DIEGO ALONSO
Diego Alonso: "Los políticos se están mirando sus ombligos y cada vez lo tienen más lleno de pelusas"

El actor que encarna a el Pollo en la relanzada Okupas estuvo en Gualeguaychú, donde grabó el capítulo de "Ser Esencial" que se emitirá este domingo. Frontal, directo, sin pelos en la lengua, dejó su parecer respecto a la pobreza, la política y el costo de decir las cosas que piensa.
Por Luciano Peralta “Acá no hay tiempo para frivolidades”, dice del otro lado del teléfono Diego Alonso o el Pollo de Okupas, no sé, hablan igual, con la misma determinación, sin titubeos. Hace 20 años, el proyecto dirigido por Bruno Stagnaro resultó una gran síntesis artística de un país en llamas. Con el paso del tiempo se convirtió en la serie de culto más importante de la industria nacional. Su reedición de la mano de Netflix vino a confirmar esto y a enrostrarnos una realidad que duele hace un montón de tiempo: los problemas siguen siendo los mismos y las soluciones no llegan. En todo este tiempo el actor y guionista hizo de todo, en cine y en televisión. Desde el año pasado, conduce “Ser Esencial”, un programa que muestra el trabajo de la Pastoral Nacional sobre Adicciones encabezada por el Padre Pepe Di Paola. Hace algunas semanas estuvieron en Gualeguaychú para grabar un nuevo capítulo, que será emitido este domingo por la TV Pública.
“Es un programa distinto a lo que estamos acostumbrados a ver en la televisión argentina. Lo que hacemos es reflejar el trabajo y la obra del Padre Pepe, acá en Buenos Aires y a nivel nacional. Su obra y la de todos los voluntarios que lo acompañan. La diferencia de este proyecto con otras cosas parecidas es que no tiene la figura del malo, preferimos tener el malo afuera y mostrar sólo la gente que hace cosas por el otro sin pedir nada a cambio, es como un homenaje a ellos”, presenta. -Parece ser un lugar en el que hablás el mismo idioma, ¿lo sentís así? -Sí, claro. Me es muy atractivo poder hacer esto. Poder escuchar a la gente, conocer la obra que hacen, muchos de ellos dedican la mitad de su vida, o su vida entera, a ayudar a gente desconocida. A cada lugar que vamos están de buena onda, tanto el que ayuda como el ayudado, eso es muy gratificante. Además, nosotros estamos en el mismo registro que la gente que hace ese laburo: no importa si Messi jugó bien o no, o si Cristiano Ronaldo hace un gol, acá importan las cosas importantes. -¿Qué ves de la política? -Veo que los políticos están mirando para otro lado, veo que se están mirando sus ombligos y que cada vez lo tienen más lleno de pelusas. Es así, a ellos les importa sólo ellos, no les importa nadie más. No puede ser que hace años lo único que podemos hacer es contar la cantidad de pobres que crece todo el tiempo. Yo me pregunto ¿qué hacemos con eso? Todos, de derecha a izquierda, están ocupados en ganar las elecciones, ¿qué es lo que ganan cuando ganan? Esa es la pregunta... después, está la gente como la que hace mi programa, que siempre va a estar, pase lo que pase van a estar, brindando un plato de comida, un abrigo, me parece que tenemos que mirar más eso. Porque Messi se va a poder resolver solo los problemas y si no debe tener a alguien que se los resuelva. En vez de preocuparnos por eso vamos a preocuparnos por los pibes que no comen. Pero hay que hacer más que hablar de los pobres, ¿cuántos de los que se la pasan hablando de la pobreza invitan a un pobre a su casa a comer? "Hoy no me jode ser el Pollo como en aquel momento. Y la realidad es que después de 20 años me hice amigo del Pollo, no me queda otra tampoco (risas)" -Tu carrera está marcada por cierta sensibilidad con estos temas, ¿por qué es eso? -Porque lo vivo, lo veo. Yo vivo en el mismo barrio de toda la vida. Me fue bien, me pude comprar una casa y me la compré ahí, en la misma manzana en la que me crie. -¿Por qué te fue bien? -Por la manera en que me manejo, creo. ¿Viste mi WhatsApp? Dice: al justo le va a bien. Y yo creo eso, creo que si sos justo en algún momento te tiene que ir bien. Mirá, en el micromundo mío, cuando voy a una grabación, en ese ambiente farandulesco siempre hay figuras y pibes que están recién empezando. Yo me siento en la mesa con los nuevos, no con los que están instalados. A mi nunca me pasó, pero he vivido situaciones en que llegaban al lugar y los re maltrataban. Y es una mierda que pase eso. -¿Por qué creés que no te pasó? -Porque arranqué haciendo Okupas. Al año siguiente, empecé a trabajar con figuras que admiraba y me trataban de igual a igual. Pero porque yo era el Pollo. Había otros que tenían muchos años más de recorrido, pero sin tanta popularidad, entonces llegaban y no les pasaban ni cabida… Yo trato de no ser eso, trato de ser justo, de compartir con la gente que te pide una foto, aunque no sepan tu nombre, yo me cago de risa y la gente también. -¿Te molesta seguir siendo el Pollo después de tanto tiempo? -Al principio me molestaba un poco, porque mi personaje, en aquella primera versión, fue un boom, y yo sentía que se me reconocía más a mí que al resto. Hoy, la serie esta en Netflix, donde se la puede ver veinte veces por día, eso sirve para ver más el trabajo de todos y me pone contento. Hoy no me jode ser el Pollo como en aquel momento. Y la realidad es que después de 20 años me hice amigo del Pollo, no me queda otra tampoco (risas). Ahora, es muy lindo cuando un pibe de 15 te ve y se queda impactado, como pensando ‘este es el Pollo de Okupas’, eso es hermoso. Lo que no me gusta es cando pegan cualquier cosa con la política, cosas que no tienen nada que ver con la política, como estos del FIT que hicieron el spot copiándonos… -¿No te gustó esa propaganda? -No, me parecen unos payasos. Unos payasos que hacen payasadas para cobrar de la guita que nosotros ponemos todos los días cuando laburamos. ¿Hacen una copia? ¡presenten una idea! Estas cosas me parecen súper ridículas. Las hacen para interpelar a los jóvenes y están re lejos de los jóvenes. Pasa lo mismo con ese candidato que habla con la mamá, ¡qué vergüenza! En este país que tanto se habla de la grieta, creo que la grieta es entre los grandes y los jóvenes. -Tu frontalidad, ¿te ha cerrado más puertas de las que te ha abierto o al revés? -El hecho de no tragarme cosas hace que no tenga acidez. Yo me voy a dormir tranquilo, puede ser que haya quienes se enojen por lo que digo y no me quieran llamar para laburar por eso, ¡Genial!, digo, si no me llaman ¡genial! (risas). No voy a trabajar en algo que no me gusta por la plata, para ganar plata, ahora cuando terminemos la entrevista, me pongo a lijar unos pedazos de ciprés que tengo, hago una mesa con muchas ganas y orgullo y el día que la venda me hace olvidar del resto de las coas. -Para cerrar, la pregunta obligada: ¿te gustaría una segunda temporada de Okupas? -Esa pregunta es para Bruno (Stagnaro), no para mí. Si él quiere hacerla y si me convoca, yo estoy, más vale que estoy. ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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