El desafío es plantear propuestas para el acceso a la vivienda en Gualeguaychú
Debemos partir de la base de que quien genera ciudad es "la vivienda" como componente necesario y más importante, pero la ciudad es el territorio, sus habitantes y sus actividades. Por ello, debemos tener en cuenta que la tierra es el recurso no renovable más importante, sobre el cual tendremos que desarrollar políticas de uso, optimización y protección, como factor determinante para la construcción de la ciudad.Por Emilio Martínez Garbino*Opinión La falta de previsión de políticas planificadas basadas en el crecimiento demográfico genera una demanda creciente de viviendas, que ha llevado a considerar como única alternativa, la oferta de planes de vivienda social promovidos por el estado, hecho que deja a la deriva a un gran sector de la población, que al no contar con recursos para construir por su propia cuenta, ve muy lejana la posibilidad de tener su casa propia, situación posible hoy para grupos reducidos, con muy buen poder adquisitivo.Hemos obtenido entonces como resultado un casco urbano central equipado y servido, con oferta de alquileres costosos, e inmuebles en venta inalcanzables para muchos, y un anillo importante de conjuntos habitacionales conformado por familias que diariamente se trasladan a trabajar, a estudiar, a hacer sus trámites, a recrearse, lejos de donde viven.Quien siente la protección de su casa, no siempre se siente parte de la ciudad, de la misma manera que no todo aquel que está dentro de la ciudad siente que puede ejercer su derecho a la propiedad.En respuesta a los grupos con menos posibilidades, asistimos a modelos de vivienda, seguramente analizados, calculados y estructurados por especialistas desde las cuestiones técnicas, pero hemos olvidado en la evaluación, las características, identidades y pautas culturales de los destinatarios, no sólo en referencia a los integrantes del grupo familiar, sino también a sus necesidades de interactuar con el medio, a conformar el barrio, a generar lugares para cubrir sus necesidades básicas y sus propios espacios para recrearse, comprar y vender, educarse, más allá de los espacios comunitarios que son sumamente importantes.Pensar en la vivienda como oportunidad significa pensar en cómo crece la ciudad, en ofrecer posibilidades de adquisición a los distintos grupos sociales, tener respuesta para diferentes niveles de poder adquisitivo, es prever, promover y brindar equipamientos y servicios que desarrollen equitativamente las diferentes áreas.Hoy adquirir una vivienda para una familia debe significar construir su trascendencia, el lugar de sus historias, con sus amistades, con sus vecinos, donde más allá de valorar el tener un techo, encuentren su identidad y se sientan integrantes de su barrio.Debemos desmitificar los planes y programas del estado como únicos medios para llegar a la casa propia, si bien cubren las necesidades básicas de un sector de la población, es importante plantear propuestas para quienes no cubren las condiciones para ingresar a un plan de viviendas, pero que tampoco tienen la posibilidad de acceder a un crédito desde una entidad financiera, para compra detierra o de una vivienda, porque su ingreso no es suficiente para pagar un arancel mensual.En este sentido rescatemos diferentes sistemas, que posibiliten a la mayor cantidad de población contar con su casa propia, entre ellas movilizar los créditos hipotecarios con bajas tasas de interés, y a largo plazo, mecanismo que motorizó en otras épocas el acceso a la vivienda a un vasto sector de la población, que de otro modo no hubiera llegado, y que actualmente sería una respuesta muy importante en especial para familias en formación, y parejas jóvenes con empleo.También es necesario reorganizar los sistemas de autoconstrucción, que no solamente implican la adquisición de la vivienda, sino también la dignificación de construir su propia casa, como ya lo hemos demostrado con el Programa 1000 viviendas y los Mejoramientos, que si bien merecen sus correcciones, incorporaron a grupos sociales no sólo a la tenencia de su casa, sino al aprendizaje de un oficio.Toda intervención del Estado en cuanto a viviendas, debe beneficiar además al barrio que recibe a ese conjunto de viviendas, ya que en la mayoría de los casos han sido buenos contribuyentes, y lo único que han pretendido por parte del Estado es que atienda a sus servicios básicos como ciudadano, y terminan son sólo espectadores de mejoras que consideran lejanas para ellos.Para finalizar, el hecho de hacer ciudad implica por parte del Estado, prever el crecimiento de la misma, para lo cual es inminente la movilización del Banco de Tierras Municipal, esto permitirá que las decisiones sobre cómo avanzamos las podamos tomar considerando toda la comunidad y no solamente dando respuesta a demandas que solucionan parcialmente los problemas, pero que no nos proyectan a largo plazo. Lo importante en este sentido es que en Gualeguaychú hay tierra para constituirlo y que hay recursos para adquirirlas. * candidato a la intendencia de Color Gualeguaychú
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