
La discusión planteada en las últimas semanas por un sector agropecuario entrerriano ha ocupado la atención de muchos, fundamentalmente por la manifestación de protesta realizada el miércoles pasado sobre la sede del gobierno de la provincia.El mismo día pero en horas de la noche, el gobierno del socialista Antonio Bonfatti envió a la Legislatura santafesina un proyecto que introduce reformas fiscales profundas al sistema tributario de la vecina provincia. En el segmento rural, el Ejecutivo toca los desactualizados números del Inmobiliario y los lleva hasta un 600 por ciento arriba para los grandes propietarios de tierras.Hace varias décadas un insospechado economista ortodoxo, el norteamericano Lester Thurow, se preguntaba cómo mantener una democracia basada en el concepto de la igualdad, mientras seguía en funcionamiento una economía con cada vez mayor desigualdad. La respuesta para dicha inquietud llegaría con el nuevo milenio y el indetenible retroceso del neoliberalismo y sus teorías económicas predominantes, que dio paso al fortalecimiento de los Estados.La estrategia económica de la década del 90 estuvo enmarcada en la "teoría del derrame", es decir, en la idea de que el crecimiento automáticamente fluiría desde la cima de la pirámide social hacia abajo, sin necesidad de una intervención estatal a favor de una mejor distribución del ingreso.El "efecto derrame" o "teoría del goteo" tan en boga, sostenía que al producirse un crecimiento económico, parte de éste necesariamente llegaría a las capas sociales inferiores. Esto podría explicarse dado que el crecimiento genera gradualmente mayor empleo, más ingresos y mayor consumo.Se podría señalar que las experiencias históricas demuestran que el crecimiento económico obtenido no se transforma automáticamente en desarrollo social. En Argentina, el proceso vendido como virtuoso, generó el efecto contrario, fortaleció la concentración de la riqueza y profundizó las grietas sociales.Otras orillas Antonio Bonfatti expresó, a través de sus voceros que el objetivo del proyecto es garantizar un régimen tributario más justo, equitativo y progresivo, que se sustenta en la capacidad de los contribuyentes. Y apunta a actualizar los impuestos sobre el patrimonio al justificar el proyecto que introducirá una activa reforma fiscal, que en todos los casos, contempla subas de los impuestos para fortalecer los ingresos estatales.Puntualmente, en el segmento rural, los incrementos del Inmobiliario dependerán de la extensión y de la ubicación geográfica del predio, en el mismo carril que el modelo entrerriano.La información indica que los campos de menos de cincuenta hectáreas tendrán un aumento que no podrá superar el 50%. Por ejemplo, un campo de 30,3 hectáreas en Alvear que hoy paga 1.536 pesos anuales, pagaría con la reforma 2.304.Las explotaciones agropecuarias de entre 51 y 600 hectáreas tendrán un aumento de entre el 100 y 300%; un campo que supere las 600 hectáreas, pagará un 450% más, y un inmueble de 1.800 hectáreas, pagará el 600% de incremento en la zona de mayor productividad.En tanto, en el caso de la Zona Centro Norte de la provincia, los propietarios que superen las 12.500 hectáreas y hasta 37.500, pagarán entre el 400 y el 500% de incremento. En el caso de la Zona Centro Sur, los propietarios que superen las 600 hectáreas y hasta 1.800, pagarán entre 450 y 600% de aumento.Buenos Aires apunta al mismo objetivo. De hecho el propio gobernador Daniel Scioli lo dio a conocer en más de una oportunidad a pesar de las protestas del sector hechas públicas en distintos comunicados.