INICIO DEL CICLO LECTIVO
El calzado escolar aumentó un 60% durante el último año
La suba fue al compás de la inflación galopante que azota a los argentinos. A los aumentos se suman la falta de mercadería, insumos para la confección de zapatos, zapatillas y otros calzados.
Por Fabián Miró
La gente compra lo que puede. Hay muy poco efectivo y la mayoría de las ventas son por intermedio de tarjetas y en pagos que oscilan entre las tres y las seis cuotas. Los comerciantes venden lo que tienen en stock, pero no saben cuándo pueden volver a reponer, en tanto que los fabricantes se quejan por la falta de insumos.
En zapaterías y negocios del rubro se aprecian colas de vecinos que buscan precios acorde a lo que pueden abonar. Todo aumentó, como la mayoría de los rubros, y el calzado no fue la excepción. Mucha gente estira la duración de los mismos, pero al inicio del calendario escolar sale a renovar el calzado, porque el que tenía ya no le sirve más, dado que los chicos crecen y necesitan números más grandes.
Uno de los padres que esperaba su turno contó que “no que me queda otra que comprarle un par de zapatos a uno de mis pibes y los que él tenía y ya le apretaban, pasárselo a un hermano menor. Nunca me había pasado esto, pero la situación es compleja y hay que arreglar lo que se puede y tirar un poco más”.
La gente recorre los negocios, mira las vidrieras, saca cuentas, las parejas consultan y, en base a los números que manejan, compran. Es un común denominador que se aprecia en los negocios que venden artículos escolares. Las segundas marcas han ganado terreno por los precios, aunque están, los menos, aquellos que continúan comprando lo mejor que ofrece el mercado.
Joaquín, integrante de una familia que hace años se dedica al calzado, entrevistado por ElDía señaló que “la gente a esta altura del año busca calzados colegiales, ya sea zapatos o líneas deportivas. Generalmente, en materia de zapatos, gastando una sola vez para que le dure un tiempo determinado”.
A diferencia de otras temporadas “la gente afila el lápiz todo lo que puede, trata de bajar el gasto a lo mínimo y elige alternativas como segundas líneas, algo más accesible. Lo que estamos viviendo es muy diferente a la de temporadas pasadas, más allá de la pandemia y casi dos años sin clase presencial”. Acotó que “la gente que tiene varios chicos en edad escolar está reciclando muchísimo, obligados por las circunstancias, pasando zapatos, zapatillas de chico en chico, ajustando su economía, algo que en otros años veíamos, pero no tanto como ahora”.
Consultado sobre los valores, indicó que “un zapato colegial está en el orden de los 4.000 pesos, industria nacional, cosido en cuero”.
Sobre las entregas mencionó que “los zapatos que estamos vendiendo hoy, los encargamos hace tres meses para tenerlos en el inicio de la temporada y comercializarlos a un precio accesible. Se compraron y pagaron hace 90 días, toda una rueda gigante para comprar y vender al público con valores razonables”.
Contó que los proveedores le dicen que “no hay entrega de cuero, faltan insumos, no hay mano de obra calificada, todo un problema. Para tener un artículo en venta, el negocio, la compra, se tuvo que realizar hace 90 días”.
Dijo que “si bien las ventas están, la gente viene y compra, reina la incertidumbre porque cuando tengamos que recuperar stock no sabemos con qué nos vamos a encontrar en el caso de que encontremos algo, a qué precio. No sé cuándo podamos hacer una reposición que para todo comerciante es clave. En definitiva, no tenemos previsibilidad de lo que puede llegar a ocurrir”.
“Zapatillas escolares de abrojo no estamos recibiendo, la que había se terminó de vender hacer un par de semanas, más las que se comercializaron durante el año”. Agregó que “no se consigue cuero sintético y los mismos fabricantes nos dicen que no encarguen más colegial porque no hay, no se consigue el material; mientras que una alternativa que era el “importado” está cerrado, no hay ingreso de material de afuera en materia de calzado. La mayoría venía de Brasil y en menor medida de China, pero hoy no llega mercadería de ninguno de los países mencionados”.
En cuanto a los valores de las zapatillas, dijo que “oscilan en los 1900 pesos”.
“Hasta hace no demasiado tiempo pedíamos reposición de calzado de industria nacional y más de una /dos semanas no tardaba en llegar a lo sumo treinta días para una reposición grande”. Cerro diciendo que los clientes “pagan muy poco en efectivo, la mayoría con tarjeta en tres y seis cuotas”, concluyó.