El artista comenzó a tallar el Cristo
En una gran carpa, que se levanta frente a los galpones del puerto, el escultor mendocino ya trabaja sobre el gran tronco de eucalipto, donde quedará tallada la imagen de Cristo crucificado. Por Carlos [email protected] Unos guantes de lana gastados, un sombrero de cuero cubierto de aserrín y una camisa que mostraba signos de apolillamiento, era el vestuario elegido por el artista Luis Sissara para su día de trabajo.Con 50 años de vida, el artista lleva 17 años esculpiendo cristos gigantes. En todo este tiempo, Sissara ha visitado 35 ciudades de distintos puntos del país y ha dejado su marca. A este recorrido lo llama: "La cadena de la hermandad"."El Cristo de la Hermandad es el símbolo de la unión de todos los pueblos argentinos y del mundo, por ende el Cristo debe ir representado en la cruz de lo contrario seria un Cristo turístico, con la cruz cambia el sentido", opinó Sissara respecto a cómo será la imagen que se emplazará en nuestra ciudad.Este hombre llegó hace poco tiempo a nuestra ciudad, luego de realizar el mismo trabajo en la ciudad de Villa Elisa. "Me propusieron si podía hacer uno en Gualeguaychú, paralelo a eso tenía pensado venir, en los veranos paso por esta ciudad", contó.Un gran tronco de eucalipto colorado descansa debajo de la carpa que el artista confeccionó frente a los galpones del puerto para trabajar tranquilo y guarecido de las lluvias. Con esta madera, el artista pretende esculpir la imagen de un Cristo de 10 metros de alto, que será montado sobre una cruz de 22 metros, y luego emplazado en una base que tendrá tres metros."El lugar de emplazamiento se decidirá con el Intendente, si la comunidad empieza a opinar dónde debería ir no terminamos nunca", explicó Sissara y opinó que a él le gustaría mucho ubicarlo en "El muelle del pescador", porque allí se advertiría desde cualquier punto de la ciudad.El escultor calculó que para el 25 de septiembre podría tener terminada su obra, que comenzó hace dos días. Estos "cristos" que ha levantado a lo largo y a lo ancho del país, son todos similares pero difieren en algún movimiento, y todos están realizados con hacha y motosierra.También comentó que de todos los que ha tallado, "si uno se cae voy a levantarlo". "Hay que hacerle mantenimiento cada dos años, pero siempre los intendentes se olvidan de eso. Hay muchos que están abandonados. Cada dos años hay que lijarlo completamente y sellarlo de nuevo, si pasa mucho tiempo es un problema", comentó. Una forma de vidaCon música andina de fondo (muy pero muy relajante), el entrevistado contó sobre su particular modo de vivir, casi circense. "Así vivo yo, no tengo otro ambiente", se definió el artista mirando hacia su alrededor, donde no había más que un pequeño iglú, un equipo musical y una garrafa."Si no estoy tallando estoy en la montaña", dijo Sissara y agregó: "salí con ese espíritu de la aventura, de la libertad, soy muy apegado a Cristo. No se si esto me ha ayudado, condenado o sacrificado, sólo me entregué por entero a Cristo, ayudándolo a levantar su nombre y su cuerpo en todos los pueblos".También dijo nunca haber tenido un hogar, "desde los seis años me crié en las iglesias evangélicas y pastorales, la verdad no se cómo sobreviví", bromeó.Alrededor de la carpa, el escultor dispone de muchos carteles con inscripciones relacionadas a la importancia del amor: "tengo muchos mensajes de hermandad, hay que adueñarse del pueblo. Mi misión es unir a todo el pueblo, si son cien mil habitantes los cien mil deben estar el día del descubrimiento".- ¿Cuándo termina una obra, sabe a dónde dirigirse o sólo toma un micro sin destino?- A veces se a donde voy, otras no. Ahora me gustaría irme a las Sierras durante un mes a descansar, a hacer oraciones y purificaciones, he estado mucho tiempo fuera de mi ambiente. Allá me esperan amigos de pueblos muy humildes, indios, la mayoría son personas muy atrasadas pero muy sanas.Para finalizar se le preguntó sobre los pro y contra en su forma de vivir. El artista fue terminante en su respuesta: "no se si hice bien o mal con mi vida, pude tener mi familia, mi casa, pero no me arrepiento porque seré el último que quede en la tierra que crea en Cristo. Él es el único símbolo que Dios nos dejó, es la única verdad y no se puede negar. Cómo no vamos a rendirle homenaje".
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