
Convive con los medios de comunicación desde su adolescencia, y a pesar de no incursionar en el periodismo, su vida al lado de Gustavo Carbone, la llevó a comprender la pasión por la comunicación. La visión de una mujer que recuerda y vive el hoy, sin planear el mañana.
Mónica FarabelloAsí se define Delita Carbone, como una mujer que vive el día a día sin planear demasiado lo que está por venir. De mirada sostenida y muy conversadora, comienza a relatar los 30 años que pasaron desde aquella primera edición de elDía.En la madrugada del 15 de agosto de 1982, comenzó la historia de Diario elDía.Se sienta en el sillón de la dirección, lugar que ocuparon cuatro hombres, entre ellos, su suegro, su marido y actualmente, su hijo menor, y comienza a recordar:"Ese día teníamos una emoción muy grande. Eran las 4 o 5 de la mañana. Pensábamos que estaría impreso para las 8 de la noche y hubo un problema con una máquina, se borraron las cosas que habíamos hecho", arranca."La verdad es que el primer ejemplar es como tener un hijo. Sobre todo por las horas de trabajo y porque siempre todo se hizo a pulmón."En aquellos años trabajaba mucha gente que ya no está. Otros tantos siguen colaborando con elDía. Entre ellos, recordó a Mario Alarcón, Horacio Alippi y Federico Irungaray, entre otros. Sin prejuicios ni preguntas"Estoy en el diario desde el día de la fundación y nunca hubo ningún tipo de diferencias ni de prejuicios, por sexo, religión ni tendencias políticas", aseguró Delita, y continuó: "Realmente en ese sentido, Gustavo fue un hombre hiper abierto"."Hay pilares fundamentales que no se negocian", dijo y ejemplificó: "Siempre se hace hincapié en la veracidad de la noticia y en el chequeo de la información. Gustavo tenía un latiguillo. Siempre decía 'hay que chequear, no sea que nos equivoquemos'. Siempre manejamos lo de las dos campanas".Contó que "Gustavo insistía mucho con que si era posible se publiquen las respuestas en la misma página o en la de enfrente". Otro de los mandatos siempre fue -y lo seguirá siendo-, el respeto por lo privado. Insistió: "Lo más importante no es la primicia sino que lo que se publique sea verdad, esté chequeado y se confronten las miradas". "Nunca imaginé mi vida sin Gustavo"Después de compartir toda la vida, Delita recuerda a Gustavo con mucho amor y respeto. "Cuando el diario se fundó llevábamos 10 años de casados. Teníamos los tres chicos más grandes que nacieron en el 73, 75 y 77. Sebastián, el más chico, no había nacido"."Mi vida está hecha con Gustavo. Tenía 13 años cuando nos pusimos de novios. Después de 7 años nos casamos. Pensé: acá empezamos y terminamos juntos, nunca pensé en la posibilidad de estar sola".Durante la charla recordó que "Gustavo trabajó en los medios desde muy joven. Vivía a la vuelta del diario de Gualeguay. Ahí trabajaban con linotipos y cuando tiraban los plomitos, Gustavo se los llevaba a la casa".La pasión por los medios de comunicación fue una de las características sobresalientes de Gustavo Carbone. Delita contó que, cuando estaba en quinto año del secundario, su marido hizo y dirigió un diario en la escuela."Gustavo tenía pasión por los medios. Fue un hombre con mucha iniciativa y con muchas ideas", agregó.Luego, contó una anécdota que pinta a las claras esa personalidad. "Cuando Gustavo vino a contarle a Chichito Lapalma la idea de traer Internet a Gualeguaychú como franquiciados de una empresa, Chichito le preguntó: ¿Qué es eso Internet? Y él le contestó: "No lo tengo muy claro, pero es lo que viene, eso es seguro, así que nosotros tenemos que embarcarnos en esto"."Era un hombre excepcional con el que me peleaba 800 veces por día", recuerda con una sonrisa. La pasión se heredaAdán "Nené" Carbone fue el primer director de elDía, luego lo sucedió Oscar Lapalma. Tras su fallecimiento, fue Gustavo Carbone quien asumió la dirección del diario y actualmente es Sebastián, su hijo menor quien está al frente de elDía.Además, tres de los cuatro hijos del matrimonio de Delita y Gustavo son periodistas. "Carolina eligió otra carrera aunque también hizo un tiempo un noticiero en Gualeguay, con Florencia. Ellas vendían la publicidad, salían al aire, eran muy organizadas", dice Delita.En 1982, cuando el diario daba sus primeros pasos, Sebastián Carbone no había nacido. "Nunca imaginé esto, porque por mi personalidad no proyecto demasiado; vivo ahora, vivo bien, soy muy positiva pero no pienso qué va a pasar en 5 o 10 años", cuenta."Sebastián es sumamente capaz, lector, interesado en todo, pero no dejaba de tener 25 años cuando asumió la dirección." A un año de que el menor de sus hijos se pusiera al frente de elDía, Delita ya no tiene dudas: "Seba es un gran director", dice.Delita Carbone vio nacer al Diario, lo vio en pañales y hoy lo ve caminar con fuerza. Es la mirada femenina, el recuerdo y el presente. El futuro está en las manos de los que más confía: sus hijos.