El Concilio Vaticano II y su impacto en la Iglesia Argentina
/https://eldiacdn.eleco.com.ar/adjuntos/240/imagenes/000/410/0000410233.jpg)
El espíritu de renovación conciliar no llegó plenamente al catolicismo argentino, atravesado por la crisis del país, allá por los '60. Eso dijo en Gualeguaychú el presbítero Félix Viviani, al hacer un análisis retrospectivo del gran cónclave ecuménico. Marcelo Lorenzo El Concilio Vaticano II, del cual se cumplen 50 años, supuso una puesta al día de la fe católica en el mundo moderno, fuertemente secularizado. Pero esa renovación eclesial no caló en su momento en la feligresía católica de Argentina.El clima de expectativa que se vivió en Roma tras la clausura conciliar en 1965, el entusiasmo alrededor de la idea de que la Iglesia Católica entraba en una nueva fase histórica, redefiniendo su identidad en el mundo moderno, no se contagió en estas latitudes.Esta fue una de las conclusiones de la charla que ofreció el presbítero Félix Viviani el pasado viernes 20 de noviembre en el Seminario Diocesano 'María Madre de la Iglesia', donde ejerce como docente de Historia de la Iglesia, al recordar ese acontecimiento eclesiástico.Ante un nutrido público conformado por eclesiásticos, seminaristas, laicos y algunos pastores protestantes, Viviani habló de cómo se preparó el Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan XXIII en 1962 y clausurado por el Papa Paulo VI en 1965.El disertante se explayó luego sobre la situación de la Iglesia Católica y el mundo, antes y durante el desarrollo del cónclave ecuménico, y cuál era la coyuntura que vivía el catolicismo argentino por ese época.Sobre este último punto llamó la atención sobre la disonancia histórica que se entabló entre la dialéctica conciliar, cuyos documentos reflejaban una apertura dialogante con el mundo, y la realidad argentina, dominada por la confrontación política e ideológica, de la cual la Iglesia local no podía abstraerse."Diría que los obispos y el pueblo no estábamos para Concilio", comentó Viviani, un testigo de aquella época donde los antagonismos políticos y la crisis económica eran una constante nacional, en un marco latinoamericano de plena disputa entre Estados Unidos y la Unión Soviética.El "aggiornamento", la puesta al día de la Iglesia Católica, las características que marcaron Vaticano II, tuvieron un eco muy débil en un país proclive a los extremismos de todo tipo. "Ese espíritu no llegó al pueblo", explicó Viviani.Al pasar revista al contexto histórico argentino, que condicionó la recepción de la reforma conciliar, mencionó la división profunda que se instaló en la sociedad argentina a partir de la exclusión del peronismo de la arena política desde mediado de 1955.Otros hechos tuvieron que ver con el surgimiento de organizaciones políticas armadas en la década de 1960 y la crisis económica constante, cuya nota distintiva fue la inflación monetaria creciente.Los golpes militares que interrumpían gobiernos constitucionales, por otro lado, eran indicadores de que la democracia no fue un valor para la sociedad argentina, comentó Viviani.Así como la situación política y social era compleja, el clima eclesial también lo era. La recepción en este ámbito del Vaticano II no fue homogénea. Mientras un grupo preconciliar, vinculado a posiciones tradicionales, era reacio a las reformas, el grupo postconciliar, de cuño ideológico progresista, pedía acelerar los cambios.En este contexto, comentó Viviani, surge el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, un sector del clero que se inscribe en la línea de la Teología de la Liberación que desde principios de la década de 1960 ha comenzado a surgir en Latinoamérica, y cuyos postulados eran afines al marxismo."Si en política nos costaba tanto dialogar, y lo que dominaba de hecho era el lenguaje de la violencia, ¿cómo íbamos a dialogar con el mundo?" razonó el clérigo, al explicar de qué manera la sociedad y la Iglesia Argentina eran refractarias al espíritu conciliatorio y dialogante de Vaticano II. El golpe del '76 y la IglesiaEl disertante cuestionó la interpretación según la cual la Iglesia Argentina fue cómplice de las atrocidades del régimen militar instaurado en el país, tras el golpe que depuso al gobierno de María Estela Martínez de Perón el 24 de marzo de 1976."Se repite desde cierto periodismo -de mala leche como dicen los españoles- que la Iglesia hizo silencio durante la época de (Rafael) Videla. Sin embargo, les digo que los obispos, en incontables documentos, hablaron de los desaparecidos y los malos tratos del régimen. Y muchos eclesiásticos -entre ellos recuerdo a monseñor Zaspe- intercedieron por la vida de mucha gente en aquellos años", remarcó Viviani.El presbítero comentó que sus alumnos de Historia de la Iglesia hicieron un compilado de los documentos del Episcopado Argentino, emitidos en los últimos 100 años."De ahí surge, claramente, la preocupación constante de los obispos ante la violencia inusitada de esos años, y a favor de la paz y la unidad del país. Vale la pena leer estos textos para darse cuenta del testimonio de la Iglesia en esa época oscura", indicó.Por otra parte, el espíritu de renovación, apertura y diálogo que propuso Vaticano II fue interpretado erróneamente por algunos sectores de la comunidad cristiana, aclaró Viviani.Al respecto, dijo que hubo quienes se dejaron impresionar por la forma de la reforma eclesial pero no atendieron a su contenido. Muchos se quedaron, dijo, con la materialidad de los cambios, como la utilización de la lengua vernácula en la liturgia, pero no profundizaron en los planteos de fondo."Creo que el meollo del Concilio no fue comprendido por mucha gente. Corregimos el bautismo, corregimos el misal, bueno, nos sacamos la sotana. Mucha gente empezó a culpar al Concilio, por ejemplo, porque hubo muchos curas y monjas que tiraron los hábitos", relató. La novedadPero Vaticano II fue una redefinición de la Iglesia frente al mundo moderno, comentó. Juan XXIII, al convocar al concilio, lo concibió como el "aire fresco" que necesitaba la institución bimilenaria, para seguir comunicando el Evangelio a los hombres.Lo definía como el aggiornamento, como una renovación tanto en el espíritu como en la forma. Tras la muerte del "Papa Bueno", Pablo VI continuó con el concilio, adaptando la disciplina eclesiástica a las necesidades del tiempo histórico."No hay dudas de que nuestra Iglesia es una Iglesia encarnada, vive su tiempo", refirió Viviani al justificar la reforma conciliar, uno de cuyos ejes fue modificar la actitud ante el mundo."Nosotros fuimos educados en una concepción según la cual el mundo es malo, es el reino de la concupiscencia. Pero así cerramos cualquier intercambio con la sociedad humana donde la Iglesia actúa en la realidad", afirmó.Según dijo, el Concilio buscó dar respuesta a qué significa ser creyente, ser católico, ser miembro de la Iglesia en el mundo contemporáneo, sobre la base de que la institución debe reformarse sin cesar, pero guardando su identidad en el tiempo histórico.Vaticano II fue ecuménico porque entre otras razones "buscó un acercamiento con los hermanos separados de Oriente y Occidente", estableció un marco de diálogo con los seguidores de otras religiones y los no creyentes, al tiempo que redefinió la actitud de la Iglesia con los judíos.Viviani, al redondear su charla sobre el Concilio, propuso un fragmento del discurso de Pablo VI en la apertura de la última sesión del cónclave, el 10 de septiembre de 1965.En la ocasión, el pontífice reflexionó que cuando se preguntara en el futuro qué hacía la Iglesia en ese momento crítico, la respuesta sería que "Amaba con corazón pastoral (...) ¡La Iglesia es una sociedad fundada sobre el amor y gobernada por el amor! Amaba la Iglesia de nuestro Concilio, se dirá también, amaba con corazón misionero (...) Amaba, sí, también la Iglesia del Concilio ecuménico Vaticano II con corazón ecuménico, es decir, con franqueza abierta, humildemente, afectuosamente, a todos los hermanos cristianos, todavía ajenos a la perfecta comunión con esta nuestra Iglesia una, santa, católica, apostólica".
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios