UN TEMA DEL QUE CASI NADIE HABLA
El Acceso Norte a Gualeguaychú quedó en el olvido: ¿quién es responsable de la desidia?
Uno de los principales ingresos y egresos a la ciudad parece quedar condenado al olvido y a la desidia. La poca cartelería, la ruta hundida y en pésimo estado, el pasto alto en las banquinas, ofrece la peor de las imágenes, en un lugar donde no ha ocurrido una tragedia solamente por un milagro.
Fabián Miró
El problema es de larguísima data, no se sabe a ciencia cierta cuántos años hace que uno de los principales accesos que tiene la ciudad, se encuentra en un estado deplorable. Desde tiempos inmemoriales, el estado de la Ruta 20 desde el cruce con la Ruta 14 hasta la rotonda que empalma con la Ruta Internacional 136, es un desastre.
Sin iluminación, sin demarcación, baches por doquier, asfalto que se ha levantado y en otros sectores huellones producto del paso del tiempo y de la falta de trabajo de mantenimiento, pastizales altísimos en las banquinas, que prácticamente no existen, que hacen del sector un peligro real para todo aquel que tenga que transitar por la misma.
Pese al impresentable estado de la ruta, sigue siendo incesante el tránsito de todo tipo de cargas que recorren el tramo de acceso a Gualeguaychú: muchos de ellos camiones de cargas internacionales que vienen por la Ruta 14 y toman la 136 con destino al Uruguay y viceversa, y otros tantos que ingresan con destino a la ciudad, deteriorando día a día el pavimento.
Puntualmente, el tramo que va desde el puente que atraviesa el Arroyo Gualeyán hasta el ingreso mismo a la ciudad, empeora día a día y nadie hace nada. El asfalto está literalmente hundido, con lomos de burro que en días de lluvia no se ven y la única función que cumple es la de hacer de embalse para el agua que se junta en la zona.
Transitar por la zona demanda mucha precaución, bajar la velocidad a paso de hombre y rogar que no se haya levantado el asfalto y romper algo en el vehículo. Muchos son los reclamos, especialmente de quienes tienen que viajar con frecuencia y salir de la ciudad por el Acceso Norte, que han remarcado roturas, pinchaduras de neumáticos y en algunos casos, cascotazos que levantan los vehículos que se convierten en proyectiles que ponen en riesgo la integridad física de quienes conducen.
Desde los organismos encargados de brindar soluciones, principalmente Vialidad Provincial, el silencio resulta por momentos cómplice. Ningún funcionario ha realizado ninguna declaración que anuncie un trabajo de reparación, que resulta tan necesario como imperioso. Tampoco las autoridades locales se han preocupado demasiado por gestionar ante la provincia los arreglos que el Acceso Norte necesita. Párrafo aparte para los legisladores de la ciudad sin distinción de color político. No solamente los actuales, sino también todos los que pasaron por sus bancas sin jamás presentar un proyecto para que el Acceso Norte a Gualeguaychú reciba un tratamiento de mejoras, de trabajos serios y que puedan cambiar, de una buena vez por todas, una lugar donde no ha ocurrido una tragedia, solamente por obra y gracia de la casualidad.