lo hizo con "una tímida colección de nueve prendas" que ahora se ve ampliada a 20 en la colección verano y que están elaboradas con tejidos como el algodón orgánico, el Tencel ® -la fibra más respetuosa con el medioambiente que hay actualmente- o lanas recicladas, informa en su etiqueta si su fabricación se ha hecho con uso sustentable del agua, con fibras sostenibles o si se han empleado energías renovables. Piezas depuradas y atemporales en blanco, negro y colores crudos que dan los primeros pasos hacia un camino en el que otros ya llevan un largo recorrido (los procesos de tinturas implican mayor contaminación).Así las cosas, pareciera ser que las grandes marcas están intentando sumar su granito de arena a un problema grande y serio. Queda pendiente la no menor tarea de los que como consumidores convalidamos esos modelos. Ricos y famosos El éxito de la llamada "moda rápida" queda demostrado de modo objetivo en números.No parece casual que el dueño de Inditex (Zara), Amancio Ortega, sea uno de los hombres más ricos de Europa (algunos índices lo situaron, aún en medio de la crisis española de hace un par de años como el más rico del Viejo Continente y el tercero más acaudalado del mundo), con una fortuna estimada que superaba los 53.000 millones de dólares. Zara tiene alrededor de 1.600 tiendas en 85 países.Algo parecido cuentan respecto de la tienda sueca Hennes & Mauritz, más conocida como H&M, la segunda mayor cadena de "moda rápida" en Europa y cuyo propietario, Stefan Persson, era en ese momento el multimillonario N16 en la lista de Bloomberg.Forever 21 es propiedad del inmigrante coreano Do Won Chang, quien abrió su primera tienda en un local de 80 metros cuadrados en Los Ángeles y empezó administrando el multimillonario negocio de "moda rápida" con su esposa y sus dos hijas. Forever, fue la última marca en sumarse al boom de la "moda rápida". Su expansión internacional se aceleró en Europa, Asia y luego en América Latina. Su fortuna había sido calculada en 4.200 millones de dólares.
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