Diego Milito y Lisandro Lopez, emblemas de la Academia

Racing está más cerca de la literatura que de la vida real. A veces no parece real. Como esa ciudad que a un señor se le ocurrió que la habían inventado en vez de fundarla. Un mundo aparte de personajes que parecen repetir cíclicamente la misma historia. Parece curioso. Licha López nació como futbolista en Racing, se fue, volvió y se convirtió en pieza clave de este justo, digno y noble título de campeón de la Superliga. No hace mucho Diego Milito, que también creció en las inferiores del club, regresó de su exitosa experiencia para ser campeón otra vez. Y Licha y Milito escribieron el tercer capítulo de la novela que empezó con Humberto Maschio medio siglo atrás, cuando Racing tenía medio siglo vivido y otro por vivir. Los tres, cada uno a su modo y en su tiempo, fueron protagonistas relevantes de las horas más gloriosas. Salir campeón con Racing era una cuenta pendiente Salir campeón con Racing era una cuenta pendiente De Ochoas y Perinettis, de Garcías, de Titos Pizzutis, de Orestes, de Sacchis, del paso fugaz de Dorval, de Machado, de Perfumos y Basiles, entre tantos apellidos ilustres, ninguno como los de Maschio, Milito y López para trazar un hilo conductor en celeste y blanco. Parece curioso.