
El 18 de septiembre de 1845 la escuadrilla formada por cinco buques de cruz y catorce entre lanchones y balleneras pasó por la boca del Gualeguaychú y remontó el Uruguay seis millas para que nadie sospechara del inminente ataque.En la noche del 19 al 20 sorprendieron a los dos guardias que celaban la Boca en una nave ligera. Bernardino Gómez, vecino de Gualeguaychú y marinero de un buque mercante, sirvió de baqueano a Garibaldi para entrar en el Puerto.En la madrugada del 20 los legionarios desembarcaron en el Saladero de Gianello, distante una legua de la ciudad y atacaron la indefensa Gualeguaychú. Sorpresivamente llegaron a la casa del Comandante don Eduardo Villagra y lo encontraron dormido. El Comandante, las autoridades y Guardias nacionales cayeron inmediatamente en las manos del enemigo.Según Fray Mocho: Garibaldi ordenó el fusilamiento de las Autoridades de Alto Rango. Villagra, el alcalde, el administrador y el Capitán Benítez fueron llevados a bordo. Los vecinos intervinieron rápidamente solicitando la libertad de los prisioneros. El italiano accedió al pedido. Se fortificaron los puntos más importantes y dominaron la ciudad. Inmediatamente se inició el saqueo.El soldado de Policía Mariano Robles y el vecino Pedro Chamorro condujeron a los Legionarios a las casas donde había más para robar.Los vecinos de la tranquila ciudad vivieron dos días de pánico. Fueron saqueados 31 establecimientos comerciales y numerosas casas de familia. Los más perjudicados fueron comerciantes españoles, sardos, portugueses y franceses. Garibaldi se llevó un botín calculado en 30.000 libras esterlinas.En la casa de la familia Haedo (esquina Rivadavia y San José), aprovechada como Cuartel general, los invasores colocaron un cañón, amenazando la Comandancia y apuntando en dirección a la residencia del Comandante Villagra, (Rivadavia casi Ángel Elías)
Fuente: Cuadernos de Gualeguaychú