El amor y la convivencia en distintas épocas
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Las relaciones de pareja, el amor, los hijos, el tiempo compartido, las responsabilidades, ¿han cambiado a través de los años? Chicha y Mincho, con 59 años de casados, Nelu y Martín, con 33 años, y Albina y Ezequiel, con 3 años juntos, contestaron a un mismo cuestionario. He aquí las respuestas.De la Redacción de ElDíaMaría Ester Forti, alias 'Chicha' y Ramón Toribio Del Valle, 'Mincho' para todos, han formado una familia basada en el amor y la entrega. Afirman que aún siguen de novios y que les encanta robarse un beso. Como a la mayoría de las familias, no todo fue un camino de rosas, pero destacan que si hoy están juntos, es porque el amor pudo más.- ¿Cuántos años de casado llevan?Mincho:- 57 de casados y dos de novios.- ¿Y tuvieron parejas antes?Chicha: -Yo no.Mincho:- Ninguno de los dos.Chicha: - No sé, pero él paseaba con una chica. Yo no quería tener novio. Mi hermana, mis amigas, llegaba el fin de semana y todas lagrimeando porque se peleaban con los novios. Resulta que los niños en ese tiempo se querían ir solos a los bailes, a Independiente a Central. Y decían: 'tengo una cena, una peña con los amigos', y después ellas se enteraban que habían estado de baile. Entonces les dije, a mí me dejan en paz, tranquila. - ¿Cómo se conocieron?Chicha - Yo era muy amiga de unas chicas que vivían frente a la Capilla de Fátima. Y ahí había cinco muchachos. Ellos tenían un taller mecánico y el señor (Mincho) estaba ahí, pero yo jamás lo vi. Era como hermanos de ellos, de los Bruzzoni. La señora era viuda de Bruzzoni, con cinco hijos y se casó luego con Ferreyra, que era viudo y tenía dos hijos. Y así fue que se casaron, pero vivían en Pueblo Nuevo donde él vivía. Cuando llegan al puerto alquilan ahí frente a Fátima. Ahí se encuentra mi hermana con la hija de Ferreyra. Iban al Colegio Nacional, al Comercio de tarde. Me dijo 'recién venimos al barrio, no tenemos amigas; tengo una hermana, hermanos varones'. Y también dice 'nos gustaría tener amigos'. Entonces nos fueron a visitar ellas dos a casa e íbamos nosotros, pero había que ir al dormitorio de las chicas. Y ni mirar el taller, adonde estaba él, los chicos y varios chicos amigos. Porque la que era medio guardabosque era doña Celedonia. Siempre nos decía: 'el mundo para ustedes, son las cuatro paredes de la casa'. Bien, resulta que pasado un tiempo él me mandaba saludos con un amigo y le dije: 'Se los retribuyo, pero que no me mande nunca más'. Pero un día, en la 25 me dio la mano y me preguntó 'Cómo le va?' y empezamos a hablar desde ese día.- ¿Cómo se declararon el amor?Mincho- Nos hicimos de novios en el Club Independiente. Ahí fue que la encaré. En un baile. Me tenía que contestar rápido, porque tenía que ir a trabajar. Creo que a las cuatro de la mañana; me tenía que contestar sí o no.Chicha- Y yo le dije: 'Y bueno, vamos a conversar, a ver cuánto dura'. Habíamos ido seis en total al baile, cuatro chicas, menos mi hermana, porque el novio no quería ir al baile. Entonces ahí fue cuando se me declaró. ¿Y qué pasó? El señor se había ido a un baile por Pueblo Nuevo. Y no había nada en Pueblo Nuevo, así que se vinieron para Independiente.Parece que yo le gustaba, que me quería, y que quería que fuéramos novios.Mincho- Y todavía lo somos.Chicha- Sí, la verdad es que siempre andamos como novios acá.Mincho- Al tema del casamiento lo hablamos entre los dos.Chicha- Él, lo primero que hizo fue comprar un juego de dormitorio. Después dice: 'vos sabés que compré una cocina'. La cocina era de esas a gota, de kerosén. Decí que pesaba 42 kilos y me subía a una silla para echarle el kerosén, porque él me dijo 'no me esperés nunca porque yo no sé a qué hora salgo de la Usina'.Mincho- Entré a la Usina el 23 de junio de 1952, a los 19 años. Después me fui al servicio militar a Concepción del Uruguay, a Pontoneros. Un año y ocho meses lo hice. Después volví a la Usina y trabajé hasta jubilarme en la Cooperativa Eléctrica.- ¿Llegaron al casamiento sabiendo de sexo?Chicha- Yo un poco. Mi mamá nos preparó desde los 10 años a mi hermana y a mí.Mincho- Mis padres no me enseñaron nada.Chicha- A mi hermana y a mí, mi mamá siempre nos habló de que íbamos a tener la menstruación. En esa época no podíamos hablarlo delante de un varón. Mucha gente dice el tiempo pasado fue mejor. Y eso es mentira. El tiempo mejor para mí es este momento. Con los hijos hay que hablar.- ¿Planificaron la familia que han constituido?Mincho y Chicha- No. Nos cuidábamos con el método de la Iglesia, con los días. Pero nació Esther, porque la fecha me falló. Cuando Esther iba a cumplir los 8 años nació Pedro. Y el día que Esther cumplió los nueve años nació Gustavo. Esther y Gustavo nacieron el mismo día, el 23 de noviembre.- ¿Han trabajado ambos en esta familia?Chicha-Trabajé hasta que me enfermé. Empecé con muchas infecciones urinarias y me descomponía del estómago, vomitaba 15 días sin parar, me dolía la cabeza. Casi siete años y ningún médico encontraba por qué.Mincho- Yo trabajé toda la vida. Mis hijos estudiaron los tres y con un solo sueldo.- ¿Compartían y comparten las tareas del hogar?Mincho- No, yo además del trabajo en la Usina, hacía trabajos de albañilería y plomería.Chicha- Cuando nos casamos vivimos en la misma calle Del Valle puerta por medio compartiendo con Luisita Monteverde la casa. Él venía derecho a dormir. Me había dicho no me esperés a comer. Yo lo esperé hasta que nació Esther. Él trabajaba de noche, de tarde, de mañana.Mincho- Trabajaba en la parte de mantenimiento. Como eran viejos los motores, había que estar permanentemente sobre ellos.Chicha- Si lo habrá sufrido. Él trabajaba todo el día en la Usina. Si se me accidentaba un chico, jamás lo llamaba para decirle que se fracturó o se lastimó.Mincho- 38 años trabajé en la Usina, pero lo multiplico por dos, porque no trabajaba 6, 7 ni 8 horas; trabajaba 10 ó 20 horas y a veces todo el día.Chicha- No tenía horarios. Una vez que se rompieron los motores estuvo casi tres días en la Usina sin venir. Y los compañeros me decían: 'yo no sé cómo aguanta'. Ese día volaba de fiebre, estaba muy dolorido. Llovía torrencialmente y me levanté a las cuatro de la mañana, me puse en la puerta y no lo dejé salir. Le dije: "Sacame a los tirones si querés salir; tenés que ir al médico y después va a trabajar". Fue al médico, y ese mismo día lo operaron. Tenía un ataque de apéndice.Mincho -Me habían diagnosticado cáncer cuando me operaron.Chicha- El doctor Etchegorri Colombo me llamó y me dijo "m'hija, lamento decirte, pero vos viste lo que te mostramos, lo que se le sacamos. Este chico tiene cáncer". El doctor Artusi mientras tanto me decía: "te puedo asegurar que lo que tiene tu marido es un proceso parasitario, ha tenido parásitos dentro de la apéndice". Y al final, cuando llegó la carta con el informe de Buenos Aires el mismo Etchegorri me dijo: "bueno, m'hija, me alegro, tengo una buena noticia, me dio el papel y era lo que dijo Artusi: un proceso parasitario, no eran células cancerosas.- ¿Quién maneja la economía de la casa?Chicha- Yo. Siempre. Él cobraba el sueldo y lo traía para que yo administrara. Tuve la costumbre desde los 16 años que empecé a tener las alumnas, a anotar lo que se ganaba, lo que se gastaba, lo que salía. Incluso le daba a mi hermano porque era más chico, y no trabajaba. Cuando tuvo el primer trabajo en el Frigorífico me dice 'tomá flaca'. ¿Y qué es esto? 'Es plata. Yo siempre dije, el día que gane de mi sueldo le voy a dar a mi hermana que siempre me dio'.- ¿Qué destacan como lo mejor y qué como lo peor del matrimonio?Mincho- Lo mejor para mí son los hijos. Los nietos y los bisnietos. Creo que eso es lo mejor que un matrimonio puede tener.- ¿Y lo peor?Mincho - Cuando uno de los dos ha estado enfermo. Las enfermedades. Ella ha sufrido mucho. Y ahora yo, con el corazón. Me hicieron un by pass hace 6 años. ¿Y sabés por qué sufro del corazón? ¡De quererla tanto a ella!Chicha- Pienso que lo mejor del matrimonio, de haber llegado a tantos años, es porque ha habido mucho amor, mucha paciencia y mucho perdón. Porque al encontrarse dos personas de dos mundos distintos, es muy difícil convivir. Pero cuando llegan los hijos y no hay tiempo tal vez de plantear un problema, algo que no te gusta y te callás para que el chico no sufra, no sienta. Yo tenía mi nena y él no estaba nunca en casa, por el trabajo; pero ya lo tenía asumido desde novia que era peor que casarme con un médico, porque era servicio público y él se debía a la comunidad más que a la casa. Creo que él fue una buena persona que me aguantó, que soportó mis enfermedades. Sé de otros matrimonios que el marido cuando la señora se ha enfermado, se ha ido. Él estuvo siempre acá, al lado mío y de los hijos, por supuesto. ¿Lo peor? MIrá, en el matrimonio el dolor más grande que puede sentir una persona, una mujer, es saber que el marido le ha sido infiel. Siempre hay alguien que te dice 'mirá si está en la Usina'. Pues, yo jamás hice caso. Nunca me importó, porque dije mi casa es esta. Acá estoy con mis hijos. Soy la madre de mis hijos. Cuando nos casamos él estuvo 10 días afuera y yo le dije: la jaula está abierta, si a vos te gusta otro lado te vas. No podés retener a un hombre si no te quiere.M.- ¿Sabés qué?, queremos morir juntos y abrazados.Ch.- (Risas) Siempre dice eso y yo le digo que no. Vamos a morir, cuando Dios lo disponga.Un noviazgo en tiempos de tanques y fusilesMartín Aramburu debió viajar desde su Mar del Pata natal hasta Concepción del Uruguay para encontrar al amor de su vida, una rubia de ojos claros muy conocida en Gualeguaychú por su docencia en la lengua francesa: Nelsa Inés Dominutti, alias Nelu.Recuerdan sus inicios como pareja y todavía revelan en sus ojos esa mirada cómplice que tienen los enamorados del primer año, pero con la experiencia de haber vivido juntos 33 años y atravesado momentos difíciles de la poco aburrida historia argentina.La cosecha de este matrimonio tuvo como resultado cuatro hijos, que hoy ya volaron del hogar y están dedicados cada uno a lo suyo. Martín aprovecha sus tiempos libres para pintar, mientras prepara su exposición de cuadros para el mes próximo en la Casa de la Cultura, y Nelu continúa con la dirección de la Alianza Francesa.¿Cómo se conocieron?Martín es un fanático del rugby y gracias a este deporte conoció a Nelu. A principios de la década del 70, Martín se radicó en La Plata con la intención de estudiar abogacía pero las cosas del destino lo llevaron para otro rumbo, aunque no lo alejaron del deporte que más ama."Llegué con una mano atrás y otra adelante", recordó sobre su llegada a La Plata. No tenía un mango y sin trabajo su hermana recién casada le dio asilo por alrededor de un año hasta que debió buscar otro lugar y fue la sede del club San Luis quien lo alojó.Por ese entonces, Nelu era una joven que vivía muy tranquila en Concepción del Uruguay, que cursaba la secundaria en la Escuela Normal "Mariano Moreno".Cada uno siguió su camino por varios años pero el destino los unió en 1977, cuando Nelu estaba a punto de recibirse de profesora de Francés. Con el equipo de rugby, Martín viajó a Concepción del Uruguay para jugar una serie de partidos a lo largo de 10 días y la juventud femenina de La Histórica se vio convulsionada por la llegada de los nuevos galanes.En esa primera noche se produjo el encuentro que les iba a cambiar la vida para siempre. Se programó una guitarreada y en la ciudad se corrió la voz sobre la fiesta hasta que llegó a los oídos de Nelu y sus amigas, que concurrieron al evento en la casa del hoy Ministro de Educación de Entre Ríos Eduardo Lauritto."Yo le dije a mis compañeros: 'el último día que esté en Concepción seguro que conozco la mina. No fue el último día", dijo Martín riéndose. "Yo la pasaba bárbaro charlando con él, discutiendo sobre Rosas y Urquiza. Él me agredía a Urquiza y aunque yo no entendía mucho de historia, no me gustó. Entonces me salió el entrerrianaje. Y bueno, del amor al odio hay un solo paso", relató Nelu.¿Cómo le declaraste tu amor?"Lo que más me gustó de él fue su iniciativa", le reconoció Nelu a Martín mirándolo fijo a sus ojos. "Tanto va el cántaro a la fuente que se rompe. Martín, desde que se fue de Concepción, me llamó todos los días al teléfono de la casa de mis padres y yo tenía que justificar ante ellos quién era el que me llamaba", agregó ella.Estuvieron tres años de novio en plena época de la dictadura militar, viviendo situaciones conocidas por todos. "Cuando fui a hacer el primer año de traductorado, en las escalinatas de la facultad de Humanidades había un soldado cada cuatro escalones con algo en la mano, una ametralladora, un revólver", recuerda Nelu."La llamé todo el verano. Volví en febrero y nos dimos un beso", contó Martín. "Charlando en la placita frente a la escuela Urquiza de Concepción del Uruguay que quedaba a tres cuadras de mi casa. Nos pusimos de novio un 17 de febrero. Y después en marzo me fui a La Plata", agregó Nelu.¿Cómo le pediste casamiento?"Lo apuré yo", confesó Nelu, y continuó: "Mis padres no me podían seguir sosteniendo en La Plata. No me salía laburo fijo. Para mí no había otra opción más que el casamiento y tampoco nos jodía tanto. Estábamos de novio y nos casamos en Concepción. Fue una linda fiesta. Vinieron todos sus amigos de La Plata. De luna de miel nos fuimos al departamentito en Buenos Aires y durante 15 días fuimos al cine, al teatro. Sobrevivimos a muchas cosas porque el trabajo nos ha sido difícil pero no nos van a ganar".¿Planificaron la familia que han constituido?"Los hijos vinieron como quisieron porque la verdad nunca pensamos en tener cuatro hijos y no existe en mi cabeza la posibilidad de un aborto", comentó Nelu. Primero vino Anastasia y así continuaron llegando Juan Ignacio y Aitor Manuel, pero cuando quedó embarazada de Josela Inés, estaban a punto de abrir la reconocida pizzería San Remo, "no sabía si se abría acá o en Concordia, estábamos un poco en banda".Martín trabajó tres meses en Philco en Buenos Aires pero junto a la salida de Alfonsín del Gobierno, él fue despedido. Con la inmunización y una sociedad junto a los hermanos de Nelu, se abrió la pizzería en Gualeguaychú y así fue el desembarco de la familia en esta ciudad.Cuando la economía argentina volvió a golpear, se cerró la pizzería y Martín se fue cuatro años a trabajar a Buenos Aires junto a un arquitecto. Él vivía con sus dos hijos mayores y Nelu se quedó en Gualeguaychú con los dos menores. Ambos coinciden en que esta separación forzosa "fue solamente física, obligada, pero la pasábamos bien. Estaba lindo porque yo iba cada 15 días. Estábamos como los presos", bromeó Nelu.¿Comparten las tareas de la casa?"Esto es un matriarcado porque mando yo, pero mi marido es re machista. No lava los platos, no hace la cama, se plancha su camisa porque es un excelente planchador y porque quiere. No le gusta como yo plancho entonces se lo plancha él. Martín no hace ninguna tarea del hogar. No es modelo para los tiempos de hoy. Es machista, pero muy buena persona y es muy caballero", señaló Nelu ante la mirada cómplice e inmutable de su compañero de ruta. "Yo cocino", fue lo que atinó a decir Martín, y sobre el pucho lo retrucó su mujer: "Muy rico y muy bien pero también cocino yo".¿Quién maneja la economía?"Más yo que Martín, porque él es un artista", dijo Nelu bromeándolo, y continuó: "los artistas viven del arte no puede estar con la realidad. Si yo llego a decir en este momento que quiero verlo a Juan Ignacio (su hijo que vive en Francia), él me saca ya un pasaje. Yo soy una romántica del siglo pasado pero él es irreal en esas cosas".¿Qué es lo mejor y lo peor del matrimonio?"De peor no tiene nada, al contrario. Para mí el error está en creerle a personas como Moria Casán, que tenés que tener un cuerpo de niña de 15 y una avidez sexual y todas esas pavadas que emiten algunos personajes televisivos. El matrimonio es otra cosa. El matrimonio es empujar un carro o mirar para el mismo lado los dos. Tenés días buenos y tenés días malos. Tenés días divertidos que te reventás riendote y tenés días de pelea. Antes que poner la palabra amor en el matrimonio se debe hablar de tolerancia. Porque somos dos familias, los dos venimos de cosas distintas que al juntarnos conviven bajo un mismo techo. Hay que tener un mismo objetivo, ser buenas personas, tolerantes y libres. Mi marido tiene sus amigos y yo tengo mis amigas. No nos celamos nosotros. Nos tenemos confianza"."No la esperábamos, pero llegó para hacernos los papás más felices del mundo"Albina y Ezequiel son pareja hace poco más de tres años y viven juntos hace uno y medio, cuando nació Anita. Ella tiene 22 años y él 27, comparten el día a día y aseguran que su hija "es lo más lindo que nos pudo pasar en la vida".-¿Están casados?Ezequiel: No, somos una familia pero no estamos casados. Alguna vez lo charlamos, pero ni ella ni yo somos muy aferrados a las normas religiosas. Por ahí más adelante, no sé...-¿Tuvieron otras parejas anteriormente? (Se miran cómplices, se ríen y contestan al unísono) ¡Claro que sí! Tuvimos otras parejas, como todo el mundo, pero mejor no ahondar en esa cuestión (se vuelven a mirar y largan la carcajada)Ezequiel: Siempre fui muy mujeriego, es verdad. Pero como cualquier adolescente supongo. Ahora estamos en otra etapa de la vida los dos. Con más responsabilidades, el trabajo, la familia... Estar bien en pareja es un trabajo de todos los días, ninguno de los dos habíamos convivido nunca y ahora es todo muy nuevo. No solo por la bebé, sino también por todo los que tenemos que ir aprendiendo del otro, aunque nos conocemos mucho porque ya son varios los años que estamos juntos, nunca terminas de conocer del todo al otro, y eso es lindo, pero también es un constante desafío.-¿Cómo se conocieron?Albina: En el boliche. Una noche como cualquiera estaba con mis amigas bailando y se me acercó y me empezó a hablar. Sus intenciones eran claramente las de levantarme. Yo lo dejé hablar a ver que me decía y la verdad que tenía entrenado el "chamuyo" (se ríen)Ezequiel: Nos empezamos a ver todos los fines de semanas en los boliches. Durante la semana nos mandábamos mensajes o charlábamos por Facebook y combinábamos para encontrarnos. Después empezamos a vernos entre semana, cada vez más y bueno... las cosas se fueron dando.-¿Cómo se declararon el amor? ¿le pediste la mano?Albina: no, no hubo declaración de nada. Eso no existe más...Ezequiel: Es como te digo, las cosas se fueron dando solas...no es que hubo un día en que nos pusimos de novios. Empezamos a salir y cada vez fue más seria la cosa...-¿Llegaron sabiendo de sexo?Ezequiel: Y si...Albina: Claro. Si bien yo tenía 19 años cuando nos conocimos, sabía de la cuestión, no es que me enteré en ese momento.-¿Planificaron la familia que constituyeron?Ezequiel: En realidad no. Nosotros estábamos de novio cuando ella quedó embarazada. Fue una decisión difícil la de ponernos realmente las pilas y hacernos cargo de la parte que nos tocaba. No fue nada fácil, pero ahora, al verla a ella (Anita) ya nada es difícil. Nos cambió la vida, es lo más lindo que me pasó y nunca estuve tan conforme con algo como con traer al mundo mi hija.Albina: Si, viéndolo a la distancia uno no duda ni un segundo de la familia que conformó, pero ese momento fue complicado. Nosotros no vivíamos juntos, ni nada...Yo quedé embarazada con 19 años, fue algo que no me esperaba, era muy chica. Son pocos los años que pasaron, pero crecí mucho en poco.-¿Trabajan ambos?Ezequiel: Por ahora estoy trabajando yo únicamente. Laburo todos los días en una distribuidora, pero por suerte me queda tiempo para la nena. Eso es lo más importante, y por el momento nos venimos acomodando bien, aunque ella está buscando trabajo.Albina: Yo estoy todo el día con Anita. Ahora quiero empezar a trabajar medio día, porque tampoco puedo estar fuera de casa todo el día, ella (su hija) es muy chiquita todavía. El problema es que no es fácil conseguir trabajo, menos de medio día. Pero no es que nunca trabajé, ahora se me complica por la nena, pero trabajé mucho tiempo en comercios o en atención al cliente, espero que salga algo pronto porque nos ayudaría muchísimo.-¿Comparten las tareas en el hogar y con la nena?Albina: Si, bastante. De la nena me encargo más yo por una cuestión de que estoy mucho más tiempo con ella. Él está casi todo el día afuera de casa, pero cuando vuelve ella está todo el tiempo con el papá.Ezequiel: Decile que me hacés cocinar todas las noche (se ríen con complicidad).Albina: Si, eso es verdad, no me puedo quejar. Pero a él le gusta cocinar. Por ahí, en ese sentido somos una pareja bastante diferente al estereotipo, donde la señora lo espera al marido todos los días con la comida hecha. Acá no es así: hoy cocino yo, mañana por ahí te toca a vos... lo mismo con las cosas de la casa; a mí me costó mucho acostumbrarme a lavar la ropa de los dos o a compartir momentos que eran muy míos como el desayuno, pero te vas acostumbrando y aprendiendo a convivir de a poco.Ezequiel: Si, al principio me vivía retando porque dejaba la tapa del inodoro alta, ahora ya me educó, eso no lo hago más.Ezequiel y Albina son una pareja joven que se encontraron conviviendo y formando una familia antes de lo planeado. Ante cada pregunta se buscan con la mirada y enseguida encuentran un guiño cómplice del otro lado. Anita, la reina de la casa, juega y se ríe con ellos.-¿Quién maneja la economía del hogar?Ezequiel: El que pone la plata soy yo, ella es la administradora. Dicen que las mujeres son mejor haciendo ese trabajo. Por ahora no nos sobra nada, pero tampoco nos falta.-¿Qué destacan como lo mejor de estar juntos y qué cambiarían?Ezequiel: Lo mejor, sin dudas, es Anita. Ella nos cambió la vida. Nosotros tenemos peleas y diferencias como cualquier pareja, pero ahora está Anita, por ella hemos superado momentos difíciles. Cuando te digo que te cambia la vida, es porque realmente te cambia la vida. Después... ¿Qué cambiaría? Creo que nos hubiese gustado planificar un poco más todo: tener un trabajo estable, convivir un tiempo y después la bebé, pero las cosas se dieron así...Albina: Si, por ahí nos hubiese gustado estar un poco mejor preparados para ser padres. Pero no sé si alguien puede estar realmente preparado y tener todo controlado para estas cosas. Nos tocó ser papás chicos y, más allá de los problemas que tengamos, hacemos lo mejor que podemos. Lo más importante para nosotros es nuestra hija y mientras podamos hacer lo imposible para que ella esté bien lo vamos a hacer.
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