Día de Nuestra Enseña Patria

En 1938 se sancionó la ley Nro.12.361 que declaró al 20 de junio Día de la Bandera. La fecha se eligió en honor a Manuel Belgrano, fallecido el 20 de junio de 1820. Prof. Carlos Francisco Bentancor* Hablar de Belgrano es recordar virtudes que acompañan al hombre de bien, al patriota sincero, al espíritu abnegado. Es creer en los grandes ideales, luchar por ellos, sin buscar halagos, ni merecimientos. Es amar a la patria sin límites y de manera constante. Ver la bandera, flamear en todos los mástiles de nuestro territorio, es un paso en la afirmación de nuestra identidad como Nación.Nuestra bandera, celeste y blanca, fue enarbolada por Belgrano en las barrancas del río Paraná, en Rosario, el 27 de febrero de 1812, ante sus soldados de la batería "Libertad". Manuel Belgrano escribió al secretario del Primer Triunvirato, Bernardino Rivadavia, lo siguiente: "He dispuesto, para entusiasmar a las tropas, y estos habitantes, que se formasen todas aquellas y les hablé. Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste, conforme los colores de la Escarapela Nacional, espero que sea aprobada por usted." El 3 de marzo siguiente Rivadavia le envió a Belgrano una bandera naval española, roja y amarilla, con las siguientes palabras: "Haga pasar por un rasgo de entusiasmo el suceso de la bandera blanca y celeste enarbolada, ocultándola disimuladamente y subrogándola con la que se le envía, que es la que hasta ahora se usa en esta fortaleza". No obstante esta recomendación, Belgrano volvió a enarbolar la bandera celesta y blanca el mando del Ejército del Norte, en Jujuy, el 25 de mayo de 1812. Nuevamente disgustado, el Triunvirato contestó: "Será la última vez que sacrificará hasta tan alto punto los respetos de su autoridad y los intereses de la Nación que preside y forma". Tuvo que pasar un tiempo para que la bandera flameara en el fuerte de Buenos Aires, más precisamente, el 17 de abril de 1815. Al año siguiente, el Congreso de Tucumán aprobó la Bandera, agregándole un sol en la franja blanca, en homenaje a los Incas.Manuel Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació en 1770, en Buenos Aires. Su padre lo envió a España para que se ocupara de ciertas cuestiones comerciales. Allí se graduó de abogado en la Universidad de Salamanca. Al volver en 1793, fue designado Secretario del Consulado de Buenos Aires. Participó en la defensa de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas, en 1806 y 1807. Fue protagonista de la Revolución de Mayo y Vocal de la Primera Junta. Sin experiencia militar previa, dirigió la expedición al Paraguay. En 1812 fue designado Jefe del Ejército del Note. A su mando, el Ejército obtuvo las victorias de Tucumán (1812) y de Salta (1813) y las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma. Muy riguroso consigo mismo, pidió un Consejo de Guerra para ser juzgado por sus derrotas. Además de su compromiso con la gesta revolucionaria a través de su participación militar y de la creación del emblema nacional, también pensó en cómo promover un país con una sociedad autónoma, que tuviera una economía progresista y basada en una educación más sólida y extensa.Si bien su pensamiento económico era fundamentalmente librecambista, admitió la necesidad de cierto proteccionismo en relación a la producción nacional. Sostenía que el estado tenía que contribuir para el mejor aprovechamiento de los recursos extendiendo y mejorando la educación pública. Decía: "¿Cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo si no hay enseñanza?". Para evitar los grandes latifundios que desalentaban la producción, pensaba que el estado debía cobrar un impuesto a las tierras improductivas y eventualmente confiscarlas.Con respecto a la educación, propuso la extensión de la enseñanza pública y gratuita y su orientación hacia temas prácticos, vinculados a las actividades agropecuarias, comerciales, artesanales y de oficios. Como secretario del Consulado, promovió la creación de la Escuela de Dibujo y la Escuela de Náutica (1799). Más tarde, en 1810, como vocal de la Primera Junta, propició la creación de la Escuela de Matemática, la cual funcionó por poco tiempo. Preocupado por la situación de ignorancia generalizada en nuestras tierras, pensaba que la escuela gratuita era el medio de lograr la extensión de la educación. Fue un humanista en lo cultural, interesado en las nuevas ideas, funcionario progresista, y un hombre desprendido. Después de Tucumán y Salta, aceptó sólo una espada como premio y donó los 40.000 pesos fuertes que le ofreció la Asamblea Constituyente como premio a sus méritos en la lucha por la Independencia y la defensa de la frontera norte del país. Donó ese premio para la construcción de cuatro escuelas en Tarija, Jujuy, y en Tucumán y Salta.En 1819 enfermó gravemente, muriendo al año siguiente en la más absoluta miseria y anonimato. *Egresado de la Escuela Normal "O.V.Andrade" del profesorado de Ciencias Jurídicas y Contables. Actualmente Vocal Electo en la Junta de Clasificación Docente Área Media Zona III (Escuelas Comerciales) del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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